Griselda Blanco, la más famosa narcotraficante de Colombia, está en boca de todos. Gracias a la serie de Netflix que protagoniza Sofía Vergara, todo el mundo se ha interesado por su historia. Es por eso que su hijo, Michael Corleone (45 años), ha ganado relevancia mediática y está respondiendo a muchas de las preguntas que aún quedan sobre la figura de su progenitora. En teoría, es el único miembro de su familia que queda todavía con vida.

Durante el tiempo que Griselda Blanco estuvo en prisión, entre 1985 hasta 2012, tres de sus hijos, los que había tenido con su primer marido Carlos Trujillo, fallecieron por su implicación con bandas criminales.

Pero en su primera aparición en el plató de Despierta América, en Univisión, Michael Corleone desveló que uno de sus hermanos está vivo. "Creo que esta es la primera vez que lo comparto públicamente", admite el hijo menor de Griselda, fruto de su último matrimonio. Según cuenta, habla de ello en el libro que ha publicado, titulado Mi madre, la madrina, en donde habla de la faceta más personal de la narcotraficante.

"Le causa a uno tristeza porque éramos una familia inmensa, siempre juntos. Es duro perder a alguien con quien uno se crio toda la vida y perder a mis hermanos fue muy fuerte", admite Michael Corleone. Dedicado a concienciar sobre la horrible vida que pasó su madre, confiesa que ha sido muy duro ver la serie. Tanto es así, que el hijo de Griselda ha terminado borrándose su cuenta de Instagram, donde previamente compartía todos los detalles sobre su vida.

"Cuando estaba en la calle o pertenecía a otros mundos me causaba un poquito de ofensa", comenta Michael Corleone sobre la ficción. Ahora que asegura formar parte del mundo del entretenimiento dice que entiende mejor que se hable de su madre. "Es importante contarlo para que la historia no se vuelva a repetir", expresa.

"Mi madre era un poco maquiavélica"

Michael Corleone considera que su madre hubiera estado encantada de verse representada por Sofía Vergara. "Mi mamá siempre decía que hay que vivir el momento", comenta en la entrevista televisada.

"Creo que ya si entiendo que mi madre era un poco maquiavélica, pero al mismo tiempo, como madre, muy pocas las veces faltó. Muy pocas veces que no me hizo una cena, muy pocas las veces que yo enfermito no me puso vapurú, muy pocas las veces que me negó atención", confiesa Corleone.

Ha perdonado a su madre, pero también se está perdonando a sí mismo. Confiesa que se ha sentido mal por haber estado alejado de su madre en sus últimos años de vida. Mientras Griselda Blanco se mudó de vuelta a Colombia, donde fue asesinada, él se quedó en Miami, donde tenía una vida establecida junto a su padre.