Anabel Pantoja y David Rodríguez han viajado este jueves 29 de mayo a Sevilla para participar en uno de los eventos familiares más esperados del año: la Primera Comunión de Ana Rivera, hija de Kiko Rivera e Irene Rosales.

Según informa Europa Press, la sobrina de Isabel Pantoja llegó al aeropuerto hispalense acompañada de su pareja y su hija, Alma, de seis meses, mostrando una actitud relajada frente a las cámaras. “Venimos a la comunión de mi sobrina”, declaró Anabel a los medios, evitando profundizar en el caso judicial abierto por el ingreso hospitalario de su hija .

Este acto religioso, previsto para el fin de semana en la localidad sevillana de Castilleja de la Cuesta, marca un hito para la familia Rivera Rosales. Ana, de nueve años, recibirá el sacramento en una ceremonia íntima, aunque rodeada de figuras mediáticas.

Según fuentes cercanas, el evento contará con la presencia de Cayetano Rivera, hermano de Kiko, y su pareja, María Cerqueira, así como de otros amigos cercanos de la pareja. Sin embargo, destacan las ausencias de Isabel Pantoja y Francisco Rivera, debido a las tensiones familiares que persisten desde hace años.

La comunión de Ana ha sido organizada con esmero por Irene Rosales, quien compartió detalles en redes sociales sobre los dos vestidos que lucirá la niña: uno tradicional para la misa y otro moderno de la firma Petritas para la fiesta, con tonos rosas y blancos. 

Además, se han preparado elementos personalizados, como una tabla de madera para cortar la tarta y obsequios para los invitados, reflejando el cuidado puesto en cada detalle.

Para Anabel, este viaje supone un respiro tras meses de presión mediática por el proceso judicial vinculado al ingreso de su hija en el Hospital Materno Infantil de Las Palmas. 

Aunque evitó comentar el caso, su presencia en Sevilla subraya el apoyo inquebrantable hacia su primo Kiko, con quien mantiene una relación cercana desde su solidaridad durante aquel episodio crítico.

El evento también podría servir como punto de reconciliación parcial dentro del clan Pantoja, aunque las ausencias mencionadas sugieren que las heridas familiares aún persisten. Mientras, los ojos se centran en Ana Rivera, cuyo día estará marcado por la unión familiar y la esperanza de nuevos comienzos.