Alejandra Osborne, hija mayor del cantante y presentador Bertín Osborne, ha salido en defensa de su progenitor tras el reciente altercado que este mantuvo con un periodista de Europa Press en Sevilla.

Según informa Europa Press, el incidente, ocurrido el 29 de mayo de 2025, mostró a Bertín rechazar de forma contundente las preguntas sobre su vida personal, especialmente las relacionadas con su expareja Gabriela Guillén y el hijo que comparten.

Ante las críticas generadas por la reacción de su padre, Alejandra ha argumentado que "está en su derecho de no responder" y que "todo el mundo tiene un día malo".

La joven, entrevistada durante su asistencia al concierto de Justin Timberlake en Sevilla, minimizó la trascendencia del episodio al recordar que su padre "siempre trata muy bien a la prensa".

No obstante, admitió que desconocía los detalles específicos de la discusión entre Bertín y la periodista, así como los últimos desarrollos en la relación entre el artista y Guillén.

Esta posición evasiva se extiende al tema del hijo que el cantante reconoció en junio de 2024 tras un comunicado conjunto con la empresaria paraguaya, asunto sobre el que Alejandra se limitó a comentar: "No hablo de ese tema, que hable él".

El conflicto mediático se enmarca en un contexto de creciente presión informativa sobre la vida privada de Osborne. Desde que en 2024 reconociera la paternidad del hijo de Guillén, el artista ha oscilado entre la colaboración con los medios –como en su programa 'Mi casa es la tuya'– y momentos de tensión, como el ocurrido en enero de 2024 cuando Guillén denunció acoso periodístico tras dar a luz. Alejandra, testigo de esta dinámica, ha optado por un rol discreto, centrándose en respaldar a su padre sin entrar en polémicas familiares.

La defensa pública de la hija mayor de Osborne refleja los complejos equilibrios que enfrentan las familias de figuras mediáticas. Mientras Bertín continúa gestionando su imagen entre la apertura y el hermetismo, Alejandra ejemplifica cómo los hijos de celebridades navegan entre la lealtad filial y la exposición no deseada. S

u intervención, medida pero firme, subraya un principio básico: el derecho a establecer límites, incluso cuando se vive bajo los focos.