Como los marineros Gene Kelly y Frank Sinatra en Un día en Nueva York, aunque sin salir corriendo por el metro ni cantar en Times Square, la princesa Leonor pisa estos días el asfalto de Manhattan. A bordo del Juan Sebastián Elcano, el buque escuela de la Armada española, Leonor de Borbón ha llegado este miércoles por la mañana a Nueva York, última escala americana de un viaje que comenzó en enero en Cádiz y que ha pasado por Brasil, Uruguay, Chile, Perú, Colombia y República Dominicana.

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La llegada tuvo algo de postal sentimental: mientras el bergantín-goleta de cuatro palos maniobraba para atracar en el muelle 88 del río Hudson, los 76 guardiamarinas que viajan en él –incluida la heredera al trono español– saludaban al ritmo de Ganando barlovento y Suspiros de España, dos piezas del repertorio patriótico-militar que resonaron entre las banderas rojigualdas que portaban los familiares. Algunos no veían a sus hijos desde enero.

Tormenta blanca y final de viaje

Aunque el comandante del navío, Luis Carreras-Presas do Campo, rehuyó dar detalles sobre la experiencia a bordo de la princesa, sí insistió en la formación "tremendamente completa" que reciben todos los cadetes, entre clases de ingeniería, navegación y convivencia forzosa en alta mar. "La docencia es continua", dijo, "y el mar, exigente". También recordó que el paso por la costa este de EEUU estuvo marcado por condiciones de temporal, un trance que contribuyó –según sus palabras– a "forjar el carácter de los futuros marinos".

NUEVA YORK, 04/06/2025.- Llegada a Nueva York, EE.UU., del Buque-Escuela de la Armada Juan Sebastián de Elcano, este miércoles. EFE/Casa Real/Francisco Gómez - SOLO USO EDITORIAL/SOLO DISPONIBLE PARA ILUSTRAR LA NOTICIA QUE ACOMPAÑA (CRÉDITO OBLIGATORIO) -
El Juan Sebastián de Elcano, este miércoles en Nueva York. | Casa Real / Francisco Gómez / EFE

El Elcano permanecerá en Nueva York hasta el próximo martes 10 de junio, cuando zarpe rumbo a España. Antes, se dejará ver: el barco se abrirá al público durante el fin de semana, cumpliendo su misión de "embajada flotante", una de las etiquetas que arrastra con mayor dignidad en sus casi cien años de historia. La princesa, sin embargo, no se unirá a la travesía final; volará directamente a España para reincorporarse a su instrucción en la fragata Blas de Lezo, aunque volverá al Elcano más adelante, antes de la escala prevista en Gijón.

Concierto español en el Carnegie Hall

Durante su estancia en la Gran Manzana, Leonor asistirá este jueves a un concierto del Teatro Real de Madrid en el Carnegie Hall. La cita –que une diplomacia blanda, cultura española y presencia institucional– contará con la violinista María Dueñas, joven prodigio de 21 años, interpretando obras de Erich Wolfgang Korngold, compositor exiliado del nazismo que encontró refugio y éxito en el Hollywood de los años dorados.

El viernes, la princesa ejercerá como abanderada en la ceremonia de jura de bandera que tendrá lugar a bordo del Elcano. Será el momento más protocolario de su breve agenda neoyorquina y el único, probablemente, que se acerque al tipo de acto oficial que, con el tiempo, definirá su papel público.

A un siglo de su botadura y tras casi dos millones de millas náuticas recorridas, el Juan Sebastián Elcano sigue cumpliendo su papel como escuela flotante y escaparate internacional. Que en su 97º crucero de instrucción embarque una princesa no parece haber alterado el ritmo habitual, pero sí ha añadido un foco nuevo a su cubierta de teca. Y en Nueva York, ese foco se convierte en escaparate.

Quién sabe si al final del día –como cantaban los marineros de Donen–, la princesa se lleva un recuerdo imborrable de su paso por esta ciudad. El uniforme, al menos, ya lo tiene.

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