La actriz estadounidense Diane Keaton, una de las figuras más reconocibles y brillantes del cine contemporáneo, ha muerto a los 79 años en California, según ha confirmado la revista People. La familia ha pedido privacidad y no se han difundido por el momento más detalles sobre las causas del fallecimiento.

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Nacida en Los Ángeles el 5 de enero de 1946 como Diane Hall, era la mayor de cuatro hermanos. Su padre era ingeniero civil y su madre, ama de casa, había soñado con dedicarse al espectáculo. "En el fondo de su corazón, probablemente quería ser artista", recordaba la actriz en una entrevista con People en 2004. "Cantaba, tocaba el piano, era muy guapa... Ella fue mi valedora".

Keaton se interesó por la interpretación durante el instituto y, tras graduarse en 1964, estudió Arte Dramático, aunque abandonó la universidad para mudarse a Nueva York y probar suerte en el teatro. Adoptó el apellido de soltera de su madre porque ya existía una Diane Hall registrada en el sindicato de actores. En 1968 debutó en Broadway como suplente en Hair, aunque más tarde reconocería que fue una época muy dura marcada por la bulimia, una enfermedad de la que logró recuperarse tras años de terapia.

Su primer gran papel teatral llegó con Play It Again, Sam, escrita y protagonizada por Woody Allen, con quien mantuvo también una relación sentimental. El montaje le valió una nominación al Tony en 1969 y supuso el inicio de una larga colaboración con el cineasta. Su debut en el cine llegó poco después con Amantes y otros extraños (1970), pero su verdadero salto a la fama se produjo cuando Francis Ford Coppola la eligió para encarnar a Kay Adams, la novia –y después esposa– de Michael Corleone en El padrino (1972), El padrino II (1974) y, años después, El padrino III (1990), cuando ya maduros y divorciados Michael y Kay se reencuentran en Sicilia, en un bellísimo homenaje de Coppola al Viaje a Italia de Rosselini.

Annie Hall, un fenómeno cultural

Pero el punto de inflexión en su carrera le llegó en 1977 con Annie Hall, comedia romántica escrita, dirigida y protagonizada por Allen, en la que interpreta a una mujer excéntrica y encantadora que redefinió los modelos femeninos del cine estadounidense. Keaton ganó el Óscar a la mejor actriz, mientras que la película obtuvo también los premios a mejor película, dirección y guion original. Su estilo personal, basado en prendas masculinas, chalecos y sombreros, marcó tendencia y la convirtió en un icono cultural.

Con Allen formó un poderoso tándem creativo que se prolongó en el tiempo más allá de su relación personal. Protagonizó la adaptación de Play It Again, Sam (1972), conocida en España como Sueños de un seductor, todavía dirigida por Herbert Ross, y las películas gamberras previas al giro artístico de Allen: El dormilón (1973), La última noche de Boris Grushenko (1975). También las posteriores: la bergmaniana Interiores (1978), la icónica Manhattan (1979) y, casi quince años después, la divertidísima Misterioso asesinato en Manhattan (1993), simbólico reencuentro de la pareja después del tormentoso divorcio del cineasta y Mia Farrow. La nerviosa vis cómica de Keaton parecía hecha para el humor neurótico y el ritmo sincopado del cine de Allen.

A lo largo de su carrera, Keaton alternó comedia y drama con una amplitud de registros poco común. Fue nominada de nuevo al Óscar por Rojos (1981), de Warren Beatty, y más tarde por La habitación de Marvin (1996) y Cuando menos te lo esperas (2003). Participó en títulos tan diversos como Buscando al señor Goodbar (1977), Baby, tú vales mucho (1987), El padre de la novia (1991), El club de las primeras esposas (1996) o La joya de la familia (2005). En años recientes protagonizó las comedias Book Club (2018) y su secuela (2023), además de participar en la serie The Young Pope (2016), de Paolo Sorrentino, como la monja mentora del joven papa interpretado por Jude Law.

Una artista versátil

Además de actriz, fue directora, productora y fotógrafa. En los últimos tiempos incluso lanzó una línea de menaje para el hogar. En su cuenta de Instagram, donde contaba con más de dos millones y medio de seguidores, compartía estilismos e ideas de decoración. Dirigió episodios de Twin Peaks y China Beach, así como los largometrajes Héroes a la fuerza (1995) y Colgadas (2000), este último con guion de Nora Ephron. También firmó el documental Heaven (1987) y produjo Elephant (2003), de Gus Van Sant. Publicó varias memorias, entre ellas Then Again (2011) y Brother and Sister (2020), y fue una activa defensora de la preservación arquitectónica en California.

En 2017 recibió el premio honorífico del American Film Institute en reconocimiento a toda su carrera. Durante la ceremonia, Woody Allen la presentó con humor como "la mujer de Un tranvía llamado deseo que viene a llevarse a Blanche", y Keaton respondió cantando Seems Like Old Times, la canción que interpretó en Annie Hall.

A Diane Keaton le gustaba mucho cantar, y lo hacía muy bien. Ya había mostrado esa faceta en Días de radio (1987) con una conmovedora versión del clásico de Cole Porter You’d Be So Nice to Come Home To. Y el año pasado lanzó su primer single, un tema navideño titulado First Christmas.

Keaton nunca se casó, aunque fue pareja, además de Allen, de estrellas como Warren Beatty y Al Pacino. "El talento es increíblemente atractivo", bromeaba. Adoptó a dos hijos, Dexter y Duke, en 1996 y 2001, respectivamente.

En una de sus últimas entrevistas resumía con ironía su trayectoria: "No sé nada, y no he aprendido nada. Envejecer no me ha hecho más sabia. Sin actuar habría sido una inadaptada". Keaton deja tras de sí una imagen inconfundible, pero sobre todo una filmografía que definió buena parte del cine estadounidense de las últimas cinco décadas.

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