"¡Vergüenza!", ha podido escucharse desde la sala del Tribunal Supremo de Rusia cuando ha anunciado la liquidación de Memorial, la principal organización de derechos humanos del país. Desde hace décadas era la voz de los represaliados soviéticos. Memorial recibió el Premio Sajarov del Parlamento Europeo en 2009 y ha sido candidata al Nobel de la Paz en varias ocasiones. Uno de sus fundadores fue precisamente Andréi Sajarov.

La Fiscalía acusó a la ONG de crear "una imagen falsa de la Unión Soviética como Estado terrorista". También recriminaron a la ONG por presuntas violaciones de la Constitución y por incumplir con los requisitos impuestos a los agentes extranjeros desde 2016.

El Supremo disuelve tanto la organización de memoria histórica como la de defensa de los derechos humanos que integran Memorial Internacional, según informa la agencia Efe, y cita Swissinfo.

Un test sobre el Estado de Derecho

El fiscal, Alexéi Zhafiárov, acusó a Memorial de "distorsionar" la memoria de la victoria sobre Alemania en la Gran Guerra Patria (1941-45) y de rehabilitar a criminales nazis "en cuyas manos hay sangre de ciudadanos soviéticos". El defensor de Memorial, el abogado advirtió que el juicio era "un test de los valores que determinan la vida en un Estado de derecho". Recurrirá ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

La ONG acusa al Kremlin y a los órganos de seguridad del Estado de intentar impedir que investigue los crímenes cometidos en la época soviética y desde 1991, sobre todo desde que Vladimir Putin llegó al poder en 2000.

El director de Memorial Internacional, Yan Rachinski, ha aclarado que el fallo no supone el cese de las actividades de la ONG, ya que existen muchas organizaciones a ella adscritas que no están registradas o no figuran como personas jurídicas.

El ex presidente ruso Mijail Gorbachov y el último Nobel de la Paz Dimitri Muratov escribieron a la Fiscalía para que se retirara la demanda judicial contra Memorial. Destacaron en su carta que las actividades de Memorial desde su fundación, en 1991, cuando se desmembró la URSS, han estado dirigidas a restablecer la justicia histórica y conservar la memoria de cientos de miles de represaliados en la época soviética.