Su rastro se perdió a principios de junio, cuando uno o varios individuos irrumpieron en la abadía de Fécamp, en la región francesa de Normandía. La reliquia de la "Preciosa Sangre" fue la joya que buscaban. Contiene dos pequeñas ampollas que, según la tradición popular, contienen la sangre de Jesucristo. Cinco semanas después, Arthur Brand, un conocido detective de arte, ha resuelto el caso. Y la joya ha terminado apareciendo en la puerta de su casa, literalmente.

"Recibí un correo electrónico de las personas que robaron la reliquia", explica Brand en conversación con El Independiente. "Los ladrones se dieron cuenta de que habían robado una de las reliquias más importantes del mundo católico y se pusieron un poco nerviosos", desliza.

Reliquia de la "Preciosa Sangre" Arthur Brand

La joya se conserva en la iglesia de la abadía desde hace más de un milenio. Es su razón de ser, el fundamento de la creación del monasterio en 658 d.C. y el motivo de la segunda mayor peregrinación de Normandía. "Este robo es un ataque insoportable a la fe de todos los que recuerdan la salvación lograda por el sacrificio de Jesucristo", reconoció Jean-Luc Brunin, el obispo de Le Havre, cuando se conoció el suceso. El religioso denunció "el vandalismo" pocos días antes de una importante celebración vinculada al culto de la reliquia, el 14 de junio.

Una profanación

Se había conservado durante siglos entre los muros de la abadía. El relicario, una caja de cobre del siglo XIX, contenía dos ampollas de plomo que habrían guardado unas gotas procedente de la sangre de Cristo, recogidas durante su martirio en la cruz. Tradicionalmente guardado en un tabernáculo de mármol, esculpido en el siglo XVI, y colocado en una capilla absidal de la iglesia, el ataúd se hallaba, sin embargo, guardado en una vitrina cerrada en la sacristía en el momento de la sustracción. También se llevaron otros objetos litúrgicos antiguos, incluida una vajilla preciosa.

La ciudad de Fécamp, propietaria de los bienes desde 1905 y cuyo ayuntamiento se encuentra junto a la iglesia de la abadía, presentó una denuncia por robo. "Es una profanación", declaró Emmanuelle Héricher, del equipo de animación de la parroquia, al periódico francés Paris Normandie. "Más allá del valor comercial del relicario, está el apego de toda una población y de generaciones de creyentes que han celebrado la preciosa sangre. Es un ataque a la fe de los cristianos y a la comunidad de los habitantes de Fécamp", arguyó Brunin.

Otros objetos litúrgicos devueltos a Brand Arthur Brand

Tráfico de reliquias

Los ladrones lograron entrar al recinto cuando la abadía estaba cerrada, pues el acceso había sido forzado desde el interior del edificio. La hipótesis de un robo premeditado era la más probable. La investigación fue dirigida por la Oficina Central de Lucha contra el Tráfico de Bienes Culturales. Algunos sospecharon que el robo estaba alimentando una red de tráfico de reliquias.

El mercado negro de piezas artísticas se ha intensificado en los últimos años, lo que provocó una llamada al orden por parte del Vaticano en 2017. Ese año, un paño impregnado con la sangre del papa Juan Pablo II fue robado de la catedral de Spoleto, en el norte de Italia. En Francia, desde junio de 2020, más de 26 iglesias han sufrido el robo de sus reliquias, crucifijos, custodias, cálices, estaciones de la cruz y estatuas. Tras cinco meses de búsqueda, después de ser incautados en noviembre de 2020, los gendarmes consiguieron hacerse con más de cuarenta objetos de culto robados.

Una reliquia de gran relevancia religiosa

La reliquia de Fécamp es muy antigua y tiene un origen remoto. Según la leyenda, Nicodemo, durante el descenso de la cruz de Cristo, recogió partículas de sangre seca con un cuchillo. Entregó las reliquias a su sobrino, que escondió las dos ampollas de plomo que contenían la preciosa sangre en el tronco de una higuera. Después, para evitar cualquier maldad, cortó el tronco y lo arrojó al mar. La madera flotó desde el extremo oriental del Mediterráneo hasta la orilla de la región de Caux, donde fue arrastrada hasta un campo que dio nombre a Fécamp.

Ha sido objeto de devoción y peregrinación desde el siglo XII

Ha sido objeto de devoción y peregrinación desde el siglo XII. Hoy en día se atribuyen cinco milagros a la "Preciosa Sangre" de la Abadía de Fécamp. Se trata, además, de una reliquia que podría tener un valor monetario significativo. Pero venderlo en el mercado se antoja muy difícil para los ladrones, advierte Brand. Como la reliquia es muy conocida, los compradores de este tipo de arte son escasos.

Una misión para Brand

Arthur Brand y la reliquia / EFE

Apodado el "Indiana Jones del mundo del arte", Brand, de 52 años, es uno de los expertos en arte y detectives más famosos del mundo. El holandés ha hallado un Picasso, un anillo de Oscar Wilde y los "caballos de Hitler" o esculturas de bronce de tamaño natural. Este martes Brand ha entregado la reliquia a la policía holandesa, que a su vez lo hará llegar a la policía francesa, que lo llevará de vuelta a Fécamp.

¿Pero cómo llegó la reliquia a manos de Brand? Su participación, inesperada, en el caso comenzó unos días después del robo. "Recibí un correo electrónico de las personas que habían robado la reliquia. Era alguien cuyo amigo había guardado la reliquia en su casa. Se dieron cuenta de que habían robado una de las reliquias más importantes del mundo católico", comenta el investigador. "Se dieron cuenta de que tenían la sangre de Jesús en sus casas. Así que me dijeron que o lo tiraban o lo ponían delante de mi casa", continúa. "Me dijeron que me quedara en casa esta semana y un día recibí una caja. Al principio pensé que era una broma", añade.

Me dijeron que me quedara en casa esta semana y un día recibí una caja

Arthur brand

Según el detective, la reliquia es original. No hay duda. "Estoy 100% seguro de que es la original. No se pueden reproducir reliquias como ésta, ¡y menos en sólo tres semanas!", comenta, feliz de haber resuelto un nuevo caso. Es, no obstante, la primera vez que le entregan la mercancía robada con tanta facilidad. "Normalmente, busco a alguien que tenga algo que me interese. Es la primera vez que se me acerca alguien para darme algo, especialmente una reliquia tan sagrada", concluye.