Joe Biden reconoce por primera vez que se han empleado bombas estadounidenses para matar a civiles palestinos y, en mitad de las presiones para que Benjamin Netanyahu acepte el alto el fuego, amenazar con congelar el envío de armas ofensivas a Israel si prosigue y amplía el asalto en el sur de Gaza.

"Dejé claro que si entran en Rafah, aún no han entrado, no suministraré las armas que históricamente se han empleado para tratar con Rafah, para tratar con las ciudades, para tratar ese problema", manifestó el mandatario en una entrevista con la cadena estadoundiense CNN.

Biden explicó que, en el escenario Israel invade Rafah, dejará de enviar armamento ofensivo estadounidense, como artillería y bombas para cazas, pero que continuará suministrando a su aliado material defensivo para el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, en línea con su compromiso con la defensa de Israel. Fuentes del ministerio de Defensa israelí citadas por el diario Haaretz muestran este jueves su preocupación por las declaraciones del demócrata. La suspensión de transferencias de armas -consideran- no afectaría a la guerra en Gaza, pero sí a la preparación militar en otros frentes. Lo analizan como un deterioro de las relaciones con Washington.

La advertencia de Biden ha provocado evidente incomodidad en el Gobierno que lidera Netanyahu. En su cuenta en la red social X, el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el ultraderechista Itamar Ben-Gvir, ha realizado una publicación en la que insinúa que el movimiento islamista palestino Hamás ama a Biden.

"Han muerto civiles como consecuencia de esas bombas de EEUU"

Además, por primera vez, Biden reconoció que armamento de Estados Unidos ha sido utilizado por Israel para matar a civiles en la Franja de Gaza, donde más de 34.850 personas han sido asesinadas desde que comenzó la guerra el 7 de octubre. "Civiles han muerto en Gaza como consecuencia de esas bombas y por la forma en la que se atacan los centros donde hay población", admitió.

Las declaraciones de Biden se produjeron justo después de que el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin, confirmara este miércoles en una audiencia en el Senado informaciones de prensa sobre que Washington había congelado el envío de un gran paquete de armamento que contenía explosivos de gran potencia por temor a cómo podrían ser utilizados en áreas densamente pobladas.

Hasta ahora, Biden se había resistido a amenazar con la suspensión del envío de armas a Israel, su mayor baza para presionar a Netanyahu, con quien ha expresado públicamente su desacuerdo sobre la estrategia para Rafah, donde se hacinan 1,4 millones de palestinos que han huido de otras partes del enclave debido a la ofensiva israelí.

Netanyahu ha insistido en su deseo de invadir Rafah porque asegura que allí se esconden milicianos del grupo islamista Hamás y, con ese objetivo, el Ejército israelí inició el pasado lunes una operación militar para la que ordenó evacuar a unas 100.000 personas.

EEUU, principal proveedor de armas a Israel

El Gobierno de EE.UU. aseguró que esa operación israelí en Gaza tiene un "alcance limitado" y que no se trata de la "invasión a gran escala" contra la que lleva advirtiendo desde hace meses. Unas consideraciones que las organizaciones humanitarias y la propia ONU ponen en duda.

Biden se hizo eco este miércoles de ese razonamiento y argumentó que la operación israelí aún no se ha dirigido contra los centros urbanos de Rafah. "No han entrado en los centros de población. Lo que hicieron fue junto a la frontera. Y está causando problemas con Egipto, con el que he trabajado mucho para asegurar que tenemos una relación y podemos ayudar", manifestó.

Además, aseguró que había transmitido a Netanyahu, al que suele referirse por su apodo Bibi, y a otros líderes israelíes que el apoyo estadounidense a operaciones en centros poblados es limitado. "Se lo he dejado claro a Bibi y al gabinete de guerra: No recibirán nuestro apoyo, si van dentro de estos centros urbanos", avisó.

Estados Unidos es el principal proveedor de armas a Israel y uno de sus más firmes aliados en el mundo. Entre 2016 y 2023, un 69 % de las armas importadas por Israel procedió del país norteamericano, según datos del Stockholm International Peace Research Institute.