El proyecto comenzó a fraguarse en el verano de 2017, cuando los incendios no dieron tregua en Portugal. El que se originó en el municipio de Pedrógão Grande calcinó cerca de 45.000 hectáreas y segó 65 vidas. “Entonces Europa falló a los portugueses. Los dejamos solos. No podemos permitir que desastres como el de Portugal se repitan”, reconoce el chipriota Christos Stylianides, ex comisario europeo de Ayuda Humanitaria y Gestión de Crisis. Ahora, con las imágenes de las terribles inundaciones que llegan del Levante español, RescEU, el mecanismo que nació entonces, vuelve a la primera línea de la actualidad.
La presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen ha ofrecido este miércoles la ayuda europea mientras el balance de muertos sigue aumentando. “Lo que estamos viendo en España es devastador. Mis pensamientos están con las víctimas, sus familias y los equipos de rescate. La UE ya ha ofrecido apoyo. Copernicus ha sido activado. La Protección Civil de la UE puede movilizarse. Europa está lista para ayudar”, ha declarado. Rescue nació precisamente para situaciones en las que las capacidades de respuesta de los distintos países se desbordan ante epidemias, inundaciones repentinas, tormentas, incendios forestales, terremotos y catástrofes provocadas por el ser humano.
Cinco años de rodaje
El programa RescEU, la reserva estratégica de respuesta a crisis del Mecanismo de Protección Civil de la UE, se puso oficialmente en marcha en el verano de 2019, en medio de otro desastre natural, lo devastadores incendios que devoraron los paisajes de la isla griega de Eubea, un reserva natural incluida en la Red Natura 2000. El incendio forestal fue la prueba de fuego de RescEU, un nuevo sistema diseñado por la Comisión Europea para responder a los desastres naturales que el cambio climático azuza a lo largo y ancho del viejo continente. Desde devastadores fuegos o terremotos hasta históricas inundaciones como las que la DANA acaba de dejar en el Levante español.
En agosto de 2019, en mitad de jornadas maratonianas y desalojos de cientos de vecinos de Eubea, tres aviones anfibios Canadair -dos procedentes de Italia y uno de España- acudieron a su auxilio. Aquella cooperación inauguró formalmente un sistema que busca completar y mejorar la respuesta de la Protección Civil europea en tiempos de necesidad extrema. “Cuando Grecia activó el mecanismo, inmediatamente se puso en marcha RescEU. Los expertos del centro de coordinación de respuesta a emergencias en Bruselas decidieron los medios que había que enviar. Los aviones italianos llegaron a Grecia cinco o seis horas después. El español, en 7 u 8 horas. Fue la respuesta más rápida que se recuerda”, comenta Stylianides. La iniciativa también aspira a simplificar los procedimientos administrativos para reducir el tiempo de respuesta.
El año pasado RescEU se desplegó en 35 ocasiones con un asistencia que superó los 110 millones de euros
Con cinco años de vida, RescEU es una suerte de reserva de capacidades europeas, financiada en su totalidad por la Unión. Incluye una flota de aviones y helicópteros de lucha contra incendios, un avión de evacuación por motivos médicos y una reserva de suministros médicos y hospitales de campaña que pueden desplegarse en caso de emergencia sanitaria además de refugios, transporte, activos logísticos y artículos de suministro de energía.
Sólo en 2023, RescEU se desplegó 35 veces por un valor total estimado de 110 millones de euros de ayuda en el contexto de la guerra de Ucrania, los terremotos que asolaron Turquía y los incendios forestales de Túnez y Grecia. El presupuesto comunitario para 2025 contempla 203 millones de euros al Mecanismo de Protección Civil de la Unión (rescEU) “para poder desplegarse rápidamente ayuda operativa en caso de crisis”.
Respuesta al aumento de las catástrofes naturales
El propósito del programa es ofrecer “una capa adicional de protección para los ciudadanos de Europa integrada en el Mecanismo de Protección Civil de la Unión”. Cuando se produce una respuesta positiva de emergencia, cualquier país puede solicitar ayuda a través del Mecanismo de Protección Civil de la UE. Una vez activado, el Centro de Coordinación de la Respuesta de Emergencia de la UE coordina y financia la ayuda facilitada por 27 Estados miembros de la UE y otra decena de Estados participantes (Islandia, Noruega, Serbia, Macedonia del Norte, Montenegro, Turquía, Bosnia y Herzegovina, Albania, Moldavia y Ucrania).
Su horizonte es el de un aumento considerable de los desastres naturales. En apenas una década los desastres relacionados con el cambio climático -desde inundaciones a tormentas e incendios forestales- dejarán en todo el planeta a 150 millones de personas necesitadas de ayuda cada año, según un informe de la Federación Internacional de la Cruz Roja. Los costes anuales serán de 29.000 millones de dólares (unos 26.500 millones de euros). Cada vez más frecuentes, impredecibles y destructivos, los fenómenos naturales precisarán de una asistencia en emergencias sin precedentes.
No importa lo grande que sea el país y los recursos de los que disponga. Nadie puede tratar solo con los desastres naturales que se avecinan
Su puesta en marcha no ha resultado sencilla. El comisario chipriota que abogó por el mecanismo trató de convencer a los países más reticentes -“visité el 95 por ciento de los länder, en cuyas manos está la Protección Civil en Alemania”, recuerda- y armar el primer presupuesto, de alrededor de 280 millones de euros. “Hoy contamos con una estructura piramidal de tres niveles: el primero es el que constituyen las capacidades y recursos nacionales; el segundo el 'pool' voluntario [la bolsa de equipos dispuestos a intervenir en caso de emergencias, inaugurada con la crisis del ébola en 2014]; y en la cúspide está RescEU, que se pone en marcha cuando nos enfrentamos a casos extraordinarios y las capacidades nacionales se hallan desbordadas”, detalla.
De momento, seis Estados miembros de la UE (Grecia, Croacia, España, Francia, Italia y Portugal) acogen la flota aérea de extinción de incendios que financia la Comisión en el marco de RescEU. “Hay países como Suecia que nunca habían sufrido un fenómeno como el de los incendios. No importa lo grande que sea el país y los recursos de los que disponga. Nadie puede tratar solo con los desastres naturales que se avecinan”, advierte Stylianides. La Comisión premia a los países que se involucren en RescEU con la financiación del 90 por ciento del coste de la adquisición de los equipos y un 75 por ciento de los costes operativos -traslado y mantenimiento- durante el periodo de actuación del dispositivo.
La contraprestación, sin embargo, es que, en caso de emergencia de otro Estado europeo y activación del programa, los equipos adheridos a RescEU tendrán que acudir obligatoriamente al lugar del desastre, si así lo determinan los expertos desde Bruselas. A los desafíos climáticos que ya nos azotan, RescEU promete proporcionar una respuesta recurriendo a la solidaridad y ajustada al ritmo de mejora de sus capacidades. La nueva asignatura es la respuesta comunitaria a ataques químicos, biológicos, radiológicos y nucleares.
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