Donald Trump sigue empeñado en negociar con Vladimir Putin el futuro de Ucrania y dejar de lado a ucranianos y europeos. La señal más clara ha sido la frustrada reunión de ministros de Exteriores que tendría que haberse llevado a cabo este miércoles en Londres. El estadounidense Marco Rubio canceló su asistencia a última hora y el encuentro acabó siendo de carácter técnico. La cuestión de fondo es que Trump cree que ya ha puesto sobre la mesa una propuesta para rusos y ucranianos, que quiere terminar de perfilar directamente con Putin. No se descarta que sea a principios de mayo en Arabia Saudí.
En líneas generales, se trata de mantener la línea de frente tal y como está. EEUU reconocería a Crimea, anexionada ilegalmente por el Kremlin en 2014, como parte del territorio ruso. Sin embargo, el líder ucraniano, Volodimir Zelenski, ha reiterado el miércoles que Ucrania no reconocería la ocupación rusa de Crimea, ya que contradice la Constitución del país: "No hay nada de qué hablar; es nuestra tierra, la tierra del pueblo ucraniano".
Trump ha reaccionado airado en Truth Social. "Esta declaración es muy perjudicial para las negociaciones de paz con Rusia". Mantiene que el territorio se perdió hace años: "Ni siquiera es punto de discusión". Y ha añadido: "¡No tiene nada de qué presumir! La situación de Ucrania es desesperada: puede lograr la paz o puede luchar durante otros tres años antes de perder todo el país". Sin embargo, nada tiene que decir sobre el rechazo de Putin a cumplir con un alto el fuego.
Qué significa Crimea
Los países europeos creen que cualquier acuerdo de paz para poner fin a la guerra de Ucrania con Rusia tiene que incluir la "integridad territorial" del país agredido por Rusia. "La integridad territorial de Ucrania y las aspiraciones europeas son requisitos muy importantes para los europeos", ha difundido la oficina del presidente francés, Emmanuel Macron.
El problema con Crimea es que sienta un precedente. EEUU aceptaría que las fronteras pueden modificarse por la fuerza, lo que echa por tierra los principios del derecho internacional concebido después de la Segunda Guerra Mundial. Pero a Trump esto le parecen detalles sin importancia.
Este encontronazo es muy ilustrativo de lo distante que está Trump de la posición ucraniana. Da por hecho lo que está en discusión y lo que no, sin tener en cuenta al país agredido. Quiere un acuerdo pero sin asimilar que dos no pactan si uno no quiere, aunque sea el más débil. Ni siquiera escucha a los europeos, que bien podrían mediar con los ucranianos para adoptar posiciones pragmáticas. Prefiere hablarlo con Putin, a pesar de que el líder ruso tiene problemas para cumplir con sus compromisos.
El vicepresidente JD Vance ha dicho desde la India que si las dos partes no llegan a un compromiso pronto, EEUU dará un paso atrás. No sabemos qué significará eso. Ucrania puede perder todo tipo de ayuda de EEUU, incluido el aporte de datos de inteligencia.
Vance da por hecho que "las dos partes han de renunciar a territorio", pero la propuesta de EEUU es muy desequilibrada. Renuncia el país agredido y el agresor a cambio acepta no seguir agrediendo. Es una forma de premiar al que usa la fuerza para conseguir sus objetivos.
Condiciones de la propuesta de Trump
La oferta estadounidense, de la que informa The Washington Post, también incluye el reconocimiento de facto del control de Rusia sobre las zonas ocupadas en Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiya; el levantamiento de las sanciones impuestas por los estadounidenses a Rusia, así como el compromiso de Trump de que Kiev no se integrará en la OTAN.
A cambio, Rusia dejaría de lado los planes de conquistar aquellas partes de las regiones de Jersón, Zaporiya, Donetsk y Lugansk que todavía están bajo control ucraniano. Es decir, renunciaría a seguir avanzando, ya que esos no son terrenos que haya ocupado.
En su intervención ante el Sejm, el ministro polaco de Exteriores, Radoslaw Sikorski, se dirigía a los dirigentes rusos: "¿No tenéis suficiente tierra? ¿Once husos horarios y todavía no tenéis suficiente? Ocupaos de gobernar mejor lo que hay dentro de vuestras fronteras de acuerdo con el derecho internacional".
Ucrania conseguiría garantías de seguridad de un grupo de países europeos, pero sin el apoyo de EEUU así como compensación y apoyo para la reconstrucción, aunque si concretarse quién lo aportaría ni cómo.
Otro punto de la propuesta americana es conceder un estatus especial a la central nuclear de Zaporiya, que permanecería bajo el control directo de los Estados Unidos.
La viceprimera ministra ucraniana, Yuliia Svyrydenko, ha dicho que Ucrania está dispuesta a negociar pero o a rendirse. "No habrá ningún acuerdo que proporcione a Rusia las bases más sólidas que necesita para reagruparse y volver con mayor violencia", ha escrito en X. "Un alto el fuego total, en tierra, aire y mar, es el primer paso necesario", ha añadido. Rusia aún no ha cumplido con ningún acuerdo de alto el fuego, a pesar de la presión de Trump.
Las líneas rojas de Europa
Europa tiene "líneas rojas" que no aceptará cruzar y la fundamental es la concesión de garantías de seguridad a Ucrania, como ha recordado el ministro francés de Exteriores, Jean-Noël Barrot . La idea es enviar una misión de paz europea a Ucrania, algo con lo que Moscú, sin embargo, se opone categóricamente. Los franceses y los británicos, iniciadores de esta idea, quieren, sin embargo, que Estados Unidos se una a ella. La Casa Blanca se niega.
La segunda condición de Europa es lanzar un fondo multimillonario para la reconstrucción de Ucrania. Tal vez parte de ello consistiría en utilizar los más de 200.000 millones de dólares de fondos del banco central ruso depositados en países europeos. También es crucial la resistencia de los países de la UE y del Reino Unido a levantar las sanciones impuestas a Rusia. Se trata de una carga mucho mayor para la economía rusa que las restricciones impuestas por Estados Unidos, dado el volumen mucho mayor de comercio que vinculaba a Rusia con la UE antes de la invasión ucraniana.
La cuestión es qué ofrecen Trump y Putin a Ucrania para aceptar su propuesta salvo que teóricamente se mantenga la ayuda americana, que ya están desmantelando como se ha visto en el aeropuerto de Jasionka, desde donde se distribuye lo que los aliados de Ucrania envían.
Trump sigue con la idea de que puede imponer la paz y obligar a los ucranianos a someterse al diktat que Putin y él diseñen. Sin embargo, los ucranianos no se rindieron cuando su país fue invadido y tampoco van a hacerlo ahora. Un país agresor que viola el derecho internacional ha de pagar por ello, no ser premiado. Si Trump realmente quiere la paz, ha de convencer a Putin de que retire sus tropas del país vecino y que acepte que es una nación soberana y libre.
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