Los presidentes del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), Alice Weidel y Tino Chrupalla, han descrito este viernes como un "golpe para la democracia" la decisión de los servicios de Inteligencia alemanes de designar a la formación como "organización extremista".

Así, han restado legitimidad a la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV), que considera que los objetivos de la formación son "contrarios al orden democrático". "Al Gobierno federal le quedan solo cuatro días y la agencia de Inteligencia ni siquiera tiene presidente", han señalado en un comunicado.

"Esta injerencia en los procesos de decisión democráticos se basa en cuestiones puramente políticas", han indicado, mientras que el vicepresidente de la formación, Stephan Brandner, ha afirmado que el partido tiene previsto analizar la decisión durante la próxima semana con la vista puesta en la posible introducción de acciones legales.

La ministra del Interior saliente, Nancy Faeser, ha reivindicado la "independencia" de la agencia de Inteligencia y ha rechazado cualquier sesgo político. "No ha habido influencia política alguna a la hora de hacer esta declaración", ha dicho, al tiempo que ha apuntado a que es su deber "combatir el extremismo y proteger la democracia".

Previamente, la BfV ha alertado en un comunicado de que el objetivo de la formación es "excluir a determinados grupos de la población de la participación social en igualdad de condiciones".

"En concreto, AfD considera, por ejemplo, que los ciudadanos alemanes con antecedentes migratorios procedentes de países de tradición musulmana no son miembros equivalentes del pueblo alemán definido étnicamente por el partido", recoge el texto.