Primera fumata y, como era previsible, primera fumata negra. Aunque se ha hecho esperar más de tres horas. La primera votación de los 133 cardenales, encerrados desde alrededor de las 17.45 horas de la tarde de este miércoles en la Capilla Sixtina, ha concluido sin que ninguno de los candidatos haya obtenido 89 votos, la mayoría de dos tercios que necesita aglutinar el próximo Papa, el número 267 de la historia de la iglesia. El humo negro ha emergido de la chimenea, entre la expectación de la parroquia reunida en la plaza de San Pedro, a eso de las 21.00 horas de la noche.
Un vaticanista consultado por El Independiente exhibe esta demora -este miércoles solo se ha votado una vez- como una señal de que no solo se han emitido los sufragios sino que se ha debatido previamente. "Retraso porque querían hablar sin tener que votar enseguida. Hay debate", desliza.
La primera de las votaciones, sin embargo, sirve a los purpurados para encaminar a partir de ahora sus pasos y saber qué candidatos despuntan tras esta ronda. En las papeletas del primer escrutinio, cuyo resultado es guardado con celo por el encierro en el que hallan los protagonistas y su juramento, aparecen ya los nombres que podrían aspirar a una elección rápida, que podría producirse mañana o el viernes. Los dos últimos cónclaves duraron alrededor de dos días y se necesitaron entre 4 y 5 votaciones.
Las alianzas comenzarán a forjarse esta noche, cuando los cardenales -miembros del colegio más diverso y numeroso de la historia- regresen a Santa Marta para cenar. A partir de mañana jueves, se procederá a un ritmo de cuatro votaciones al día. Las fumatas están previstas a partir del mediodía y las 19.00 horas, pero si se logra el quórum en una votación intermedia, podría haber una fumata blanca hacia las 10.00 o las 17.00 horas.
Desde 2005, para la fumata negra se emplea una mezcla de perclorato potásico, antraceno y azufre, mientras que la blanca se produce mediante una combinación de clorato potásico, lactosa y colofonia.
La fumata negra se produce cada vez que se han celebrado dos votaciones consecutivas en las que ningún cardenal ha obtenido un número de votos igual al menos a dos tercios del número de cardenales electores. El blanco, por el contrario, se produce cuando un cardenal ha obtenido esa mayoría, ha aceptado ser elegido pontífice cuando se le ha preguntado y ha elegido su nombre pontificio. Es en ese momento cuando, desde la chimenea visible desde la plaza de San Pedro, el mundo conoce la noticia de la elección.