Tras la primera y tardía fumata negra, que emergió de la chimenea a las 21.00 horas, este jueves continúan las votaciones en la Capilla Sixtina en busca de una mayoría de dos tercios que pueda dirimir quién será el sucesor de Francisco, con el italiano Parolin, el filipino Tagle o el estadounidense Trevost como candidatos que suenan en los mentideros vaticanos.
Los cardenales celebran misa este jueves a las 8:15 horas en la Capilla Paulina y luego se reúnen de nuevo en la Capilla Sixtina a las 9:30 horas. Después de recitar el Oficio Divino, vuelven a votar. Si vuelven a no obtener mayoría, votan inmediatamente de nuevo. A partir de ese momento, puede haber dos votaciones por la mañana (a partir de las 9:30 horas) y dos por la tarde (a partir de las 16:50 horas).
A las 9.30 se reanudan las votaciones
Cada mañana y cada tarde, se eligen por sorteo nuevos escrutadores, infirmarii y revisores. Si se celebra una segunda votación, se queman al mismo tiempo los materiales de las dos votaciones. Así, dos veces al día, alrededor del mediodía y a las 19:00 horas de la tarde, saldrá humo negro de la chimenea situada en lo alto de la Capilla Sixtina, que está conectada a la estufa, hasta que se elija un papa.
El humo blanco podría aparecer en esos momentos o antes, alrededor de las 10:30 de la mañana o las 5:30 de la tarde, si se elige un papa en la primera votación de la mañana o de la tarde.
A partir de los tres días de fumata negra
Si al cabo de tres días los cardenales aún no han elegido a nadie, las sesiones de votación pueden suspenderse durante un máximo de un día para que los electores recen y deliberen. Durante este intermedio, el cardenal diácono de mayor rango pronuncia una breve exhortación espiritual.
A continuación, se celebran otras siete votaciones, seguidas de una suspensión y una exhortación del cardenal presbítero de mayor rango. Luego se celebran otras siete votaciones, seguidas de una suspensión y una exhortación del cardenal obispo de mayor rango. A continuación, se reanuda la votación con otras siete votaciones.
A partir de 33 votaciones fallidas
En 2007, Benedicto XVI revocó la innovación de Juan Pablo II, que permitía que la mayoría absoluta (más de la mitad) de los electores renunciara al requisito de la mayoría de dos tercios y el Papa pudiera ser elegido por mayoría absoluta.
En su lugar, el papa dispuso que, si los cardenales se encontraban en un punto muerto tras 33 o 34 votaciones (dependiendo de si se hubiera votado el primer día), lo que llevaría 13 días, se celebrarían votaciones entre los dos candidatos más votados.
Si ninguno de los candidatos consigue dos tercios de los votos, el cónclave quedará en punto muerto sin posibilidad de elegir a un tercer candidato como compromiso. Los dos cardenales más votados no pueden votar en la segunda vuelta, aunque permanecen en la Capilla Sixtina, donde se celebran los cónclaves. Las nuevas normas de Benedicto XVI no aclaran qué hacer si dos candidatos empatan en segundo lugar.
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