El Gobierno israelí ha celebrado como una victoria propia la segunda y polémica posición de la representante de Israel, Yuval Raphael, en el concurso de Eurovisión. Y no va mal encaminado. El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reconoció este domingo sentir un "orgullo infinito" por el logro, cimentado en un televoto masivo hacia Israel que ha suscitado sospechas y la solicitud de revisión de varias de las corporaciones de televisión públicas europeas que participan en la cita anual. Uno de los cerebros de la estrategia es David Saranga, el jefe de diplomacia digital del ministerio de Asuntos Exteriores israelí.
Raphael, superviviente del ataque de Hamás contra el Nova Festival el 7 de octubre de 2023, cosechó la gran mayoría de sus puntos -297 de 357- del televoto de los espectadores. Sobre el papel, la supuesta audiencia de 13 países -Suecia, España, Suiza, Bélgica, Australia, Portugal o el Reino Unido, entre ellos- le otorgaron los doce puntos, la máxima puntuación. También se llevó la máxima nota del apartado reservado al “resto del mundo”.
"Sentí, creo que lo que todos sintieron: simplemente orgullo infinito. Yuval, ¡bien hecho! ¡Bien hecho! ¡Mucha suerte para el Estado de Israel! De victoria en victoria. De victoria en victoria, hasta la victoria final, la victoria absoluta", manifestó Netanyahu este domingo en el mensaje de vídeo en el que, en una clara muestra de la utilización política del certamen, el primer ministro anunció una nueva ofensiva militar sobre la devastada Franja de Gaza, donde en 19 meses de bombardeos e invasión terrestre han muerto más de 53.000 palestinos y dejado más de 150.000 heridos. Hasta el propio Netanyahu subrayó que la segunda posición, superada solo por Austria, se debió al “público europeo” y no a "los jueces", en un ataque al que se ha sumado la prensa israelí más cercana al poder, clave en la deshumanización que los palestinos sufren y el militarismo militante de la sociedad israelí.
Una tupida red
A ese resultado contribuyó una tupida red de apoyos que durante los días previos a la final de Eurovisión se fue tejiendo entre la telaraña de organizaciones privadas, grupos de presión y cabildeo, comunidades en la diáspora e instituciones israelíes que difunden las tesis del sionismo político que alumbraron en 1948 el Estado de Israel y desde entonces han defendido la existencia del Estado hebreo al mismo tiempo que justificaban las sucesivas guerras árabe-israelíes y las acciones militares israelíes, incluidas las esporádicas campañas en la Franja de Gaza o la expansión sin límites de los asentamiento ilegales en la Cisjordania ocupada, un territorio que la narrativa oficial israelí denomina “Judea y Samaria”.
Según los datos que ha podido analizar El Independiente, la campaña llamando al voto hacia la cantante israelí y la propia explotación de su pasado como superviviente de los ataques de Hamás fue intensa en los días previos a la final. Como en el resto de países participantes, la Corporación Pública de Radiodifusión (Kan) lanzó la promoción de la canción “New Day Will Rise” tras elegir a la cantante en el reality show HaKokhav HaBa L'Eirovizion (La próxima estrella para Eurovisión, en hebreo). El mecanismo de televoto permite a los individuos emitir hasta 20 votos a través del teléfono, SMS o plataformas en línea.
"¡Vota 20 veces!"
Pero a esa labor se sumaron todo tipo de organizaciones y grupos de presión conectados en la escena internacional por su defensa del sionismo, situados en posiciones ideológicas de derecha o extrema derecha. En el listado, figura StandWithUs -también conocida como Israel Emergency Alliance-, una organización fundada en Los Ángeles para -según sus postulados- luchar contra la desinformación y el antisemitismo, un argumento que la propia disidencia israelí denuncia que es ampliamente usado para perseguir a las voces incómodas y que desafían el relato oficialista.
StandWithUs es especialmente activa en el campo educativo y universitario y ha invertido importantes sumas de dinero en publicidad además de realizar escraches contra las voces que dentro del judaísmo critican las actuaciones del Ejecutivo israelí y denuncian sus políticas y ataques contra los palestinos. Una de sus misiones es contrarrestar las campañas de boicot, desinversión y sanciones (BDS) en los campus y fuera de ellos. Colabora activamente con el Gobierno israelí y sus detractores le acusan de haber fomentado los bulos, la represión de la disidencia y el lavado de imagen.
StandWithUs hizo campaña activa por Raphael además de producir material promocional, incluidos vídeos en los que se instaba al público a votar por ella, destacando su historia personal como superviviente del atentado del festival Nova del 7 de octubre de 2023. En sus mensajes en redes sociales, instaban a votar 20 veces: "Emite hasta 20 votos por dispositivo: ¡haz que tu voz cuente! Sólo unos pocos y sencillos pasos para demostrar tu apoyo. Enviemos un mensaje claro: nos levantamos juntos. Nos mantenemos unidos. No nos silenciarán. Vota, comparte y apoya a Israel. Haz oír tu voz y no olvides votar al final de las presentaciones de las semifinales", pide uno de los tuits.
Su promoción no fue aislada. A esa tarea se adhirieron comunidades y organizaciones judías de todo el mundo, aquellas que se hallan en la corriente de apoyo a Israel. Por ejemplo, el Congreso Judío Mundial le agradeció públicamente por representar a Israel y transmitir mensajes de esperanza y unidad a través de su actuación.
La apelación al voto llegó incluso a los anuncios gigantescos de Times Square, en Nueva York, con publicidad pagada. La misma estrategia que el pasado diciembre 'coló' un anuncio publicitario abogando por ilegalizar la UNRWA, la agencia de la ONU para los refugiados palestinos en mitad de una campaña generalizada de demonización del Gobierno israelí.
Las cuentas de Facebook o Twitter del Gobierno israelí -como @Israel, gestionada por el ministerio de Asuntos Exteriores israelí- difundieron la actuación de Raphael y llamaron abiertamente a votarla incluyendo el código y las instrucciones para ejercer el voto. Una combinación de esfuerzos a través de los canales gubernamentales, mediáticos y comunitarios que amplificaron significativamente la presencia de Yuval Raphael en el Festival de Eurovisión 2025 y que culminó con un segundo puesto en la clasificación general.
David Saranga, el urdidor
En esa estrategia un nombre cobra especialmente fuerza: el de David Saranga, un diplomático israelí que dirige actualmente el departamento de diplomacia digital del ministerio de Asuntos Exteriores. Saranga, ex embajador de Israel en Rumanía, conoce bien los pasillos del poder mediático y el cabildeo. Ha trabajado en Washington y Bruselas. Ejercó de cónsul para los medios de comunicación y asuntos públicos de Israel en Estados Unidos, el enlace de Israel con los medios de comunicación estadounidenses.
El rotativo The Jewish Chronicle lo describió como “el hombre cuyas campañas están renovando la imagen de Israel”. Su cuenta de Twitter se ha volcado en los últimos días en la promoción de Raphael. Contactado por El Independiente, Saranga no había respondido la solicitud de entrevista en el momento de publicación de esta información.
La comunidad LGBT, el perfil cotizado
La campaña multifacética en la que participaron organismos gubernamentales, medios de comunicación y grupos de defensa internacionales considera clave la participación de Israel en Eurovisión, un festival que apoya su estrategia de soft power para tratar de romper su creciente aislamiento internacional y contrarrestar el descrédito a nivel de opinión pública que suponen las operaciones militares en curso en Gaza, Líbano o Yemen; su apuesta por la superioridad militar, su ruptura unilateral de alto el fuego en Gaza y su rechazo a las conversaciones de paz que reconozcan el Estado Palestino y fijen de una vez los límites geográficos de Israel y de su hasta ahora expansionismo sin fin.
En 2023 el propio Saranga reconoció en la prensa hebrea la implicación directa de su ministerio y su red de embajadas en todo el mundo en la búsqueda de votos y adhesiones con una campaña institucional para pedir el voto entre aficionados en cinco de los principales idiomas europeos: español, italiano, holandés, polaco e inglés. El objetivo era entonces que Israel se clasificara para la final de Eurovisión.
La campaña tenía un público objetivo perfectamente establecido, en base al perfil del aficionado eurovisivo y los patrones de votación anteriores de los países. El Ministerio de Asuntos Exteriores reconocía entonces “haber puesto énfasis en el público amante de Eurovisión, como la comunidad LGBT en Europa, los miembros de clubes de fans y los líderes de opinión en el sector”. Activistas palestinos y organizaciones de derechos humanos han denunciado de manera sistemática el bautizado como "pinkwashing", "una estrategia propagandística del Gobierno israelí que explota cínicamente los derechos LGBTQIA+ para proyectar una imagen progresista mientras oculta la ocupación y las políticas de apartheid que oprimen a los palestinos".
La campaña de Eurovisión en 2023 se desarrolló durante meses y se prolongó hasta la votación misma, sin descuidar los debates en redes sociales. El entonces ministro de Exteriores celebró entonces el éxito. Había logrado el objetivo: Que Israel “llegara a las pantallas de todo el mundo”.
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