En la estación de metro de Świętokrzyska de Varsovia confluían este domingo dos Polonias. La Polonia más conservadora que añora cuando gobernaba el partido Ley y Justicia (2015-2023) y aspira a que el relevo de Andrzej Duda sea el historiador Karol Nawrocki. Y la Polonia más europeísta y liberal que quiere que el primer ministro Donald Tusk pueda cumplir las promesas con las que llegó al poder tras las elecciones de 2023. Su candidato es el alcalde de Varsovia, Rafał Trzaskowski. En ese punto de la geografía de la capital polaca coincidían quienes se desplazaban a la Gran Marcha de los Patriotas, convocada por Trzaskowski, y los que iban a la Gran Marcha por Polonia, liderada por Nawrocki. Es la primera vez que sucede desde 1989.
El duelo ha tenido lugar a una semana de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales. En la primera ronda ganó Trzaskowski pero por un margen mucho más estrecho del que anticipaban los sondeos. Quedó a menos de dos puntos Karol Nawrocki, a quien los buenos resultados del candidato de Konfederacja, Sławomir Mentzen, en tercer lugar con más del 15%, y del ultraderechista antisemita Grzegorsz Braun, le dan ventaja sobre el papel. Sin embargo, nadie se aventura a vaticinar quién ganará porque es un misterio saber qué harán los votantes de los 11 candidatos que cayeron en primera vuelta. Según el portal digital onet, el mayor de Polonia, a la Gran Marcha de los Patriotas han asistido entre 130.000 y 160.000 y unas 70.000 a la Gran Marcha por Polonia.
Cada día hasta la jornada electoral es valioso para tratar de ganar votos. La movilización por la candidatura de Trzaskowski estaba anunciada antes de la primera vuelta. El sueño era repetir la marcha del millón de corazones, antes de las elecciones de 2023, y por eso el primer ministro, Donald Tusk, llevaba un corazón bordado e rojo en su camisa blanca. Rojo y blanco, los colores de la bandera polaca, que se veía por doquier en las dos marchas. En la movilización de los liberales también había muchas banderas de la Unión Europa. Ni una en la Marcha por la Polonia de Nawrocki.
"Toda Polonia por Rafał", gritaban miles en la Plac Bankowy, donde se ubica el Ayuntamiento de Varsovia. A pocos metros de la estatua del poeta y dramaturgo Juliusz Słowacki, hablamos con Violeta, de 55 años, recién llegada de Radom, donde trabaja en el Museo de Arte Moderno. "Vamos a ganar porque los polacos somos una nación muy sabia y por eso vamos a votar de forma que nuestros hijos tengan seguridad. El 1 de junio ganará Rafal Trzaskowski. Tiene una gran experiencia en diplomacia y cooperación con los países de la UE y todo el mundo. Habla seis idiomas. Lo que menos me gusta es su excesiva modestia", explica Violeta.
La visión de un veterano de Solidarność
Muchos reconocen entre la multitud partidaria de Trzaskowski a Bogdan Borusewicz, quien fuera cerebro gris del movimiento Solidarność y presidente del Senado. No cree que pueda compararse este momento con la lucha que abanderó Wałęsa en 1980. "Hoy hay democracia, antes nos enfrentábamos a una dictadura. Entonces luchábamos por todo. Ahora si votamos mal perderemos un poco de tiempo", explica Borusewicz a El Independiente.
"Trzaskowski es un candidato abierto, proeuropeo, que quiere ayudar a Ucrania. Lo más importante ahora es la guerra en Ucrania. Si alguien dice que no quiere ayudar a Ucrania, en realidad condena a sus hijos a tener aquí una guerra", apunta Borusewicz.
Mentzen, líder de Konfederacja, está en contra de que Ucrania pueda entra en la OTAN y en una conversación en su canal de YouTube con Nawrocki logró que firmara que no accedería a su ingreso si llega a la Presidencia. Mentzen también habló con Trzaskowski, quien no firmó nada pero conversó con cordialidad y acabó tomado cervezas en el bar del candidato ultranacionalista en Tórun. Mentzen logró imponerse entre los jóvenes en primera vuelta (35%, según Ipsos) de modo que sus votantes so objeto de deseo de los dos candidatos.
Trzaskowski: "Ahora o nunca"
Trzaskowski se ha dirigido a los asistentes a la Marcha con un mensaje claro: "Es ahora o nunca. Es el último momento para que triunfe la honestidad, la decencia, la justicia, la verdad. De eso se trata en estas elecciones". Trzaskowski ha reaccionado con energía al mal resultado de la primera vuelta. En el debate del viernes estuvo ágil y a la ofensiva con Nawrocki, de quien se ha hecho popular un gesto en el que se le ve metiéndose en la boca una bolsa de nicotina, una alternativa al tabaco tradicional.
El candidato liberal ha incidido en el mensaje de unidad: "Quiero crear comunidad, ser el presidente de todos. Vamos a trabajar en lo que nos une sin dar cheques en blanco". Y ha advertido: "Nos mira toda Europa, todo el mundo". Como talismán para la victoria, ha asistido el ganador de las elecciones en Rumanía, Nicușor Dan, que antes era alcalde de Bucarest.
Tusk pide perdón
Más directo que Trzaskowski, el primer ministro polaco, Donald Tusk, líder de Plataforma Cívica que gobierna en coalición con Lewica y Tercera Vía desde finales de 2023, ha sentenciado: "Hemos dicho muchas veces, y sabíamos por qué lo decíamos, que Polonia está gobernada por gánsteres políticos, ¿recuerdan? Hace dos, tres, cuatro años. Hoy , gente, escuchen esto, vean esto, abran bien los ojos, hoy no son los políticos los que quieren alcanzar el poder, sino los gánsteres comunes y corrientes, y no hay ni una palabra de exageración en esto".
Tusk ha pedido perdón por las promesas no cumplidas desde que está en el gobierno.
"Pido disculpas. Voten en las próximas elecciones. No se trata de ningún partido ni de Tusk. Se trata de Polonia. ¡Polonia, despierta!", ha dicho Tusk, quien asegura que ve a Polonia "en el umbral de la grandeza" si gana Trzaskowski. Así podrá llevar a cabo todo aquello que hasta ahora bloquea Duda. Es lo que ha convencido a la candidata de izquierdas Magdalena Biejat a pedir el voto por Trzaskowski. "Pero sacamos la tarjeta amarilla".
Los polacos hoy quieren cambios, no aceptan que el gobierno controle a todo el mundo y les endeude"
KAROL NAWROCKI
Nawrocki, contra el control de Tusk
La Gran Marcha por Polonia, abanderada por Karol Nawrocki, partía de la plaza Charles de Gaulle y llegaba a la Plaza del Castillo. Junto al monumento a Copérnico, un grupo de seguidores de Trzaskowski contemplaba el paso de la multitud leal a Nawrocki. Han mantenido las distancias pero los seguidores del historiador conservador han gritado: "Polska cała bez Rafała (toda Polonia sin Rafal)" en respuesta al lema de los liberales Polska cała dla Rafała (toda Polonia para Rafal). Sin más enfrentamientos.
"Todos tenemos que respetarnos. Eso pasaba cuando estaba el PiS. Ahora no. Trzaskowski mira a los votantes del PiS con desprecio", comenta una pareja de Częstochowa, que no lleva banderas de la UE pero sueña con su próximo viaje a Barcelona. No pueden evitar reconocer que Varsovia, ciudad que gestiona Trzaskowski en su segundo mandato como alcalde, está en plena forma. "Pero eso es por toda Polonia. Todos ayudamos a que así sea". Cerca un hombre porta una pancarta con un eslogan anti alemán. Para los partidarios del PiS, Trzaskowski es un "candidato de Alemania". La germanofobia está alentada por Kaczyński desde hace años.
Desde la tribuna en la Plaza del Castillo Nawrocki pide un cambio. "Los polacos hoy quieren cambios, no aceptan que el gobierno controle a todo el mundo y les endeude", ha dicho Nawrocki. Entre los asistentes estaba Jarosław Kaczyński, el hombre que mueve los hilos en el PiS.
"Soy uno de vosotros. Soy un polaco que entiende las dificultades de la vida cotidiana. Estoy ante ti y tengo plena confianza de que soy tu voz. ¡Estoy aquí representando tu éxito!", ha añadido Nawrocki, quien ha reiterado su sueño de una "Polonia segura". "Una Polonia segura es una Polonia sin inmigrantes ilegales, una Polonia con dos fronteras estrictas. Una Polonia segura es una Polonia alimentariamente segura. Una Polonia socialmente segura es una Polonia en la que el presidente habla con la voz de las generaciones más jóvenes".
Para Tusk si gana Nawrocki, desde el PiS atizarán el odio. Sin embargo, Borusewicz afirma que "no hay riesgo para la democracia. El poder está en las manos del primer ministro. El presidente puede nombrar a generales y poner vetos". Confiesa el veterano sindicalista y político que no sabe lo que pasará dentro de una semana. "No se puede saber quién ganará. En los ochenta tampoco sabíamos que íbamos a vencer. Parecía que íbamos a perder y que nos acabarían matando. Ahora el problema es que perderemos tiempo ".
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