Con una experiencia de más de dos décadas como investigador de opinión pública, Marcin Duma, director del IBRiS (Instituto de Investigación Social y de Mercado) es una de las voces más autorizadas para comprender la evolución del voto en Polonia. Este domingo se celebra la segunda vuelta de las elecciones presidenciales: compiten por la sucesión de Andrzej Duda el alcalde de Varsovia, el liberal Rafał Trzaskowski, y el historiador Karol Nawrocki, respaldado por los nacionalpopulistas del Ley y Justicia (PiS). Duma reconoce que estamos ante un escenario imprevisible. En el peor de los casos, incluso hay riesgo de que derive en la mayor crisis institucional en 100 años.
"Hay un escenario acechante que nos llevaría a los tribunales. En caso de que gane Trzaskowski, el equipo de Nawrocki puede denunciar los resultados y pedir que se pronuncie la Corte Suprema. Pero la mayoría de los jueces que deberían decidir si las elecciones son válidas o no se inclinan por el PiS. Y por la forma en que llegaron a sus puestos el Gobierno, liderado por Coalición Cívica, que apoya a Trzaskowski, lo cuestiona. De este modo, el Gobierno puede plantarse y no aceptar su decisión. Una opción es que la Corte decida que tiene razón Nawrocki y ordene repetir el proceso. Pero si el Gobierno no reconoce a la Corte y su decisión, llegaríamos al 6 de agosto, cuando acaba el mandato de Duda, sin sucesor. Según la Constitución, asumiría el presidente del Sejm. Pero el lío político sería monumental. La mayor crisis institucional en 100 años", apunta Marcin Duma.
"En el caso de que gane Nawrocki, como la Corte que certifica los resultados no está reconocida por el Gobierno también puede rechazar su decisión. Y así también llegaríamos al 6 de agosto con dos presidentes, uno electo pero no reconocido por el Gobierno, y el presidente del Sejm. Eso sería aún más complicado", añade.
Reconoce el investigador que serían escenarios extremos y se daría si una de las partes eligiera esta salida tan radical. "Sucedería algo tan insólito si los líderes detrás de los dos bloques, Donald Tusk o Jarosław Kaczyński [líder en la sombra del PiS], decidieran emprender ese camino tan al límite".
Movimiento masivo de votantes
Marcin Duma apunta, sin embargo, que en su instituto tratan de averiguar quién de los dos, Trzaskowski o Nawrocki, ganará finalmente. En la primera vuelta venció el liberal Trzaskowski por una ventaja mínima, de menos de dos puntos, sobre Nawrocki, un historiador sin trayectoria política que se presenta como "candidato ciudadano", aunque es el elegido por el PiS, es decir Kaczyński, para suceder a Duda. Es un "hombre del pueblo", de origen humilde y con un pasado turbio, frente al alcalde de Varsovia, un liberal moderno, políglota y culto.
Kaczyński ya acertó con el casting de Andrzej Duda en 2015, quien logró imponerse al entonces presidente Bronisław Komorowski contra pronóstico. Pocos meses después, el PiS ganaba las elecciones legislativas. Y se mantuvo en el poder hasta las elecciones de 2023, cuando una coalición de liberales (Tusk), Lewica (izquierda) y Tercera Vía lo desbancó.
"Estamos en el punto en el que los investigadores tenemos problemas para predecir quién ganará. Las emociones están muy candentes. Lo que sí estamos observando es un movimiento masivo de votantes en Polonia, y no solo de aquellos que votaron en la primera vuelta por otros candidatos desbancados en la primera vuelta, sino también hay un grupo de votantes que se abstuvieron el 18 de mayo por diferentes razones, unos por desencanto, otros por apostar solo por la vuelta decisiva. Observamos una movilización masiva, como un ejército en marcha, pero no sabemos si va a defender el castillo o lo va a echar abajo", indica el investigador.
Observamos una movilización masiva, como un ejército en marcha, pero no sabemos si va a defender el castillo o lo va a echar abajo"
Nos explica que un indicativo muy revelador proviene del dato de votantes que han cambiado su lugar de votación. En Polonia se puede elegir de forma fácil dónde depositar la papeleta. En las legislativas de 2023, cuando se llegó a un récord de participación del 74,3%, 1.000.000 personas realizaron esta gestión. Ahora lo han hecho 200.000 más que entonces. En la primera vuelta la participación fue del 67,3%.
El voto de la derecha suma mayoría
"En la última semana la mayoría de los que ahora van a votar y no lo hicieron antes declara que lo hará por Trzaskowski. El apoyo está cambiando en su favor, pero hemos de tener en cuenta que los votantes de la derecha en Polonia no suelen participar en las encuestas. No podemos verlos, aunque hay medios para detectarlos por sus perfiles o por declararse indecisos. Esto pasa con los votantes de Grzegorz Braun [antisemita y ultraderechista] de la primera vuelta. No confían en las instituciones y desconfían de los sondeos", señala. Braun fue la gran sorpresa de la primera vuelta, ya que logró situarse en cuarto puesto con el 6,3% de los sufragios, por delante del presidente del Sejm, Szymon Hołownia.
Todos los partidos de derecha lograron el 52% de los votos, que sería la suma de lo logrado por Nawrocki, el líder de Konfederacja, Sławomir Mentzen, que se quedó tercero con más del 15%, y los de Braun. Pero ni Mentzen ni Braun han pedido el voto para Nawrocki directamente. Quieren tomar distancia en caso de que pierda.
"Hay posibilidad de que se repita este resultado. Pero no se puede contar con el trasvase directo de votos. Cuando se trata de un punto de distancia en favor de uno u otro en los sondeos, eso se traslada en que no está nada claro. Al menos tendrían que ser tres puntos para tener un indicio más claro", señala Duma, quien subraya que los medios traslada la falsa idea de que los sondeos son exactos y dan una idea clara de lo que el votante hace. Pero hay muchos grises.
Los abstencionistas de la primera vuelta, clave
Juntos Trzaskowski y Nawrocki sumaron el 60,9% de los votos. Tampoco es fácil saber qué votarán los que optaron por alguno de los otros 11 candidatos. Algunos como Magdalena Beijat, de Lewica, o Szymon Hołownia, han pedido el voto por Trzaskowski. "Tenemos problema con los votos de Konfederacja. Algunos se van a abstener. Otros no saben qué harán aún. Y la mayoría si vota, lo hará por Nawrocki", indica el investigador, quien insiste en que el elemento que más distorsiona el resultado ahora es el hecho de que hay votantes que se quedaron en casa en la primera vuelta.
Unos se abstuvieron el 18 de mayo por desencanto con el gobierno, tras haber votado por Tusk en 2023, es decir, se desmovilizaron, y otros porque sabían que es la segunda la decisiva. "Creemos que serían 2,5 millones del lado del gobierno actual y medio millón del lado de Nawrocki. Si tenemos en cuenta estos números, Trzaskowski ganaría por un millón de votos: sería 52-53% por Trzaskowski y 48-47% por Nawrocki. Aunque eso sería si todos votan así", aclara.
Hay que tener en cuenta, además, a los que no han votado nunca y ahora los hará. En este caso es decisivo saber si lo harán por su enfado porque creen que el gobierno no ha cumplido con lo que prometió o están atemorizados por la perspectiva de que gane Nawrocki. "Creo que estamos en un punto en el que hay una gran disputa entre aquellos que quieren castigar al gobierno actual y aquellos que quieren mantenerlo. De eso se trata esta elección", concluye.
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2 Comentarios
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hace 1 segundo
De acuerdo con el comentario 1.
Estas elecciones serán a la rumana, como es costumbre en varios países de la Ue.
Está todo atado y bien atado
hace 8 horas
«La mayor crisis institucional en 100 años» dice el nota…creo que si repasamos los últimos 100 años de Polonia esto no puede llamarse ni crisis.