Donald Trump se implica de lleno en la agresión israelí a Irán, en un movimiento para el que se había dado de plazo dos semanas y que podría tener repercusiones imprevisibles en el tablero de Oriente Próximo, con la oposición de las petromonarquías del Golfo Pérsico. Estados Unidos ha bombardeado con éxito tres instalaciones nucleares iraníes —Fordow, Natanz e Isfahan—, ha anunciado a primera hora de este domingo el presidente estadounidense. El republicano ha afirmado en sus redes sociales que "se ha lanzado toda la carga de bombas sobre los objetivos".
«Hemos completado con éxito nuestro ataque contra las tres instalaciones nucleares de Irán, incluidas Fordow, Natanz y Esfahan. Todos los aviones se encuentran ahora fuera del espacio aéreo iraní. Se ha lanzado toda la carga de BOMBAS sobre el emplazamiento principal, Fordow. Todos los aviones están de vuelta a casa sanos y salvos. Enhorabuena a nuestros grandes guerreros estadounidenses. No hay otro ejército en el mundo que pudiera haber hecho esto. ¡AHORA ES EL MOMENTO DE LA PAZ! Gracias por su atención a este asunto", publicó a primera hora de este domingo el magnate republicacino en Truth Social.
Los ataques se producen 48 horas después de que dijera que Estados Unidos concedía un plazo de dos semanas para los últimos esfuerzos diplomáticos, aunque se mostró escéptico sobre las perspectivas de la diplomacia tras la reunión de Irán con las potencias europeas en Ginebra, Suiza, el viernes.
Los ataques se produjeron durante o poco después de la reunión de seguridad nacional de Trump en la Casa Blanca, que se celebró tras el aumento drástico de la presencia militar estadounidense en Oriente Medio, incluidos los bombarderos B2 destinados a lanzar bombas antibúnker en lugares como Fordow.
Trump afirmó el viernes que solo Estados Unidos tenía la capacidad de atacar estos lugares, aunque funcionarios israelíes habían comunicado a sus homólogos estadounidenses que tomarían cartas en el asunto si Trump agotaba el plazo de dos semanas que había anunciado.
La decisión de Trump de involucrar directamente a Estados Unidos en la guerra se produce en medio de un intenso debate sobre las consecuencias de la intervención militar estadounidense, ya que gran parte de su base insiste en que tal acción sería una traición a la ideología de «America First» (Estados Unidos primero) que sustenta su plataforma política.
Irán ha prometido tomar represalias contra cualquier escalada militar estadounidense, y los soldados, las bases militares y las rutas marítimas estadounidenses podrían ser objetivos potenciales. Las autoridades estadounidenses también están preocupadas por la posibilidad de que células durmientes ataquen intereses estadounidenses, ya sea dentro del país o en el extranjero.
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