Es la primera cumbre de la OTAN desde que Donald Trump llegó a la Casa Blanca. También es la primera en la que ejerce de anfitrión Mark Rutte, secretario general desde el otoño pasado, y lo hace en La Haya, su ciudad natal. El destino ha querido que se celebre con un Trump en guerra con Irán, tras los ataques de domingo a las principales plantas nucleares. El régimen de los ayatolás respondió el lunes con el bombardeo de bases de EEUU en Qatar e Irak. Y para colmo la compleja unidad, tejida durante meses entre bambalinas, ha saltado por los aires por el plante del presidente del Gobierno español sobre el objetivo del 5% en defensa.
El secretario general del pacto, Mark Rutte, quería que todo funcionara a la perfección. Sin embargo, los líderes de los 32 países de la alianza, reunidos en La Haya el martes por la noche, se comprometerán a aumentar el gasto en defensa al 5 % del PIB para 2035, de los cuales 1,5 puntos porcentuales se destinarán a gastos no directamente relacionados con el potencial militar, como infraestructura vial o portuaria.
"No habrá excepciones, ni acuerdos al margen", dijo el lunes Rutte en alusión a España. Pedro Sánchez asegura que España puede cumplir con las capacidades asignadas con un 2,1% en pura defensa en lugar del 3,5%. Rutte lo pone en duda, pero va a dejar hacer hasta que se hagan las próximas evaluaciones. "España torpedea la cumbre dela OTAN la víspera de la celebración", titulaba el Financial Times. Sánchez piensa en sus socios cuando su situación es frágil, pero con su posición debilita a la OTAN y la posición de España frente a EEUU.
"Esta medida supondría un enorme riesgo para los intereses de seguridad nacional y política exterior a largo plazo de España como país. Está claro que el Gobierno español no solo está incumpliendo sus obligaciones financieras con la alianza de la OTAN. No está alineado con los esfuerzos de Estados Unidos para contrarrestar los esfuerzos de la República Popular China y sus aliados por cambiar el orden mundial. Por lo tanto, la Administración Trump tiene motivos políticos para adoptar un enfoque mucho más radical en las relaciones entre Estados Unidos y España", señalan fuentes cercanas a los republicanos de EEUU a El Independiente.
EEUU en lento repliegue
Los aliados tienen muy presente que el Donald Trump del primer mandato estaba dispuesto a que EEUU dejara la organización militar más exitosa de la historia. El Trump del segundo mandato es aún más impredecible. De hecho, ha dado la orden de atacar las instalaciones nucleares de Irán aunque ganó las elecciones con un mensaje de "presidente de la paz". Pero ha hecho más caso a Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, que a los ideólogos del MAGA. Ahora quiere pasar a la Historia por borrar del mapa el supuesto programa nuclear iraní y quizá por acabar con el régimen de los ayatolás. Hasta el último momento se temía que la escalada en Oriente Próximo pudiera hacer que cambiara de plan y cancelara su viaje a La Haya.
Todos en la Alianza Atlántica saben que EEUU va a empezar a reducir su presencia en Europa pronto y que el tiempo apremia para reemplazar el papel que ha desempeñado hasta ahora Washington. No hay ningún otro país que pueda sustituirlo así que se trata de que ese desanclaje sea lo más lento posible. Sería un grupo de países, Alemania, Reino Unido, Alemania y Polonia los que podrían empujar más que el resto.
Hay que reemplazar la ayuda de EEUU a Ucrania, cuya supervivencia como Estado soberano es vital para Europa. Si Ucrania cae en manos de Rusia, en pocos años Vladimir Putin puede atreverse con algún país de la Alianza Atlántica. ¿Acudirá el resto en su ayuda? Rutte lo ha repetido muchas veces: "Hoy estamos seguros, dentro de tres o cinco años, no sabemos".
La OTAN lleva tiempo trabajando en cuáles son las capacidades que ha de mejorar y qué ha de hacer cada país para ponerse al día frente a la amenaza rusa y con vistas a una nueva etapa en la que EEUU deje de llevar la voz cantante.
Será en el otoño cuando el Pentágono determine con qué rapidez y en qué medida Estados Unidos reducirá su presencia militar en Europa. "No sabemos si esto significa volver al nivel anterior a la invasión rusa de Ucrania, es decir, unos 70.000 soldados, o quizás recortes mucho más drásticos", admite el exsecretario general adjunto de la OTAN, Camille Grand.
Según un estudio del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos publicado el mes pasado, los costes de sustituir las armas estadounidenses y sus 128 000.soldados por otros equivalentes ascenderían a aproximadamente un billón de dólares en 25 años. Las dependencias más urgentes son los satélites, las capacidades de ataque en profundidad, el reabastecimiento en vuelo y el transporte táctico.
El comisario de Defensa de la UE, Andrius Kubilius, cree que el gasto europeo en defensa tendría que aumentar en 250.000 millones de euros al año y que se incorporarían 300.000 soldados adicionales a las fuerzas armadas.
Bruselas estima que tomará hasta una década asumir las tareas clave que Estados Unidos actualmente realiza para la OTAN, incluyendo inteligencia, transporte de equipo pesado y defensa aérea. Sin embargo, este proceso no puede llevarse a cabo eficazmente sin un acuerdo detallado con el Pentágono sobre qué equipo y cuándo los estadounidenses desean retirarse.
¿Compromisos realistas?
Tras la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia, en la cumbre de Gales de 2014 se tomó la decisión de aumentar el gasto en defensa al 2% del PIB. Solo 11 años después, este año, todos los aliados cumplieron con este requisito. Ahora se demanda que el objetivo sera el 5% (3,5% en defensa pura y 1,5% en cuestiones relacionadas con la seguridad) y el presidente del gobierno español se ha desmarcado sin dar apenas tiempo a reaccionar a los aliados. Rutte ha optado por una salida conciliadora probablemente por temor a que Trump dé un puñetazo en la mesa antes de sentarse. ¿Y si los americanos empaquetan antes de lo previsto? El error de cálculo de Sánchez lo pueden pagar los demás.
No solo España tendrá problemas prácticos para implementar los compromisos de La Haya. Bélgica, Portugal, Italia, Francia y Reino Unido están actualmente endeudados hasta las cejas y no está claro de dónde obtendrían fondos adicionales para las fuerzas armadas. Pero sus dirigentes no se han hecho notar. Saben que eso se negocia en el momento adecuado sin poner a los aliados entre la espada y la pared.
El papel de Alemania se vuelve crucial en esta situación. La República Federal no solo no tiene problemas de deuda excesiva, sino que, a punto de tomar el poder, Friedrich Merz impuso la abolición del límite constitucional al gasto en defensa. El canciller anunció que bajo su mandato se crearía el ejército convencional más poderoso de Europa. Alemania ha dado un giro de 180 grados en su concepción de la amenaza rusa.
Porque además de la perspectiva de la retirada estadounidense de nuestro continente, la OTAN se enfrenta ahora a otra carrera contrarreloj: Rusia. En una entrevista en la BBC, el jefe del Estado Mayor alemán, general Carsten Breuer, indicó inicialmente que Moscú estaría listo para poner a prueba la credibilidad del pacto en 2029. Atacaría los países bálticos o el paso de Suwałki, en la frontera entre Polonia y Lituania. Por algo el comisario de Defensa de la Ue asegura que ucrania "Debe incluirse en la arquitectura de seguridad europea". Zelenski asistirá este martes a la cena en La Haya.
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