En el fuego cruzado del relato, el que pide paso tras el fin de la que Donald Trump bautizó como 'la Guerra de los 12 días', ambos bandos reclaman la victoria. Teheran y Tel Aviv, tras la lluvia de misiles y los bombardeos, pelean ahora por la asunción del triunfo sobre el archienemigo. Para Irán, la guerra ha terminado y la República Islámica sale airosa. Para Israel, el enfrentamiento simboliza una "victoria histórica" que ha neutralizado supuestas amenazas existenciales. Una narrativa enfrentada que ilustra con crudeza la pugna regional por el dominio simbólico y estratégico.

Netanyahu: "Victoria histórica"

Ayer miércoles el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu inició la reunión de su Gabinete festejando “la gesta”: “Hemos logrado una gran victoria en la campaña contra un enemigo que vino a destruirnos. Con esta victoria, eliminamos dos amenazas existenciales inmediatas para asegurar la eternidad de Israel”. Un guión que ya había trazado la víspera antes los medios.  “En los 12 días de la Operación Rising Lion, hemos logrado una victoria histórica que perdurará durante generaciones. Este es un momento de orgullo nacional, un momento de unidad, un momento en el que todos los ciudadanos de Israel pueden estar orgullosos y decir: Juntos hemos logrado lo inimaginable. La nación se levantó como un león. Am Israel Chai [«El pueblo de Israel vive»]. Y con la ayuda de Dios, el pueblo eterno garantizará la eternidad de Israel”, deslizó.

Netanyahu aseguró que en menos de dos semanas Israel ha deshecho como un azucarillo el programa nuclear iraní. “Eliminamos dos amenazas existenciales: el aniquilamiento nuclear y los ataques con misiles. Nos comprometemos a impedir que Irán reanude su programa nuclear", advirtió entre informes preliminares que indican lo contrario: los bombardeos estadounidenses del pasado domingo contra las instalaciones nucleares iraníes de Fordow, Natanz e Isfahán no han destruido el programa sino básicamente retrasado su desarrollo unos meses.

Pezeshkian: "Victoria total"

Una repetida celebración de la supuesta victoria que también han firmado en Teherán. Masoud Pezeshkian, el presidente iraní, proclamó que "la guerra con Israel ha terminado" y afirmó que el Estado hebreo "ha sufrido graves daños y ha fracasado en su intento de destruir instalaciones nucleares y generar inestabilidad social en Irán". En una escenificación pública del relato victorioso, calificó la contienda como una "victoria total" y prometió: "Si el régimen sionista no viola el alto el fuego, Irán tampoco lo hará".

Ambas narrativas coinciden en lo esencial: cada uno reafirma su capacidad de disuasión y de infligir daño significativo al adversario. Israel demostró que puede penetrar los cielos iraníes; eliminar a altos mandos militares y más de una docena de científicos nucleares; y afectar instalaciones nucleares clave con la colaboración estadounidense. Irán, por su parte, probó que puede lanzar ataques que afectan la seguridad israelí y que su capacidad de represalia sigue intacta.

Un resultado disputado

“Para Irán, Irán es el ganador. Para Israel, Israel es el ganador”, resume en declaraciones a El Independiente Joost R. Hiltermann, asesor especial para Oriente Medio y Norte de África del Crisis Group. La realidad, desliza este analista, podría ser más compleja y el resultado podría hallarse en tierra de nadie. En una partida de ajedrez que acaba en tablas.

“Israel demostró que podía tomar el control del espacio aéreo sobre Irán, matar a sus altos mandos militares y a sus principales científicos nucleares, y causar graves daños, con la ayuda de Estados Unidos, al programa nuclear iraní”, arguye Hiltermann. “Irán demostró que podía llevar a cabo ataques devastadores contra Israel, lo que exhibe que Israel es vulnerable”, agrega.

Irán demostró que podía llevar a cabo ataques devastadores contra Israel, lo que exhibe que Israel es vulnerable

Las imágenes de edificios residenciales destrozados en Tel Aviv, Haifa o Be'er Sheva, en el sur del país, por aquellos misiles que no fueron interceptados por la Cúpula de Hierro han sido explotados eficazmente por el régimen iraní para desafiar el relato de la superioridad militar y el fortín de Israel. Igual que Hamás lo convirtió en el centro de su propaganda cuando los ataques del 7 de octubre de 2023 mostraron las fallas de seguridad del Estado judío.

La contienda, aunque breve, ha sido especialmente costosa y dura en el lado iraní. El Ministerio de Salud iraní cifró ayer mieércoles los muertos por los ataques de Israel en 627 y en 4.870 el número de heridos, la mayoría de ellos producidos en la capital. En Israel los ataques con misiles balísticos y drones han dejado 28 fallecidos, 4 de ellos en el último ataque iraní antes de la entrada en vigor de la tregua.

Dudas sobre el alcanza al programa nuclear

Los primeros informes de inteligencia estadounidense -que insisten en que el programa nuclear iraní no ha sido borrado ni neutralizado, como asegura públicamente Trump- también arrojan un análisis más realista sobre supuestos triunfos y victorias. “Aunque el programa nuclear iraní ha sufrido daños, aún no está claro cuán graves son. Esto es importante, porque un programa nuclear puede reconstruirse con los conocimientos y los recursos disponibles. Si Irán decide no negociar con Estados Unidos, podría optar por avanzar de forma más decidida hacia la militarización, aunque ello lleve tiempo”, desliza  Hiltermann.

Por su parte, Ali Vaez, director del Irán Project del Crisis Group, exige cautela. "Consideraría cualquier evaluación inicial como lo que es: una evaluación inicial que puede cambiar a medida que se revisen más datos e información y se comparen con otras estimaciones. No es algo que pueda determinarse de manera concluyente sin una mejor comprensión de los factores que han dañado las instalaciones —que son claramente importantes— y del estado y la ubicación del material fisible", replica. "Tampoco está claro el impacto que tendrá para Irán la pérdida de más de una docena de científicos nucleares que probablemente desempeñarían un papel en los esfuerzos de reconstitución. El papel del OIEA sería fundamental para comprender mejor la situación sobre el terreno, aunque su acceso ha sido limitado durante toda la guerra", añade.

Irán se ha debilitado considerablemente y ha sido penetrado mucho más de lo que muchos habían supuesto

En un intento de ayudar al relato de Trump, la Oficina de Netanyahu difundió "en nombre de la Comisión de Energía Atómica de Israel (IAEC)" un comunicado ayer en el que aseguraba que "el devastador ataque estadounidense contra Fordow destruyó la infraestructura crítica del emplazamiento y dejó inoperativa la instalación de enriquecimiento". "Consideramos que los ataques estadounidenses contra las instalaciones nucleares de Irán, junto con los ataques israelíes contra otros elementos del programa nuclear militar iraní, han retrasado muchos años la capacidad de Irán para desarrollar armas nucleares. Este logro puede continuar indefinidamente si Irán no tiene acceso a material nuclear", agregó la nota.

En Oriente Próximo se vuelve a mostrar que la victoria no es un hecho absoluto sino una percepción. Como en tantas otras ocasiones previas, el conflicto permanece latente, esperando su próximo estallido. Y las victorias y derrotas son más difusas, menos evidentes. “Irán se ha debilitado considerablemente y ha sido penetrado mucho más de lo que muchos habían supuesto. Dicho esto, aunque Israel logró muchos éxitos en su campaña militar, quedó demostrado que seguía dependiendo en cierta medida de Estados Unidos para obtener apoyo militar y, lo que es más importante, político”, concluye en declaraciones a este diario Kristian Coates Ulrichsen, profesor de la Universidad estadounidense de Rice y reputado experto en Oriente Próximo.

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