Entregárselos para evitar tener que acometer el “trabajo sucio” de hace unas semanas al bombardear las instalaciones nucleares de Irán. Legisladores demócratas y republicanos han presentado esta semana un proyecto de ley en el Congreso de Estados Unidos que autorizaría la transferencia de bombarderos furtivos B‑2 Spirit y municiones GBU‑57 a Israel, si se desvela que Irán continúa desarrollando armas nucleares.
El proyecto, denominado “Bunker‑Buster Act”, fue introducido por los representantes Josh Gottheimer, demócrata de Nueva Jerse, y Mike Lawler, republicano de Nueva York. Según el texto legislativo, el objetivo es garantizar que Israel “cuente con las herramientas necesarias” para hacer frente a un posible avance nuclear iraní.
“Irán, el principal patrocinador del terrorismo en el mundo, nunca debe obtener armas nucleares”, arguye Gottheimer. “Esta legislación es una poderosa herramienta de disuasión y apoyo a uno de nuestros aliados más cercanos”, garega.
La iniciativa llega apenas una semana después de que Estados Unidos lanzara una serie de bombardeos aéreos contra instalaciones nucleares iraníes en Fordow, Natanz e Isfahán, en el marco de la operación “Midnight Hammer”. En esos ataques, que marcaron la primera vez que EE. UU. utiliza bombas antibúnker GBU‑57 en combate real, participaron bombarderos furtivos B‑2 desplegados desde la base aérea de Whiteman, en el estado de Missouri.
Una entrega sin precedentes
Actualmente, la Fuerza Aérea estadounidense mantiene en servicio solo 19 B‑2 Spirit, y nunca ha exportado esta aeronave a ningún país, ni siquiera a sus aliados más cercanos. Capaces de evadir radares y transportar armas nucleares o convencionales, incluidos proyectiles de más de 13 toneladas como la “Massive Ordnance Penetrator” (MOP), los B‑2 son considerados una de las piezas más estratégicas del arsenal aéreo estadounidense.
Según analistas citados por Reuters y Haaretz, entregar estos activos a Israel constituiría un giro dramático en la política de defensa y exportación militar de Washington, especialmente en un contexto de creciente tensión regional. “Esto sería más que un gesto de respaldo: implicaría una integración operacional sin precedentes entre las fuerzas aéreas de ambos países”, señaló el experto en defensa aérea Tal Inbar al diario israelí Yedioth Ahronoth.
Disputas internas y riesgos geopolíticos
Si bien el proyecto cuenta con apoyo bipartidista, ha generado resistencia en sectores del Congreso, donde algunos legisladores advierten sobre una posible escalada regional y cuestionan que una medida de tal magnitud pueda quedar “a discreción del presidente”, sin necesidad de aprobación legislativa previa.
Grupos defensores del control nuclear, como el Arms Control Association, advirtieron de que la iniciativa podría alentar a Irán a abandonar definitivamente cualquier compromiso con el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), lo que dificultaría aún más los esfuerzos diplomáticos.
¿Un mensaje para Teherán?
La propuesta legislativa también es leída como un mensaje claro hacia Irán. Desde los ataques estadounidenses en junio, el régimen iraní ha elevado el tono de sus advertencias, aunque hasta el momento no ha confirmado daños en sus instalaciones nucleares subterráneas.
A ojos de muchos en Washington, esta ofensiva legislativa forma parte de una estrategia más amplia del gobierno de Donald Trump para redefinir el rol de disuasión de EEUU en Oriente Medio, en un momento de creciente hostilidad entre Irán, Israel y sus respectivos aliados.
Próximos pasos
El proyecto de ley será debatido en el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes en las próximas semanas. Si obtiene luz verde, pasará al Senado, donde también se espera un respaldo mayoritario, aunque no exento de discusiones.
Mientras tanto, Israel no ha comentado oficialmente sobre la propuesta, aunque altos funcionarios del Ministerio de Defensa han expresado “gran interés” en adquirir “capacidades ofensivas estratégicas” que permitan neutralizar amenazas nucleares “en cualquier punto del mapa”.
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