Uganda enfrenta una crisis alimentaria grave: 846.000 personas (20 %) sufren inseguridad alimentaria aguda (Fase 3 o superior de la CIF, entre agosto 2023 y enero 2024). Desastres naturales y la falta de recursos en zonas rurales agravan la situación. En regiones como Mbarara, Nakivale y Kasese, muchas familias dependen de la agricultura para sobrevivir.
Para apoyarles, Acción contra el Hambre lleva a cabo el proyecto SIDA, que facilita a las familias el acceso a tierras cultivables, sistemas de riego, semillas y herramientas. Se les ofrece formación para mejorar su alimentación y formas de ganar ingresos de
manera más estable.
La agricultora de cebollas, Marion M ungumwema, junto con otros agricultores del proyecto SIDA, ha recibido acceso a tierras, acceso al mercado y sistemas de riego gracias a Acción contra el Hambre.
El hijo de ocho años de Rose Masika, Mbua Philbert, en casa. Rose Masika y su familia fueron afectados por un deslizamiento de tierra mortal en plena noche cerca de la aldea de Keghema. El deslizamiento ocurrió en mayo de 2024 y ella recibió artículos de apoyo no alimentarios de Acción contra el Hambre.
Judith Nzale cultiva maíz en la granja Bukinda Block, dentrodel asentamiento de refugiados de Kyangwali. Gracias al acceso a la tierra, su medio de vida ha mejorado notablemente. Con los ingresos adicionales obtenidos de la venta de maíz, pudo iniciar su propio negocio de venta de legumbres.
“Como refugiada que llegó a Uganda en 2018, fui testigo deldevastador impacto de un brote de cólera. Se perdieron muchas vidas y la esperanza era escasa. Esta experiencia me enseñó la importancia del saneamiento, la higiene y una buena alimentación. Los conocimientos y habilidades que adquirí gracias a Acción contra el Hambre me han dado las herramientas para proteger la salud y el bienestar de mi familia”
Nedone Kachingo cuida de sus pimientos en el sitio de riego Munsisa B.
Shikiranya Juistine, de 43 años, elimina las m alas hierbas de sus cebollas en la parcela Rwoma B Block, en Mbarara. Ha utilizado los ingresos excedentes para pagar las matrículas escolares de sus 10 hijos.
“De niña, cometí el error de abandonar la escuela. E n aquel momento no entendía el valor de la educación. Es un arrepentimiento que llevo muy dentro. Ahora, la educación de mis hijos es mi prioridad absoluta. Gracias a la agricultura, podemos ofrecerles una educación de calidad”
Morius Asaba, voluntaria del proyecto, enseña a Sophia Masika y a sus vecinas la importancia de una alimentación sana y equilibrada en la aldea de Kanyeti, en Kasese. Sophia y su familia perdieron su hogar debido a un deslizamiento de tierra devastador. Ella y otra vecina, que también perdió su casa, se mudaron con la única vecina cuya vivienda permanecía intacta. Juntaron el dinero en efectivo que recibieron de Acción contra el Hambre y compraron un cerdo. El cerdo ha dado cría y esperan poder aumentar su ganado y obtener beneficios.
Rodget Ukuna, de 59 años, es un refugiado congoleño que vive en el asentamiento de refugiados de Kyangwali, en la aldea de Kentomi. Se haconvertido en un referente e inspiración para su comunidad. En su hogar modelo apoyado por Acción contra el Hambre, cultiva una gran variedad de hortalizas como tomates y berenjenas, que cosecha él mismo para cocinar y alimentar a su familia. Además, organiza reuniones de los grupos de ahorro y de cuidados comunitarios. Sus vecinos también participan y le ayudan en el trabajo agrícola, lo que refuerza el sentido de colaboración comunitaria que ha sabido construir a su alrededor.
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