El acuerdo entre la Unión Europea, representada por Ursula Von der Leyen, presidenta de la Comisión, y Donald Trump solo tiene un claro defensor: el propio presidente de Estados Unidos que amenazó con colosales aranceles a diestro y siniestro. Su chantaje, lo que él denomina "liberación", ha hecho que el libre comercio salte por los aires. A la UE lo que le quedaba era tratar de minimizar los daños y sacar rédito geopolítico de la negociación. ¿A quién perjudica este acuerdo? Sobre todo, a Rusia, ya que queda descartada sine die como suministrador de energía y porque Europa confirma su rearme. Además, la UE evita una guerra comercial con EEUU. Ese tsunami habría beneficiado a los ultranacionalistas como Viktor Orbán, Marine Le Pen o Alice Weidel.
Los líderes europeos han sido prudentes a la hora de valorar el acuerdo, que fija en un 15% la mayoría de los aranceles a los productos que se exporten a Estados Unidos. "No es un buen resultado pero es el mejor de los posibles", dijo el canciller alemán, Friedrich Merz. El primer ministro francés, François Bayrou, habló de "día aciago", pero no tiene mucho margen para desmarcarse dada la presión por la extrema derecha y la extrema izquierda, muy críticos con el acuerdo. El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez dijo que lo respalda "sin ningún entusiasmo".
La UE se compromete a comprar energía estadounidense por valor de 750.000 millones de dólares e invertir otros 600.000 millones adicionales, además de incrementar sus adquisiciones de material militar. Es decir, la UE va a dar prioridad a la compra de energía a EEUU en detrimento de Rusia, que a pesar de la guerra sigue suministrando petróleo y gas a varios países europeos. Es el quid de la cuestión: "En el momento decisivo de las conversaciones entre Trump y Von der Leyen se abordaron cuestiones geopolíticas. En este sentido, nuestra valoración coincide prácticamente por completo con la de los estadounidenses", dijo el comisario de Comercio, el eslovaco Maroš Šefčovič, en la valoración de las conversaciones.
Contra Rusia
Dmitri Mdevedev no pudo ocultar su ira por este pacto. El ex presidente ruso atacó la debilidad de la Unión Europea frente a Trump, pero tuvo que reconocer que el acuerdo era "anti ruso", ya que supone de facto una prohibición de la compra de gas y petróleo ruso.
En una declaración, Von der Leyen lo reconocía: "Las compras de productos energéticos estadounidenses diversificarán nuestras fuentes de suministro y contribuirán a la seguridad energética de Europa. Sustituiremos el gas y el petróleo rusos por compras significativas de LNG, petróleo y combustibles nucleares estadounidenses".
Es algo que le parece una barbaridad a la izquierda del PSOE en España, léase Izquierda Unida y Podemos, que defiende que se siga comprando a Rusia, como si no fueran los responsables de la invasión de Ucrania, mientras arremete contra Israel y exige medidas de boicot contra su Gobierno.
Implacables con la UE, comprensivos con Trump
Los más combativos contra el acuerdo de la UE son quienes hubieran sido los más vociferantes si se hubiera acabado el plazo sin fumata blanca. En cabeza, el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, quien dijo que Trump se había comido con patatas a Von der Leyen. No es casual que Orbán sea uno de los principales aliados de Putin en la Unión Europea, junto con el eslovaco Robert Fico.
Para Orbán no se trata de que el presidente de EEUU extorsione a sus aliados como un gángster sino de que la presidenta de la Comisión Europa no actuó con firmeza y se acabó doblegando. En realidad, eran los principales países de la UE, sobre todo Alemania, los que preferían la certidumbre de un mal acuerdo a una guerra abierta con Trump.
Los ultranacionalistas europeos cercanos al Kremlin en la Unión Europea reaccionaron de la misma manera. "El acuerdo alcanzado por Ursula von der Leyen con Donald Trump es un fracaso político, económico y moral", escribió en el portal X la líder de la extrema derecha Agrupación Nacional, Marine Le Pen. Y puso en duda el sistema según el cual la Comisión Europea negocia en nombre de todos los países de la UE. "La fuerza de la soberanía de los 27 Estados miembros en materia comercial no se suma, sino que desaparece bajo el peso de la burocracia de Bruselas", añadió.
Marine Le Pen, a pesar de que de momento está inhabilitada para presentarse en las presidenciales de 2027, es la clara favorita de modo que apostar fuerte contra Macron y el Gobierno de Bayrou siempre le sale a cuenta. Tampoco Marine Le Pen ha criticado a Trump por chantajear a la Unión Europea.
Para Alice Weidel, líder de AfD, el principal partido de la oposición en el Bundestag: "No es un acuerdo, sino una bofetada en la cara de los consumidores y productores europeos". Si ápice de reproches a Donald Trump en la página web de AfD puede leerse: "El acuerdo arancelario en condiciones estadounidenses es una declaración de insolvencia para la UE. El fracaso de Von der Leyen en las negociaciones demuestra ante los ojos de todos que la UE, en su estado actual, que requiere urgentemente una reforma, no tiene nada más que frases vacías e ilusiones ideológicas... Los intereses económicos, comerciales y de política exterior de Alemania están en muy malas manos con esta UE. Debemos volver a tomar las riendas de la reconstrucción de las bases de nuestro éxito económico, abandonar los errores en materia de política energética, económica y migratoria, y volver a defender nuestros propios intereses. Quien confíe en esta UE, estará perdido".
En el caso de Vox su portavoz, José Antonio Fúster, achaca el resultado a que los líderes de la UE no asumió a tiempo que había que negociar y se dedicó a insultar a Trump. "Nosotros pedimos, desde el momento en que se anunciaron los primeros aranceles, que la UE se sentara y negociara de buena fe y de tú a tú con los Estados Unidos. ¿Qué hemos tenido delante todo este tiempo? Pues hemos tenido unos políticos en una carrera alocada por insultar al presidente Trump, por insultar a la Administración estadounidense, por insultar directamente a los Estados Unidos. Esto no es bueno para una negociación, nunca. No es bueno para una negociación sentarse con alguien al que has estado insultando durante meses", dijo Fúster, sin especificar quién había insultado a Trump. ¿Von der Leyen? ¿Merz? ¿Acaso Macron? ¿Ha tratado como aliados Trump a los europeos?
El acuerdo arancelario se aprobará por mayoría cualificada, o por unanimidad, así que Orbán no podrá presionar y exigir contrapartidas como suele acostumbrar. La inmensa mayoría, sobre todo en el flanco oriental, lo apoya, aunque no es ideal para nadie.
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1 Comentarios
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hace 44 segundos
Yo por mi parte intentaré comprar lo menos posible productos americanos. Y al margen de un hilo más fino empezaré por Costco