El director británico Christopher Nolan se ha convertido en el epicentro de la polémica tras el rodaje de escenas de su nueva superproducción, La Odisea, en la ciudad de Dajla, en el Sáhara Occidental, un territorio ocupado por Marruecos desde 1975 y pendiente de descolonización según Naciones Unidas.

El Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara) ha lanzado este lunes un manifiesto que acusa a Nolan, a Universal Pictures y a las productoras implicadas de ser “cómplices involuntarios” de la ocupación marroquí. El texto ya cuenta con el respaldo de más de un centenar de artistas, cineastas, activistas y defensores de derechos humanos que exigen al director británico una rectificación pública.

Firmantes

Entre los firmantes figuran Javier Bardem, Rodrigo Sorogoyen, Icíar Bollaín, Juan Diego Botto, Carolina Yuste, Itziar Ituño, Luis Tosar, Javier Gutiérrez, Nathalie Poza, Amparo Sánchez y Eliseo Parra, además de cineastas internacionales como Paul Laverty, David Riker y Lurdes Pires. La lista se completa con figuras saharauis como la reconocida defensora de derechos humanos ElGhalia Djimi, víctima de desaparición forzada durante años en prisiones marroquíes.

“Hasta que Nolan y su equipo rompan su silencio, Marruecos actúa de portavoz de la producción y les convierte en cómplices de la represión contra el pueblo saharaui”, denuncia María Carrión, directora ejecutiva de FiSahara. La organización recuerda que, mientras Hollywood guarda silencio, el ministro de Cultura marroquí ha celebrado el rodaje como un paso para convertir Dajla en un plató internacional.

La polémica se intensificó después de que el propio ministro presumiera en redes sociales de haberse reunido con Nolan y con la actriz Charlize Theron, embajadora de la ONU para la eliminación de la violencia contra la mujer. “Estoy segura de que Charlize Theron no apoyaría la violencia de género cometida sistemáticamente por las fuerzas de ocupación contra mujeres saharauis”, subraya Carrión.

El manifiesto de FiSahara reclama tres acciones concretas: que Nolan y Universal Pictures reconozcan públicamente que no deberían haber filmado en Dajla; que no utilicen las imágenes rodadas en el montaje final de La Odisea; o, en su defecto, que obtengan el consentimiento del pueblo saharaui a través de sus representantes legales.

    La iniciativa cuenta con el respaldo del movimiento internacional de solidaridad con el Sáhara Occidental, que pide a Nolan utilizar su influencia para visibilizar la situación de un pueblo atrapado entre la ocupación militar, la represión y el exilio en los campamentos de refugiados de Tinduf (Argelia), donde cada año se celebra el festival.

    “Si Nolan quiere comprender la realidad saharaui, le invitamos a alojarse con una familia refugiada en Tinduf. No hay mejor escenario para entender lo que significa vivir medio siglo esperando un referéndum que nunca llega”, remata Carrión. Mientras tanto, el equipo de La Odisea mantiene un hermético silencio.