Vivimos en tiempos de incertidumbre estratégica. En pleno agosto se anuncia la cumbre entre Donald Trump y Vladimir Putin, el primer encuentro de un presidente estadounidense cara a cara con el líder ruso desde el inicio de la guerra en Ucrania, y ni siquiera se han puesto de acuerdo para trasladar a la opinión pública internacional de quién fue la idea. El Kremlin dice que fue una propuesta de Trump y la Casa Blanca dice que la iniciativa partió de Moscú. La reunión tendrá lugar en breve plazo, probablemente en Emiratos, y lo que se descarta es una reunión a tres en la que participe el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski. Para Putin es impensable legitimar así a Zelenski.
En su último encuentro con el presidente de Bielorrusia, Aleksander Lukashenko, ese espejo en el que le gustaría a Putin que se mirase Zelenski, el presidente de la Federación Rusa hablaba de que la frustración de Trump sobre Ucrania proviene de que tenía las expectativas muy altas. El anuncio del cara a cara entre Putin y Trump vuelve a que los medios especulen sobre el fin de la guerra. Sin embargo, sería mejor que afrontemos esta cita esperando lo mejor pero preparándonos para lo peor.
Es improbable que tras esa reunión se llegue al fin de la guerra que ya se adentra en su cuarto año, si bien es cierto que si se ven los dos líderes, que han hablado por teléfono seis veces este año, será porque algo podrán anunciar después. En el este de Ucrania, Rusia presiona en un avance que le está costando muchas bajas pero que sigue su curso. Cada noche Rusia bombardea las principales ciudades ucranianas y Kiev responde con ataques con drones, cada vez más certeros.
En las tres rondas de conversaciones que han tenido lugar entre mayo y julio tan solo se ha acordado un intercambio de prisioneros. Trump piensa que solo habrá una salida negociada si él toma las riendas.
¿Por qué aceptan verse ahora?
Putin lleva tiempo deseando un encuentro cara a cara con Trump. Aislado y perseguido por el Tribunal Penal Internacional de La Haya por crímenes de guerra, consigue ya un primer éxito al verse con Donald Trump. El presidente de EEUU le otorga legitimidad, algo que no hace Putin con Zelenski.
"Putin está dispuesto a caminar algunos pasos en la dirección en la que Trump desea que avance. Hay alguna posibilidad de encontrar puntos en común. Si se ven, tiene que haber algún resultado", afirma Abbas Gallyamov, analista político y ex speechwriter en el Kremlin en un webinar organizado por el New Eurasian Strategies Centre (NEST).
"Putin creía que podía ofrecer a Trump algo que le interesara, algo relacionado con los negocios del gas y del petróleo. Por eso no hizo caso de las demandas de alto el fuego. Ahora se ha dado cuenta de que Trump presida en serio y no le interesa que Trump se convierta en su enemigo", añade Gallyamov, quien apunta que Putin "respeta realmente" al presidente de EEUU porque le ve pragmático y le considera cercano a su forma de concebir el poder.
Trump puede presumir de que Putin accede a una reunión debido a que él ha presionado con la amenaza de sanciones secundarias. Dado que el nivel de comercio entre EEUU y Rusia es bajo, es el recurso que más puede dañar, aunque conlleva riesgos. La Casa Blanca anunció que aplicaría un 25% adicional de aranceles a la India justo después de la reunión entre Putin y el enviado de Trump, Steve Witkoff, en el Kremlin. Se hará efectivo este 25% a final de agosto, de modo que Trump pude estar utilizando a la India como un señuelo para amenazar a Rusia y el resto de sus socios comerciales.
¿Qué quiere Putin?
En un memorándum presentado a los ucranianos por Rusia en junio, Moscú expuso sus exigencias maximalistas para una "solución definitiva" del conflicto. Entre ellas se incluyen el reconocimiento de la soberanía rusa sobre las regiones ucranianas de Crimea, Donetsk, Lugansk, Zaporiya y Jersón, así como el acuerdo de Ucrania a la desmilitarización, la neutralidad, la no intervención militar extranjera y la celebración de nuevas elecciones. en realidad, no se trata de territorio, una cuestión sobre la que podría hacer concesiones Putin, sino de "las raíces del conflicto". Para Putin Ucrania forma parte del "russkiy mir o mundo ruso" de modo que ha de quedar bajo su control.
"La parte rusa puede plantear esto de una docena de maneras diferentes, creando la impresión de que Moscú está abierta a concesiones y a una negociación seria", explica en su cuenta de X la analista política rusa Tatiana Stanovaya. "Pero la posición fundamental sigue siendo la misma: Rusia quiere que Kiev se rinda". Y lo concreta Stanovaya: o bien hay renuncia a que Ucrania cuente con garantías de seguridad de los aliados o bien se facilita un cambio político, o todo a la vez.
Putin sabe que en una reunión con Trump difícilmente va a logra su objetivo final así que se trata de ganar tiempo. Es lo que lleva haciendo desde que empezó a hablar con Donald Trump.
¿Qué quiere Donald Trump?
Antes de volver a la Casa Blanca, Donald Trump prometió que acabaría con la guerra en Ucrania en 24 horas. Siempre aclara, además, que con él en la Presidencia nunca habría tenido lugar.
Ahora Trump, como apunta John Lough, responsable de Politica Exterior en el NEST Centre, navega entre dos aguas. "Por un lado, la base MAGA quiere que acabe la guerra en Ucrania, y por otro lado, los republicanos del Congreso no están de acuerdo en que Putin consiga que Ucrania acabe siendo un Estado vasallo", señala Lough.
De alguna forma, Trump también ha de tener en cuenta a los aliados europeos, que se han comprometido a comprar los suministros de armamento a EEUU para entregárselos a EEUU y van a aumentar el presupuesto en defensa en la OTAN. Por ello, Trump habló el miércoles con algunos de ellos (el canciller Merz, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte y el presidente de Finlandia, Alexander Stubb) y con Zelenski tras la entrevista de Putin y Witkoff.
Según el experto, las posibilidades de que la cumbre conduzca al fin de la guerra son casi nulas. "Putin también querrá la retirada de las fuerzas de la OTAN de Polonia y otros países del flanco oriental, así como la construcción de una arquitectura de seguridad en Europa que refuerce sustancialmente la posición de Moscú. Estos últimos puntos son inaceptables para Estados Unidos", subraya Lough.
El objetivo de Trump sería que hubiera un acuerdo de alto el fuego que fuera el preludio de una negociación sobre el fin de la guerra. Pero Putin es reacio a que paren los combates. Como máximo, el líder ruso parece dispuesto a que terminen los bombardeos pero no los avances por tierra. A Ucrania este tipo de tregua le perjudica ya que causa mucho daño con los drones y tendría que renunciar a una de sus armas más preciadas.
¿Cómo ven los ucranianos la reunión?
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha actuado con prudencia, a pesar de que no está convocado a la reunión. Zelenski insiste en que los ucranianos quieren el fin de la guerra, pero no a cualquier precio. Según la última encuesta de Gallup, un 69% de los ucranianos quieren un fin de la guerra negociado y solo el 24% apoya que siga la guerra. Pero eso no quiere decir que acepten una claudicación.
"Las prioridades están absolutamente claras", ha dicho Zelenski en un comunicado, señalando que Rusia debe aceptar un alto el fuego. También ha pedido que las conversaciones se estructuren de manera que "puedan conducir a una paz verdaderamente duradera". Y recuerda una cuestión fundamental: la seguridad a largo plazo solo será posible con EEUU y Europa.
En suma, Trump quiere pasar a la Historia como el presidente de EEUU que acabó con la guerra en Ucrania. Lo relevante seria que no fuera sacrificando la soberanía de Ucrania. De ser así, Rusia solo parará para tomar impulso.
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1 Comentarios
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hace 4 horas
Otro buen, extenso y explicativo artículo escrito desde el corazón de Polonia.
Pero irrelevante. Porque no se van a reunir.
» Donde ha dicho Diego dice digo y donde ha dicho digo dice Diego »
Trump y Putin, Putin y Trump, dos almas gemelas con diferentes formas y objetivos.