Donald Trump ha salido a recibir a Volodimir Zelenski, de traje negro, quien ha llegado este lunes con retraso de más de diez minutos a la Casa Blanca. El tono entre el presidente de EEUU y el líder ucraniano en sus primeras palabras en el Despacho Oval ha sido cordial, relajado, incluso con toques de humor. Nada que ver con la humillación sufrida por Zelenski en febrero pasado. Trump ha asegurado ante Zelenski que Estados Unidos se implicará en la seguridad de Ucrania, en caso de que haya un acuerdo de paz con Rusia. El presidente de Estados Unidos también ha insistido en que trabaja para que haya cuanto antes una reunión en la que participen ellos dos y Putin, al que va a llamar al término de los encuentros con Zelenski y los líderes europeos.
¿Qué garantías de seguridad necesita Ucrania?, le han preguntado a Zelenski los periodistas. "Todo tipo de garantías", ha replicado. "Les daremos muy buena protección", ha puntualizado Trump sin especificar más.
Zelenski ha explicado que "el Ejército de Ucrania ha de ser fuerte, con armas, entrenamiento, inteligencia", y que precisará del apoyo de EEUU y de los aliados europeos para que "si hay paz, sea una paz duradera". Es muy relevante la alusión al Ejército, ya que Putin pretende "desmilitarizar" Ucrania, es decir, reducir sus Fuerzas Armadas.
El presidente de Ucrania, que recibió una reprimenda de Brian Glenn, corresponsal en la Casa Blanca de Real America's Voice, en su última cita en la Casa Blanca por no llevar traje, iba austero pero impecable. Glenn ha elogiado el cambio de Zelenski y él le ha contestado con buenos reflejos. Incluso Trump ha dado su aprobación a su indumentaria. También han bromeado sobre la celebración de elecciones: Zelenski ha prometido que habrá convocatoria a las urnas en cuanto cesen los combates a lo que Trump ha replicado con sorna que le gusta esa idea de que no haya elecciones.
Zelenski ha tratado con mucho tacto a Trump, y ha agradecido la ayuda de Trump para acabar con la guerra. Los dos coinciden en que hay que convocar una reunión con Putin, pero el líder ruso hasta ahora se resiste. No quiere legitimar a Zelenski, a quien ve como un obstáculo para sus pretensiones.
Trump y Zelenski discrepan en esa confianza que traslada el americano sobr Putin: "Quiere acabar con la guerra", sostiene. Pero Zelenski ha preferido destacar todo lo que les une a Trump y a él. Había que evitar otra escenificación de una reprimenda. Habría hecho las delicias del líder del Kremlin.
Mensaje al unísono de los europeos
Zelenski ha viajado a Washington arropado por los principales líderes europeos, el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen. El objetivo fundamental es concretar cuestiones tratadas en la cita de Alaska como las garantías de seguridad que recibiría Ucrania una vez que paren los combates. Esas garantías de seguridad deberían ser similares a estar en la OTAN y la presencia de tropas aliadas en Ucrania sería clave.
Han trasladado un mensaje único a Trump: nada sobre Ucrania sin Ucrania. Contradice esa visión del mundo de Putin en la que dos superpotencias se reparten zonas de influencia sin rendir cuentas a nadie más.
En el grupo europeo están el primer ministro británico, Keir Starmer, el presidente francés, Emmanuel Macron, como los impulsores de la coalición de voluntarios; el canciller alemán, Friedrich Merz, quien organizó la conversación con Trump previa a la cita con Putin; el presidente de Finlandia, Alexander Stubb, quien goza de gran cercanía personal con el estadounidense; y Giorgia Meloni, primera ministra de Italia, a quien también respeta mucho Trump.
Ha faltado la representación de Polonia, y puede deberse a las discrepancias entre el presidente, Karol Nawrocki, que asistió a la cita convocada por Merz la semana pasada, y el primer ministro, Donald Tusk, el habitual hasta ahora en estas citas.
Balance trágico en Ucrania
En la noche previa al encuentro en Washington Rusia ha reducido a escombros un edificio de cinco plantas en Járkov, según ha informado el gobernador Oleg Synegubov en Telegram. Siete civiles, incluidos dos niños, han muerto en este ataque. Once personas han resultado heridas por un misil balístico en esta ciudad fronteriza con Rusia. En la región de Zaporiya, otras tres personas han perdido la vida en los bombardeos rusos. En Donetsk, las víctimas mortales han sido cuatro. En total, al menos 14 muertos por los ataques rusos. Siguen sonando las alertas en toda Ucrania.
Es la clara demostración de cómo Putin está muy lejos de querer parar la guerra. También ilustra por qué no quiere oír hablar de un alto el fuego. "Solo entiende el lenguaje de la fuerza", ha dicho el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, poco antes de verse con Trump. Putin prefiere abordar todas sus pretensiones de forma conjunta y mientras tanto seguir matando civiles.
Putin convenció a Trump en la cita de Alaska de que era mejor tratar de conseguir un acuerdo de paz global y dejar de lado la demanda de un alto el fuego. Ahora defiende esta posición también Trump. Es una estrategia para conseguir sus demandas maximalistas sobre lo que él llama "intercambio de territorios", que en realidad es la entrega del Dombás a Rusia a cambio de congelar el frente, la renuncia a Crimea y al ingreso en la OTAN.
Ahora Putin quiere incrementar la presión con bombardeos y avances sobre el terreno para debilitar a los ucranianos. Así tendrá más opciones de conseguir sus objetivos.
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1 Comentarios
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hace 41 minutos
Otro como Boris Johnson que prometió ayuda militar y financiera “hasta la victoria”. Y luego….