El debate sobre cómo responder a la guerra en Gaza ha abierto la primera fractura política seria en Europa. Nueve miembros del Gobierno neerlandés en funciones –cinco ministros y cuatro secretarios de Estado del partido centrista Nuevo Contrato Social (NSC)– han presentado su dimisión este viernes, tras el bloqueo en la coalición a la hora de endurecer la postura frente a Israel.

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El primero en abandonar el Ejecutivo fue el ministro de Exteriores, Caspar Veldkamp, que lamentó no disponer del margen suficiente para impulsar nuevas medidas contra el Gobierno de Benjamín Netanyahu. “No tengo suficiente confianza en que pueda actuar de manera adecuada como ministro de Asuntos Exteriores”, señaló al anunciar su renuncia. Veldkamp, exembajador en Israel, había prometido al Parlamento adoptar sanciones adicionales tras el anuncio de un nuevo plan de asentamientos en la zona de Jerusalén Este.

A su marcha se sumaron los titulares de Interior, Educación, Sanidad y Asuntos Sociales y Empleo, además de cuatro secretarios de Estado. “Dicho claramente, ya hemos tenido suficiente. No había avances. Faltaba disposición para dar espacio al ministro de Exteriores”, explicó el viceprimer ministro Eddy Van Hijum, también del NSC. El partido acusa a sus socios de coalición –los liberales del VVD y el movimiento de los granjeros BBB– de negarse a reconocer la gravedad de la crisis humanitaria en Gaza y de frenar medidas como la prohibición de importar productos de los asentamientos ilegales en Cisjordania.

Un Gobierno en funciones hasta las elecciones de octubre

El gabinete interino, liderado por el primer ministro Dick Schoof, está en funciones desde junio, tras la salida de la ultraderecha de Geert Wilders por discrepancias en política migratoria. Las elecciones anticipadas se celebrarán el próximo 29 de octubre. La crisis estalla en un momento en que Países Bajos, junto a una veintena de países europeos, había condenado de forma conjunta el nuevo plan israelí de construcción en Cisjordania, considerado una violación del derecho internacional.

Las tensiones internas se han visto amplificadas por la presión social. En junio, entre 100.000 y 150.000 personas se manifestaron en La Haya contra la guerra en Gaza, en la mayor protesta registrada en el país en dos décadas. Este viernes, horas antes de la dimisión en cadena, expertos respaldados por la ONU alertaron de que Gaza se enfrenta a una hambruna “enteramente provocada por el hombre”, con riesgo de un aumento exponencial de las muertes.

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