Mientras España trata de eliminar cualquier tipo de relación militar con Israel, algo que se consuma este martes con la aprobación del real decreto del embargo de armas, Marruecos lleva tiempo haciendo precisamente lo contrario. El Gobierno de Benjamin Netanyahu y la monarquía de Mohamed VI han estrechado lazos en el terreno de la defensa desde la firma de los Acuerdos de Abraham en 2020, consolidando una cooperación que va desde la compra de armamento hasta proyectos conjuntos de producción militar.
El último paso de ese vínculo es que Rabat podría ser el primer cliente en adquirir el Barb-X, un dron que la compañía israelí BlueBird Aero Systems está desarrollando. Sus características concretas aún se desconocen, pero la información disponible muestra que podría tratarse de un dron suicida, diseñado como una munición merodeadora, con vista en primera persona y equipado con una ojiva de 600 gramos. Un tipo de arma muy utilizada en Ucrania y Oriente Medio.
Con todo, la lectura debe ir mucho más allá del Barb-X, y BlueBird Aero Systems lo escenifica. La empresa, que es propiedad al 50% de Israel Aerospace Industries (IAI), anunció en 2024 que abriría una fábrica para producir drones en Marruecos. Antes, el país ya le había comprado a la misma compañía los drones kamikazes SpyX. Y en 2022 IAI firmó un memorando de entendimiento para desarrollar la industria aeronáutica y aeroespacial civil en el país magrebí, y cerró otro contrato para venderle sistemas de defensa aérea y antimisiles Barak MX por 500 millones.
Es el ejemplo perfecto de cómo la colaboración se ha ido cimentando en los últimos tiempos, y hay claros paralelismos entre los dos países: si en el caso del Estado hebreo, su campo de pruebas es la Franja de Gaza y Cisjordania ocupada, en el caso de Marruecos los drones kamikaze tienen como laboratorio los territorios ocupados del Sáhara Occidental, la ex colonia española que controla Rabat desde hace medio siglo.
Según Le Monde, multitud de expertos consideran que el objetivo final de Marruecos al producir drones es crear una Base Industrial y Tecnológica de Defensa (BIDT), un espacio para reunir a fabricantes internacionales, actores institucionales y empresas marroquíes que ayude a desarrollar un sector industrial militar. El investigador Fabian Hinz, del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS), fue más allá, deslizando que con esa fábrica Rabat abría la puerta a formar parte de un exclusivo grupo: el de los países exportadores de material militar.
De la normalización de relaciones a socios estratégicos en cinco años
Hace cinco años Marruecos e Israel dieron un paso histórico con la firma de un pacto para normalizar las relaciones diplomáticas y económicas, en el marco de los conocidos como Acuerdos de Abraham que el Estado hebreo firmó también con Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán. El pacto con Marruecos fue impulsado por Estados Unidos, que a cambio reconoció la soberanía del reino sobre el Sáhara Occidental.
Ese acuerdo dio pie a que se sucedieran las visitas diplomáticas entre representantes de ambos países, y a que se abrieran 'oficinas de enlace' de los respectivos Gobiernos. Y un año después, en 2021, Rabat y Tel Aviv suscribieron un memorando de entendimiento a nivel de seguridad sin precedentes, al ser el primero que alcanzaba el Gobierno israelí con un país árabe. La idea, según se anunció, era que los dos compartieran Inteligencia y facilitaran la cooperación de sus industrias, así como la adquisición de material de defensa y ejercicios conjuntos.
Desde entonces, Israel se ha convertido en uno de los principales exportadores de armas de Marruecos, que está inmerso en un importante proceso de rearme con la mirada puesta en su vecina Argelia, con la que se disputa la hegemonía del Magreb. En 2025 destinará 13.300 millones de euros al gasto militar, lo que supone ya el 10 % de su PIB.
Marruecos ha ido engordando la listad de pedidos a empresas israelíes: drones como WanderB, ThunderB, Heron TP, Hermes 900 o Harop; soluciones de guerra electrónica (EW) e inteligencia de señales (SIGINT); sistemas de artillería como el Atmos 2000... Los contratos millonarios se han ido sucediendo a pesar de la situación en la Franja de Gaza, que ha hecho que muchos países vuelvan la espalda a Israel, y de las continuas y multitudinarias manifestaciones callejeras que en Rabat o Casablanca han exigido la ruptura de relaciones diplomáticas con el Estado judío.
Hay otras compras importantes que no se han llegado a concretar, pero han estado sobre la mesa. Es el caso de los misiles de crucero Delilah (que Rabat quería para armar sus cazas F-5) o los carros de combate Merkava, por los que llegó a haber un acuerdo que finalmente Israel bloqueó tras la escalada de tensión en Oriente Medio. Precisamente la situación en Gaza también truncó los planes de abrir fábricas en Marruecos de Elbit Systems, una de las compañías militares más importantes de Israel y una de las empresas a la que ha alcanzado la cancelación de los pedidos del ministerio de Defensa español.
Se llegó incluso a especular con la posibilidad de que Israel suministrara a Marruecos la Cúpula de Hierro, uno de los sistemas de defensa antiaérea punteros a nivel mundial y una de las joyas militares del país, que solo se había exportado a Estados Unidos. Pero finalmente la venta no se cerró.
El apoyo diplomático israelí a Marruecos se ratificó en 2023, cuando el Gobierno reconoció también la marroquinidad del Sáhara Occidental. Y más allá de la compra-venta de armas, los dos países se han apoyado mutuamente desde entonces. En noviembre de 2024, de hecho, se generó una gran polémica cuando el puerto de Tánger permitió atracar y reabastecerse a un barco cargado de armas con destino a Israel que España había vetado.
En realidad, los lazos entre Rabat y Tel Aviv vienen de largo. "El régimen de Marruecos ha normalizado décadas de relaciones secretas que no eran tan secretas con Israel", reconocía hace unos meses Ali Lmrabet, periodista marroquí exiliado en España. "No olvidemos que Hasán II permitió al Mossad en los años 60 espiar los dirigentes árabes en un encuentro de países árabes en Casablanca, justo antes de la Guerra de los Seis días", añadió.
Para Lmrabet, esto suponía un "escándalo de dimensiones jamás vistas": "Nos hemos convertido en un protectorado israelí en medio de un brutal genocidio", denunciaba. El padre del actual monarca se sirvió de la experiencia israelí para la construcción del muro de 2.720 kilómetros que separa los territorios del Sáhara ocupados por Rabat y los liberados por el Frente Polisario. Y a cambio Rabat espió las reuniones de la Liga Árabe al servicio de Tel Aviv.
Las implicaciones de esta relación para España
En medio de este contexto, la estrategia empleada por España es diametralmente opuesta. El Gobierno de Pedro Sánchez ha decidido elevar la presión sobre Netanyahu para castigar el "genocidio" de Gaza con, entre otras medidas, la decisión de vetar la venta de armas españolas a Israel y un plan de "desconexión" para prescindir de la tecnología israelí empleada por nuestras Fuerzas Armadas.
¿Debe preocuparse España por los vínculos de nuestro vecino con el Estado hebreo? Fuentes expertas señalan a este periódico que, más que una alianza, la relación entre Rabat y Tel Aviv es de proveedor-cliente. Y es que los ejercicios conjuntos de ambos ejércitos han sido hasta ahora "limitados", con la excepción de una presencia "mínima", de militares de la brigada Golani -una de las unidades de Infantería más condecoradas de las Fuerzas de Defensa Israelíes- en Marruecos.
La cuestión más preocupante, inciden las mismas fuentes, es que la brecha de capacidades entre España y Marruecos se ha ido paulatinamente estrechando, a pesar de que a principios de este siglo España mantenía una supremacía bien en cantidad o calidad en la mayoría de campos.
"Por ejemplo, España tenía submarinos y Marruecos no. España tenía carros de combate de última generación, y Marruecos no", inciden. "Ahora vemos que en asuntos como helicópteros de ataque o lanzacohetes de artillería hay una ventaja tecnológica y numérica de Marruecos sobre España. Unas carencias que son similares a las de la mayoría de países OTAN, dicho sea de paso", deslizan.
Por ello, consideran que la desconexión militar de España con Israel puede complicar aún más las cosas, al menos en el corto plazo. "La renuncia a tecnología israelí va a producir un problema temporal hasta que se elijan los sustitutos del material que estaba previsto comprar. Por ejemplo, con los lanzacohetes de artillería. Así que durante unos años más, España seguirá con una carencia importante en un sistema de armas que ha mostrado su gran importancia en la guerra de Ucrania. Marruecos tendrá dos sistemas de cohetes de largo alcance, uno chino y otro israelí, España ninguno", zanjan.
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