Durante los dos últimos años Marruecos ha acogido las protestas contra Israel más multitudinarias del mundo árabe. Este domingo miles de marroquíes han vuelto a tomar las calles de Rabat para exigir, una vez más, al régimen de Mohamed VI la ruptura de relaciones con Israel. Lo han hecho con carteles recordando a los líderes de Hamás como Yehia Sinwar, asesinado hace un año por Israel, o quemando banderas del Estado juñio.
La manifestación, una de las mayores en los últimos meses, ha sido convocada por el Grupo de Acción Nacional por Palestina, que reúne a organizaciones islamistas, nacionalistas y de izquierda. La marcha se ha registrado en paralelo a las manifestaciones que desde hace una semana protagoniza la Generación Z exigiendo reformas, la caída del Gobierno y más inversiones en servicios públicos en detrimento de la apuesta millonaria por la renovación o construcción de estadios con vistas al Mundial de fútbol que Marruecos albergará junto a España y Portugal en 2030.
Desafío al régimen
Bajo el lema “Resistencia hasta la liberación de Palestina y la caída de la normalización con el régimen sionista”, la multitud ha recorrido la céntrica avenida Mohamed V, pasando frente al Parlamento y la Plaza de Correos, en una marcha en la que se han lanzado cánticos, banderas palestinas y carteles con imágenes de líderes de Hamás abatidos por Israel en los últimos dos años. Junto a los gritos de "El pueblo quiere derrocar la normalización” o “Saludo desde el corazón a los hombres de los túneles” -en referencia a los combatientes de Hamás-, algunos manifestantes se han vestido como militantes del ala militar de la organización islamista palestina o han presentado a Trump y Netanyahu como 'carniceros' de niños -más de 19.000 menores de edad han muerto en los dos últimos años de bombardeos sobre Gaza-.
Al final del recorrido, algunos grupos quemaron la bandera israelí ante los aplausos del público, informa Efe. “Venimos a solidarizarnos con nuestros hermanos en Gaza y a decir no al sionismo, que ha sobrepasado todos los límites en la masacre y desplazamiento de nuestros hermanos”, declaró a la citada agencia de noticias Ahmed Walidi, un manifestante de 49 años. “La normalización con Israel representa una forma de complicidad en el crimen de genocidio”, añadió.
"La causa palestina es una cuestión nacional"
En un comunicado final, los organizadores llamaron a mantener la movilización “hasta la liberación de Palestina” y a presionar al Ejecutivo para romper los vínculos con el Estado hebreo. “La causa palestina es una cuestión nacional”, proclamaron desde el estrado. Las autoridades no ofrecieron cifras oficiales de participación, pero los medios locales describieron una asistencia masiva, que colapsó durante horas el centro de la capital.
Marruecos restableció relaciones diplomáticas con Israel en diciembre de 2020, como parte de los Acuerdos de Abraham promovidos por Estados Unidos. A cambio, el entonces presidente Donald Trump reconoció la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental. Desde entonces, ambos países han profundizado la cooperación económica y militar, lo que ha generado rechazo entre amplios sectores de la sociedad marroquí, especialmente los vinculados al islam político y a la izquierda.
Salvar los lazos con Israel
El régimen alauí ha tratado de salvar contra viento y marea sus relaciones con Israel, que suponen un lucrativo negocio para la Casa Real y su red de empresas. El puerto de Tánger ha servido de alternativa a Algeciras para la parada de buques con material militar hacia Israel.
En septiembre de 2024 Rabat reabrió la oficina de enlace con Israel cerrada tras el inicio de la guerra. En julio, unos meses antes, Tel Aviv nombró a Hassan Kaabia, portavoz adjunto del Ministerio de Asuntos Exteriores de Israel para los medios de comunicación árabes, como jefe adjunto de la oficina de enlace en Rabat.
Tras el estallido de la contienda, los empleados de la delegación abandonaron el país por razones de seguridad. La recuperación pública de lazos se produce incluso a pesar de las declaraciones recientes de Netanyahu, que hasta en dos ocasiones ha ocasionado malestar en los despachos marroquíes. En mayo de 2024 apareció en una entrevista con una canal de televisión francés exhibiendo un mapa del norte de África y el mundo árabe en el que Marruecos aparecía sin incluirse en sus fronteras el Sáhara Occidental a pesar de que el Gobierno israelí reconoció el año pasado la marroquinidad de la ex colonia española en contrapartida por la normalización de lazos con Rabat.
En septiembre del pasado año el premier israelí exhibió un mapa de Marruecos que incluía los territorios ocupados del Sáhara pero lo hizo manteniendo una denominación que indigna a las autoridades marroquíes: Sáhara Occidental. El régimen marroquí sólo se refiere al Sáhara Occidental como "Sáhara marroquí", "provincias saharauis" o "provincias del sur" y evita en todo momento la denominación del Sáhara Occidental empleada por la República Árabe Saharaui Democrática del Frente Polisario y los organismos internacionales como la ONU, que no reconocen la soberanía marroquí y lo consideran un territorio no autónomo, el último de África pendiente de descolonización.
Marruecos ha tratado de realizar un casi imposible ejercicio de contorsionismo: preserva lazos económicos y políticos con Israel, con algunas críticas por la campaña en Gaza, mientras reprime las manifestaciones populares en favor de la ruptura de lazos. Una postura cuya incomodidad y denuncia no ocultan fuentes palestinas.
“Cuando me ha dicho lo de los hermanos árabes he pensado que son más hermanos los de Granada que los que usted considera. Mire la historia: Caín mató a Abel y eran hermanos. A lo largo de los siglos la hermandad excluye a los intereses de quienes gobiernan. Si hace una encuesta en Marruecos, por ejemplo, verá que el 95% está a favor del pueblo palestino, de su lucha y libertad. Pero los que gobiernan en estos países sabemos quiénes son y cómo llegaron al poder. En estos países están obligados a cumplir el mandato de Estados Unidos y Gran Bretaña. Si usted tiene guardianes, no permitirá que luchen entre sí”, manifestó hace un año a El Independiente Fayez Saqqa, dirigente de Fatah y diputado del Consejo Nacional Palestino en Cisjordania. “Marruecos está reprimiendo las protestas por Palestina, pero no desde el 7 de octubre sino desde hace más tiempo. Quien debe decidir su política es el pueblo marroquí”, agregó.
La cooperación entre Marruecos e Israel no es nueva a pesar del reciente establecimiento de relaciones oficiales entre ambos países. Hasán II se sirvió de la experiencia israelí para la construcción del muro de 2.720 kilómetros que separa los territorios del Sáhara ocupados por Rabat y los liberados por el Frente Polisario. Y a cambio Rabat espió las reuniones de la Liga Árabe al servicio de Tel Aviv.
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