La tensión entre España y Marruecos se dispara en mayo de 2029. Hay un nuevo rey más beligerante en el trono en Rabat y un movimiento apodado Front Anti-Colonial, respaldado por el Gobierno marroquí, lanza drones comerciales sobre Ceuta y Melilla que arrojan pintura sobre instalaciones del ejército español. Una provocación que conduce a una guerra que tiene como epicentro las Islas Chafarinas, con el eco remoto de Perejil. Una trama, de momento ficticia, que recrea “Chafarinas 2029”, una de las batallas al alcance de un clic de un conocido juego de estrategia militar.

“Chafarinas 2029” es un escenario disponible públicamente en Command: Modern Operations (CMO), un simulador militar y de estrategia en tiempo real desarrollado por WarfareSims y publicado por Matrix Games/Slitherine. El programa permite a la plataforma de usuarios construir sus propias operaciones militares modernas con un nivel de detalle profesional, desde pequeñas escaramuzas a contiendas a escala global. Lo usan tanto aficionados a la estrategia militar como instituciones de defensa -desde ejércitos hasta think tanks, academias e incluso la OTAN- a modo de entrenamiento.

En el caso del escenario que proyecta un choque castrense en el estrecho de Gibraltar, fuentes de Slitherine consultadas por El Independiente deslizan que su implicación en el diseño ha sido limitada. “Chafarinas 2029 es un escenario comunitario. Nadie del equipo estuvo involucrado en su creación”, precisan. Y explican: “El juego permite que cualquier usuario diseñe sus propios escenarios. Command: Modern Operations es un simulador que también usan instituciones militares y académicas. Pero los escenarios creados por la comunidad son libres. No reflejan una posición oficial ni política de Slitherine o Matrix Games”.

Captura de pantalla del escenario "Chafarinas 2029". | Command: Modern Operations

Un catedrático, el creador del simulacro

Detrás del diseño de la batalla se halla Javier Jordán, catedrático de Ciencia Política en la Universidad de Granada y director del podcast Global Strategy. “Desde el punto de vista político, el escenario parte de un 'what if extremo' (y a día de hoy altamente improbable) pero coherente con el empleo de estrategias híbridas por parte de Marruecos en lo relacionado con Ceuta y Melilla, y con un antecedente menos beligerante pero en cualquier caso peligroso como fue la crisis del islote Perejil en julio de 2002”, explica Jordán en un artículo en el que detalla el escenario y el relato alrededor del que se asienta el escenario.

2028 estuvo marcado por un grave deterioro de las relaciones entre España y Marruecos, plantea el juego

“2028 estuvo marcado por un grave deterioro de las relaciones entre España y Marruecos. El nuevo monarca alauí trató de marcar un perfil propio impulsando las reclamaciones marroquíes sobre los territorios españoles en el norte de África. Marruecos ha escalado el conflicto en la zona gris en lo relacionado con las ciudades españolas de Ceuta y Melilla utilizando las herramientas híbridas habituales: presión migratoria, aislamiento económico, campañas mediáticas y en las redes sociales… La principal novedad fue la creación del movimiento social ‘Front Anti-Colonial’, apoyado por instancias oficiales marroquíes”, enumera Jordán. El juego plantea un desafío: "España ha cerrado el tráfico aéreo y naval en el estrecho y el mar de Alborán, aunque todavía hay algunos buques civiles en la zona. El Gobierno español debe resolver con éxito la crisis lo antes posible".

A partir de ahí, el académico crea una sucesión de incidentes que alimentan la escalada: desde una  campaña de vuelos con drones comerciales sobre Ceuta y Melilla, lanzando botes de pintura en instalaciones militares -jaleada por ministros marroquíes- a un discurso del rey pregonando el fin de la historia colonial española en África o una flotilla de activistas de ‘Front Anti-Colonial’ desembarcando en el archipiélago de las Chafarinas.

“Los activistas forcejearon con la pequeña guarnición española. Los vídeos del incidente se hicieron virales. Pocas horas después los medios marroquíes, informaron que uno de los activistas se encontraba grave tras recibir un golpe en la cabeza. Al día siguiente, el rey de Marruecos llamó a consultas a su embajador en España y en una comparecencia en la televisión pública anunció el bloqueo naval y aéreo de las islas Chafarinas hasta que el gobierno de España retire la guarnición militar”, narra Jordán.

No se trata de adquirir los conocimientos profesionales de un militar, sino de entender aspectos esenciales de las diferentes capacidades y de las operaciones militares

Un ejercicio de clase

Lejos de ser una provocación, Jordán concibe “Chafarinas 2029” como un material didáctico que ayuda a sus alumnos de Ciencia Política a comprender cómo interactúan las capacidades militares con las decisiones políticas. “Los estudios estratégicos se distinguen por centrar su atención en el poder militar como herramienta política”, escribe. “No se trata de adquirir los conocimientos profesionales de un militar, sino de entender aspectos esenciales de las diferentes capacidades y de las operaciones militares”, arguye.

Una simulación bélica convertida en una lección de estudios estratégicos. Jordán utiliza el Command: Modern Operations dentro de un seminario práctico sobre capacidades y operaciones. Los estudiantes, divididos en equipos, asumen funciones de inteligencia, defensa aérea o guerra naval. No juegan por diversión: analizan órdenes de batalla, consultan fuentes abiertas y formulan cursos de acción. “El formato de ejercicio de simulación de mesa, sumado a las lecturas individuales y la fase de preparación previa en equipos, ofrece un primer acercamiento a las capacidades y operaciones militares, y ayuda a plantar la semilla de la curiosidad sobre estos asuntos”, sostiene el profesor.

Instrucción en Chafarinas. | Ejército de Tierra

El simulador CMO —capaz de modelar con precisión radares, misiles y plataformas navales reales— permite reproducir situaciones de crisis con un grado de detalle que pocos videojuegos alcanzan. En Chafarinas 2029, las fuerzas marroquíes despliegan fragatas FREMM y SIGMA, misiles Barak-8 y Harop, mientras España activa el submarino Isaac Peral y varias fragatas F-100. El jugador debe garantizar el abastecimiento de las islas en menos de siete horas sin desatar una guerra abierta.

Lo que para Jordán es un ejercicio académico sobre disuasión y escalada controlada, para el público general se lee como una simulación plausible de un conflicto real. El propio autor subraya los límites del experimento: “El mero hecho de imaginar esa guerra ha bastado para que el escenario circule por foros militares y redes sociales".

Más allá del caso concreto, Chafarinas 2029 ilustra la utilidad del wargaming para entender los límites del poder militar y la interacción entre estrategia y política. En un contexto de tensiones intermitentes entre Madrid y Rabat -en lo que los expertos suelen denominar unas relaciones se diente de sierra, llena de altibajos- imaginar el peor escenario sirve, paradójicamente, para enseñar cómo evitarlo. “Se podría impartir un contenido similar simplemente con clases teóricas, pero la probabilidad de que los alumnos se pierdan (y desconecten) al poco de empezar es elevada. Que la primera aproximación sea por medio de un escenario del CMO resulta más atractivo y dinámico”, admite Jordán.