America’s Prisoner es el libro que debería estar leyendo en estos momentos Nicolás Maduro. Las memorias del dictador panameño Manuel Antonio Noriega darían pistas al dirigente chavista sobre cuál podría ser su destino. Bush padre le puso en su punto de mira, como ahora Trump ha colocado a Nicolás Maduro. El mayor despliegue militar en el Caribe desde la invasión de Panamá, hace 36 años, supone una demostración de fuerza de Estados Unidos dirigida al régimen venezolano y a sus vecinos, como Colombia. 

"La similitud entre los casos de Panamá en 1989 y Venezuela hoy son importantes. Noriega fue pionero de un tipo de régimen que sería más conocido en este siglo: una dictadura aliada al crimen transnacional. Un orden político sostenido y financiado por negocios ilícitos, a la postre un conglomerado criminal en control del aparato del Estado", explica Héctor Schamis, analista internacional y profesor en la Universidad Georgetown, quien considera que Trump ve a Maduro como Bush padre a Noriega. 

"Nicolás Maduro es un Manuel Noriega en un país más grande y complicado y que ha generado en toda la región una crisis fiscal, de salud pública, migratoria sin precedentes", añade. EEUU aumentó el precio por la entrega de Maduro en agosto a 50 millones de dólares. Le considera líder del Cártel de los Soles. 

Nicolás Maduro es un Manuel Noriega en un país más grande y complicado y que ha generado en toda la región una crisis sin precedentes"

HÉCTOR SCHAMIS, ANALISTA INTERNACIONAL

"En las elecciones de mayo de 1989 las fuerzas opositoras ganaron por un margen de tres a uno. El vencedor fue Guillermo Endara, pero Noriega declaró la nulidad de las elecciones y se mantuvo en el poder por la fuerza. Ello precipitó la crisis política y, en diciembre de ese año, la invasión de Estados Unidos lo depuso, capturó y llevó a Miami a enfrentarse a un tribunal", rememora Schamis.

En el caso de Venezuela es Edmundo González Urrutia, actualmente en el exilio en España, quien ganó las presidenciales de julio de 2024. Avalado por la opositora María Corina Machado, Premio Nobel de la Paz en 2025, el ex diplomático dejó abiertas la costuras del régimen chavista. Hasta el Centro Carter, único observador reconocido por el chavismo, reconoció la derrota de Maduro. 

Operación 'Lanza del Sur' en marcha

Desde principios de septiembre las fuerzas navales de EEUU están perpetrando ataques contra narcolanchas en el Caribe, y en alguna ocasión en el Pacífico, frente a Colombia. El objetivo sobre el papel es la lucha contra el narcotráfico pero el operativo es parte de una guerra psicológica cuyo fin es la salida de Maduro. "Trump le está haciendo saber a Maduro que se tiene que ir. Si entrega al poder a Edmundo González se acabó el problema. Queda por decidir su destino: Cuba, Irán o Rusia. Si hablamos de violación de soberanía, el primero que es experto en violaciones de soberanía es Maduro", indica Héctor Schamis. 

Esta semana hemos visto señales de que la presión aumenta varios grados. Por un lado, ha llegado a la zona el portaaviones USS Gerald Ford, la joya de la corona de la Marina de Estados Unidos, cuyo coste al día sobrepasa los ocho millones de dólares. Puede albergar hasta 90 cazas y 4.000 efectivos. Junto al Ford están otros tres destructores con capacidad para lanzar misiles. Habría 186 misiles de crucero Tomahawks en total en la veintena de embarcaciones de guerra en las costas de Venezuela. El número de soldados se eleva a 15.000, incluidos los emplazados en Puerto Rico, el mayor en la región en décadas. 

A su vez, el jefe del Pentágono, Pete Hegseht, anunciaba a través de su cuenta de X que EEUU una operación militar contra el narcotráfico en el Caribe a la que llamaba Lanza del Sur. "El presidente Trump ordenó actuar, y el Departamento de Guerra está cumpliendo", aseguraba Hegseth en su mensaje, en el que afirma que "esta misión defiende nuestra patria, expulsa a los narcoterroristas de nuestro hemisferio y protege a nuestra patria de las drogas que están matando a nuestra gente... El hemisferio occidental es la vecindad de Estados Unidos, y la protegeremos", concluía el mensaje, sin dar más detalles.

En realidad, el nombre ya existía pero Hegseth, que ha sido comunicador de la Fox antes que secretario de la Guerra, sabe que este tipo de anuncios grandilocuentes se reproducen en todo el mundo y llegan al destinatario: el régimen de Maduro. 

Trump ya sabe qué hacer

El viernes por noche, por segundo día consecutivo, el presidente Trump se reunía con sus principales asesores para abordar cómo proceder a partir de ahora en el Caribe. En declaraciones a la prensa, antes de partir hacia Mar-a-Lago, Trump decía que ya sabía que iba a hacer en relación a Venezuela. En las deliberaciones estaban el vicepresidente JD Vance, el secretario de Guerra, Pete Hegseth, el jefe del Estado Mayor Conjunto, general Dan Caine, el secretario de Estado, Marco Rubio y el vicejefe del Estado Mayor, Stephen Miller. 

"Estados Unidos está muy al tanto de lo que está sucediendo en Venezuela, de las conversaciones entre la gente de Maduro y los más altos niveles de su régimen", dijo el funcionario de la Administración Trump a The Washington Post. "Maduro está muy asustado, y debería estarlo. El presidente tiene opciones sobre la mesa que son muy malas para Maduro y su régimen ilegítimo. ... Consideramos que este régimen es ilegítimo y que no está sirviendo bien al hemisferio occidental".

La cuestión es que intervenir en Venezuela no casa con los principios que ha defendido Trump en política exterior. De hecho, solo el 29% de los estadounidenses estaría a favor de una intervención. Y un número similar está de acuerdo con los ataques a las narcolanchas. Si la intervención tuviera un coste en vidas de estadounidenses, Trump quedaría cuestionado ante su electorado. 

La presencia militar tan cerca de Caracas es para intimidar a Maduro y provocar un cambio. Trump espera que el círculo íntimo de Maduro se vea intimidado"

JOHN POLGA-HECIMOVICH, US NAVAL ACADEMY

Escenarios posibles

"Este despliegue parte de la guerra psicológica: presencia militar, bombardeos, portaaviones. La presencia militar tan cerca de Caracas es para intimidar a Maduro y provocar un cambio. Creo que Trump espera que el círculo íntimo de Maduro se vea intimidado por la presencia de EEUU y le obligue a renunciar o removerlo con la fuerza", señala John Polga-Hecimovich, profesor de Ciencia Política en la US Naval Academy y autor de Authoritarian Consolidation in Times of Crisis: Venezuela under Nicolás Maduro. 

A juicio de John Polga-Hecimovich, "la segunda opción sería un ataque quirúrgico buscando bombardear instalaciones militar vinculadas a alguna industria ilícita, narcotráfico o tráfico de oro, con el fin de justificarlo. La tercera sería la invasión pero sería muy costosa y soliviantaría a sus bases". 

La cuestión es que con el despliegue Trump está mostrando que Estados Unidos quiere dominar la región. Está manifestando el prestigio de la primera potencia global. "Geopolíticamente es una muestra de fuerza. El Hemisferio Occidental pertenece a EEUU y no a China. El Caribe es el teatro de operaciones de EEUU. No solo es en contra de Venezuela sino que apoya los intereses estratégicos en toda la región, en Colombia, México y Panamá", apunta Polga-Hecimovich.

Coincide el periodista de investigación Castro Ocando, quien señala en su canal de YouTube que "es una primera etapa de una operación más ambiciosa. Venezuela ocupa un lugar prioritario en esta estrategia. Es un narco régimen que detenta el poder de forma ilegítima. Es una plataforma para el crimen transnacional. Es un caso único. Es una amenaza superior a los carteles de Colombia y México. Es un mercado abierto para Rusia, Irán y China, y mercado para tráfico de armas, personas y el comercio ilícito de petróleo. También están en el punto de mira Colombia, México, Cuba y Nicaragua".

Difícil marcha atrás

Para Héctor Schamis, "la continuidad de Maduro en el poder sería un pasivo tremendo en la credibilidad de Trump. Me cuesta pensar que den marcha atrás".

El problema es que la salida de Maduro no garantiza que se abra la vía hacia la democracia. John Polga apunta que cuando hay cambios de régimen suelen ser de una dictadura de un tipo a otra fórmula similar, aunque cabe la posibilidad de que se forme un gobierno de unidad.

El nerviosismo es cada vez mayor entre el régimen de Maduro. Este fin de semana clamaba que Venezuela no se convertirá en "una nueva Gaza" a la par que hacía llamamientos a la paz, en un inglés macarrónico. A la vez, los chavistas han movilizado no solo a las fuerzas armadas, sino también a los llamados colectivos: grupos armados de personas vinculadas al régimen.

La represión interna se ha intensificado mientras aseguran que pueden movilizar unos 200.000 efectivos. En realidad, sus equipamientos están obsoletos, y aunque han pedido ayuda a Rusia la respuesta ha sido tibia. Parece que les han facilitado algunos componentes pero el Kremlin ya tiene bastante con ocuparse de la guerra contra Ucrania.

Maduro ha reforzado su seguridad gracias a la ayuda de Cuba, que siempre se ha hecho cargo de su custodia. Pero el miedo a que haya traidores es cada vez mayor. También crece la inquietud entre una población que también sufre por esa guerra psicológica a dos bandos. Si los chavistas se ven acorralados, saben que van a incrementar aún más la represión. Los militares son especialmente sensibles, y de su castigo se ocupan también los cubanos. Las soflamas de que Venezuela está preparada para defenderse no se las cree nadie, pero es un país complejo, con zonas porosas, y puede ser una trampa en caso de intervención.

"Todo depende de los resultados. Si pasa como en Panamá y finalmente Venezuela vuelve a ser un Estado con instituciones fiables, nadie se acordará de si se violó la soberanía o no. Nadie cuestiona a Bush padre por eso ahora. Si acaba mal, ya será otra cuestión", concluye Schamis.

De momento solo Trump sabe lo que quiere hacer Trump en Venezuela. Aún así Maduro debería pensar dónde le gustaría pasar el resto de sus días mientras pueda elegir. Por si acaso.