Pocas horas después de rebajar la clasificación de la esvástica como símbolo de odio, la Guardia Costera de Estados Unidos ha rectificado su nueva normativa interna sobre símbolos extremistas tras la polémica generada por un borrador de directrices que reevaluaba la consideración del emblema nazi y otros símbolos. La versión inicial, adelantada por The Washington Post, situaba la esvástica, las sogas o ciertos símbolos cooptados por grupos supremacistas blancos en la categoría de iconos “potencialmente divisivos”, una calificación que debía entrar en vigor el 15 de diciembre y que suponía dejar de describirlos como símbolos de odio.

La esvástica nazi está vinculada al asesinato de millones de judíos y a la muerte de más de 400.000 soldados estadounidenses durante la Segunda Guerra Mundial, recuerda el diario de la capital federal. Según los documentos citados por el Post, la exhibición de la bandera confederada seguía prohibida, aunque también su clasificación se veía rebajada dentro de la nueva política.

En un comunicado atribuido al almirante Kevin Lunday, comandante interino del servicio, la Guardia Costera declinó explicar por qué dejaba de considerar esos emblemas como símbolos de odio. Lunday señalaba entonces que la esvástica, las sogas, la bandera confederada “y otras imágenes extremistas o racistas violan nuestros valores fundamentales y se tratan con la seriedad que merecen según la política actual”. Además, un correo interno enviado el jueves por el propio Lunday describía estos emblemas como “prohibidos”, aunque las directrices redactadas mantenían la posibilidad de que pudieran mostrarse sin ser retirados de inmediato. El almirante justificaba la revisión normativa como un intento de “simplificar los trámites administrativos” y defendía el compromiso del servicio con “un entorno laboral seguro, respetuoso y profesional para todos”.

Otra polémica de Kristi Noem

Horas después de que el Post informara de la inminente reclasificación, la Guardia Costera publicó una política revisada de carácter más estricto. Según detalla el periódico, el nuevo texto prohíbe explícitamente “símbolos o banderas divisivas o de odio”, incluidos una soga, una esvástica y cualquier emblema adoptado por grupos extremistas como representación de supremacía, intolerancia racial o religiosa, antisemitismo u otros prejuicios. El servicio afirmó en una nota que el documento no supone una actualización del borrador previo, sino “una nueva política para combatir la desinformación y reiterar que la Guardia Costera prohíbe estos símbolos”.

La guía actualizada define además qué se considera “incidente potencial de odio”: la exhibición de una soga, una esvástica, símbolos supremacistas, iconografía confederada o imágenes antisemitas, entre otros. El Post subraya que esta rectificación se produjo después de conocerse que la política prevista para el 15 de diciembre retiraba la clasificación formal de símbolo de odio a la esvástica y a las sogas.

La Guardia Costera de Estados Unidos es una de las ramas armadas del país y combina funciones militares, policiales y humanitarias. Se encarga de la seguridad en aguas territoriales, el rescate marítimo, la vigilancia de fronteras, la lucha contra el tráfico de drogas, la protección de infraestructuras críticas y la supervisión de la navegación comercial. También actúa en emergencias y desastres, y mantiene presencia operativa en zonas estratégicas como el Caribe, el Atlántico y el Ártico. Depende del Departamento de Seguridad Nacional y está bajo la supervisión de la controvertida secretaria Kristi L. Noem, motejada con el apodo de Barbie ICE por medios progresistas por su estilo indumentario y su impulso a las redadas contra personas no blancas del Servicio de Inmigración. Este cuerpo, que ha desempeñado un papel relevante en la política de defensa nacional aplicada durante la presidencia de Donald Trump, también se ha visto afectado por relevos recientes en puestos de liderazgo y por un enfoque más militarizado en distintas áreas de la administración.