"Estamos en una era en la que ni estamos en tiempo de guerra ni en tiempo de paz. Es la era de las amenazas híbridas y hemos de combinar los esfuerzos de todos los servicios estatales para combatirlas". El ministro polaco de Defensa, Władysław Kosiniak-Kamysz, se refiere así a cómo se prepara Polonia para la guerra (híbrida por ahora) con Rusia. Es el actor estatal que está detrás de los sabotajes recientes a una de las líneas férreas más utilizadas para transportar la ayuda a Ucrania. "Es terrorismo de Estado", ha dicho el primer ministro polaco, Donald Tusk, ya que el objetivo era causar muertos. Cada día más de 115 trenes pasan por la vía entre Varsovia y Lublin que fue objeto del sabotaje. "Es la acción más grave desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en febrero de 2002", añadió Tusk.
Según el primer ministro de Polonia, Rusia "quiere debilitarnos a toda costa" porque "Polonia es demasiado fuerte hoy para atacar directamente". La estrategia de Moscú consiste en generar tensiones entre Polonia y Europa, dudas sobre Ucrania y división a nivel interno.
La geografía siempre ha jugado una mala pasada a Polonia. Está demasiado cerca de Rusia y de su aliada Bielorrusia. Desde el país que rige con mano de hierro Aleksander Lukashenko pasan unas veces inmigrantes a los que se empuja a cruzar la frontera hacia Europa con el fin de crear inestabilidad en Polonia, y otras saboteadores y terroristas. También llegan a Polonia ciudadanos hartos de una dictadura incapaz de gestionar: muchos ven cómo a pocos kilómetros puede vivirse en libertad y con sueldos muy superiores. Así por toda Polonia se escucha habla en ruso, el idioma en el que muchas veces interactúan los ucranianos y bielorrusos fuera de sus países. Entre estos exiliados se infiltran los terroristas al servicio de Putin y de Lukashenko.
Bielorrusia participa en esta guerra híbrida que alienta Rusia con Polonia, el país que representa todo lo que Putin detesta: su éxito demuestra que se puede salir del comunismo y ser una potencia económica y militar solvente. Si Putin pudiera, sometería a Polonia después de controlar Ucrania. Por eso Polonia lleva años invirtiendo en defensa: su presupuesto supera el 4,7% del PIB. “Un país como Polonia, si quiere contener la muy seria amenaza que plantea Rusia, tiene que desarrollar sus capacidades militares por sí misma”, apunta el politólogo Yascha Mounk, de origen polaco. “Hay que seguir cooperando con EEUU y confiar en que sea un socio fiable en caso de necesidad pero de momento no es un socio fiable”.
Rusia quería provocar muertes
Polonia ha cerrado el último consulado ruso que quedaba en el país, situado en la ciudad portuaria de Gdansk. Sin embargo, aún no ha dado el paso de romper las relaciones diplomáticas. La embajada en Varsovia sigue operativa, y hay embajador en Moscú, que fue agredido hace unos días plena calle en San Petersburgo. El gobierno de Tusk asegura que su respuesta irá más allá.
Los servicios de seguridad polacos ha identificado a dos ucranianos al servicio del GRU (servicio de Inteligencia militar de Rusia) como autores materiales de los sabotajes. Uno de ellos ya había participado en una acción similar en Ucrania. Rusia suele reclutarlos a través de Telegram. Los dos pudieron huir a Bielorrusia. El Gobierno polaco los reclama pero las relaciones con Bielorrusia, aliada fiel del Kremlin, están bajo mínimos. Por ello están cerrados todos los pasos fronterizos con el país vecino salvo Terespol. China presiona para que se abran por el perjuicio al tráfico de mercancías.
Este último acto de sabotaje ha rebasado todas las líneas rojas. Polonia ha estado a punto de vivir una catástrofe. "Rusia ha pasado a otro nivel de ataque ya que la idea de este sabotaje es que hubiera muertos. Esto es una decisión del Kremlin, no del GRU. ¿Por qué lo hace? Es un signo de desesperación porque la ofensiva de Donetsk no funciona. A su vez, los ucranianos han conseguido destruir el Transiberiano, una vía fundamental para que llegue la munición de Corea del Norte. Y la economía de Rusia está en plena caída. Como decía McCain, Rusia es una gasolinera con armas nucleares. Pero la gasolinera ya no funciona" explica Bartłomiej Sienkiewicz, en su podcast Polityka pod dywanem. Sienkiewicz fue ministro del Interior y coordinador de los servicios de seguridad entre 2013 y 2014. Actualmente es eurodiputado cercano al partido de Donald Tusk.
Operación Horizonte
Los Ministerios de Defensa, Interior y las Fuerzas Armadas han puesto en marcha la Operación Horizonte. El viernes pasado empezó el despliegue de unos 10.000 soldados que vigilará las infraestructuras críticas del país. "Las intenciones de la Federación Rusa permanecen inalterables, y los sucesos de las últimas semanas han abierto un amplio horizonte para los posibles acontecimientos que puedan ocurrir", dijo el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Polacas, el general Wiesław Kukuła, al presentar el operativo. Al mando está el general Maciej Klisz.
En la operación participarán soldados de diversas ramas de las Fuerzas Armadas, incluidas las Fuerzas de Defensa Territorial, las Fuerzas Especiales, las Fuerzas de Defensa del Ciberespacio, así como fuerzas de ingeniería y de drones , y oficiales de servicios subordinados al Ministerio del Interior y Administración, principalmente la policía. Se asignarán tropas para vigilar aquellos lugares que los servicios consideren especialmente sensibles y especialmente vulnerables , y también responderán de forma continua a los informes de los servicios sobre posibles amenazas. La prioridad es monitorizar los nodos de comunicación más importantes .
"Simplemente debemos ser visibles. Esta visibilidad es un componente esencial de toda la operación, ya que su objetivo principal es prevenir y disuadir a posibles terroristas financiados y motivados por nuestros adversarios del este, y evitar cualquier ataque contra nuestra infraestructura", dijo el general Król, en la rueda de prensa en la que se presentó el operativo esta semana. Rusia va a aprovechar las largas noches de invierno para otros intentos, según prevén las fuerzas de seguridad polacas.
A su vez la Operación Horizonte busca implicar a la población. Va a facilitarse una aplicación con el fin de que los ciudadanos polacos puedan avisar de cualquier sospecha de sabotaje. Cada vez es mayor la demanda de participación de los ciudadanos en estas acciones preventivas. Este fin de semana ha empezado la mayor formación militar a civiles de su historia: el objetivo es dar entrenamiento básico a 400.000 personas en 2026. El ministro de Defensa se felicitaba en sus redes sociales, ya que se ha apuntado ya 18.000 para los primeros cursos.
"La Operación Horizonte tras Podlasia Segura, en la que aproximadamente 5.000 soldados estuvieron de servicio diariamente; tras las operaciones realizadas en el Mar Báltico y Centinela Oriental; tras las operaciones dentro de la línea de defensa oriental; y también después de las recientes operaciones, en las que todos los sistemas nacionales de defensa aérea monitorearon y protegieron activamente el espacio aéreo polaco contra amenazas nocturnas. La situación exige una acción decisiva", subrayó el ministro polaco de Defensa.
El pasado verano una veintena de drones rusos sobrevolaron el espacio aéreo polaco y forzaron la intervención de cazas de la OTAN, que derribaron varios de ellos. Hubo daños materiales, pero sobre todo Rusia puso a prueba a la OTAN. Ha seguido con acciones similares en otros países, como Bélgica, Alemania, o Lituania. En muchos aeropuertos se vieron obligados a cancelar las operaciones. Con estas acciones que nunca reivindica Rusia siembra el terror entre los aliados y trata de crear división sobre el apoyo a Ucrania.
Desinformación rusa
En el caso de los sabotajes recientes en la vía férrea en Polonia también Rusia juega la batalla de la desinformación. Por eso selecciona a dos ucranianos como autores materiales Así luego puede incidir en medios afines la narrativa sobre los "terroristas ucranianos". Algunos políticos en Polonia, sobre todo en las filas nacionalpopulistas (PiS) y Konfederacja, abonan el terreno con sus mensajes contrarios a la acogida de ucranianos y escépticos con Europa.
En una entrevista en TVP Info, el ministro de Asuntos Digitales, Krzysztof Gawkowski, dijo: "Los servicios informan que la vía férrea es la zona de mayor riesgo . [...] Rusia es la principal responsable. Lo observo a diario. Hay cientos, miles de ataques contra Polonia, totalmente premeditados. Su objetivo es provocar una situación en la que nos quedemos sin agua, gas ni electricidad. Esto es terrible para un hospital, para una entidad con infraestructura crítica. Estamos observando otras tendencias en el ciberespacio relacionadas con la desinformación. [...] Nos enfrentamos a una desinformación deliberada y estructuralmente explotada para exacerbar las emociones en Polonia. Esto ocurre a instancias de troles o servicios rusos, con el apoyo de los bielorrusos". Gawkowski añadió: "Estamos en una guerra híbrida. Los rusos están trayendo servicios especiales aquí, dirigiendo recursos, contratando diversos tipos de criminales, llevando a cabo actividades invisibles, pero que están ocurriendo, y la mayoría están siendo interceptadas por los servicios polacos".
Según el ex ministro Sienkiewicz, "desde el punto de vista técnico, los servicios polacos lo han hecho de forma ejemplar porque en 48 horas identificaron a los autores de los sabotajes. Sin embargo, desde el punto de vista político, Polonia ha fallado porque los sentimientos antiucranianos aumentan. Rusia ha tenido éxito con su recurso a ucranianos. Y el presidente Karol Nawrocki, en lugar de unirse al gobierno, se pone en contra, y quiere intervenir por su cuenta. Rusia ha conseguido aumentar la división sobre Ucrania".
Donald Tusk ha sido contundente esta semana en el Sejm (Parlamento de Polonia). "En tiempos de guerra, no hay peros. En pocas palabras, o estás con Polonia o estás contra ella. Y cuando se trata de seguridad nacional frente a la amenaza rusa, o estaremos unidos o no existiremos en absoluto".
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