Con el Caribe convertido en un tablero bélico y más de 15.000 militares estadounidenses desplegados en Puerto Rico y en buques de guerra que patrullan la región, Qatar emerge como uno de los pocos árbitros capaces de evitar un choque directo entre Estados Unidos y el régimen de Nicolás Maduro. La mediación del país, que en 2023 ya facilitó un canje de prisioneros entre Washington y Caracas, podría ser una de las últimas balas en la recámara en medio del temor a que el pulso escale hacia una intervención directa estadounidense y en una semana marcada en Doha por los avances en las rondas de negociaciones que protagonizan el Gobierno colombiano y el Clan del Golfo, la mayor banda criminal del país, a través de la mediación qatarí.
Fuentes gubernamentales qataríes reconocen a El Independiente su disposición a servir de canal entre ambos mandatarios. "Es una situación muy enrevesada cuando se trata de Venezuela. Tienes a Estados Unidos escalando por un lado, y luego tienes a Maduro bailando en YouTube, por el otro", señala Rashid al Mohanadi, vicepresidente del Centro de Investigación de Política Internacional. Considera, no obstante, que existe una ventana de oportunidad: "Creo que hay opciones para un acuerdo negociado, para que la mediación funcione. Pero la voluntad tiene que venir de ambas partes y estamos viendo señales de que ambas quieren alcanzar una solución negociada".
Agregan, no obstante, que hace meses -al poco de la toma de posesión de Trump- Doha exploró la posibilidad de establecer una mediación entre las partes. Desistió al constatar que no existía entonces voluntad en ninguno de los lados para avanzar en un diálogo.
Ahora la diplomacia qatarí, que ha mediado desde Afganistán hasta Gaza pasando por Ucrania, considera que una negociación entre Caracas y Washington encaja en la estrategia de seguridad estadounidense publicada la semana pasada, en mitad de las declaraciones cada vez más amenazantes de Trump. "La Estrategia de Seguridad Nacional muestra las prioridades de Estados Unidos: el hemisferio sur de su continente y la defensa nacional. Por primera vez vemos objetivos claros, y en ese espíritu creemos que un acuerdo negociado con Venezuela encaja en esa agenda", apunta Al Mohanadi.
El problema no es la persona [Maduro]; es económico, social, de intereses
El funcionario recuerda que la mediación es casi un mandato constitucional para este pequeño país del golfo Pérsico, que ha celebrado este fin de semana el Doha Forum, convertido en uno de los eventos más relevantes en geopolítica. "Si abres nuestra constitución, la mediación es el principal instrumento de la política exterior qatarí, lo que demuestra que el propio pueblo cree en la mediación pacífica". Qatar, añade, tiene intereses directos en la estabilidad latinoamericana, desde inversiones hasta vínculos culturales.
Preguntado por El Independiente acerca de ciertas informaciones periodísticas que sitúan a Doha como posible destino de exilio para Maduro si cediera el poder, Al Mohanadi rechaza tener información concreta: "Mucho de eso es especulación mediática". Y advierte que la crisis venezolana va mucho más allá del dirigente: "Personalmente, creo que el problema no es la persona; es económico, social, de intereses. Venezuela está muy cerca de Rusia y China, y Estados Unidos, con su renovada doctrina Monroe, está preocupado por eso".
A la espera de una señal de las partes
Majed al Ansari, portavoz del Ministerio de Exteriores, confirma que Qatar está dispuesto a actuar, pero admite que aún no han recibido una petición formal de ninguna de las partes en liza. "En el pasado hubo conversaciones entre Venezuela y Estados Unidos que resultaron en un canje de prisioneros. Seguimos comprometidos con ese proceso si nos necesitan y estamos comunicando con todas las partes, pero en estos momentos no hacemos nada oficialmente. Estamos esperando a que alguien lo solicite", indica Al Ansari en declaraciones a un grupo de medios de comunicación, entre ellos, este diario.
La cautela, insisten las citadas fuentes, responde a un principio básico de su diplomacia: solo mediar si hay garantías de impacto real. "Doha siempre está abierta al diálogo. Pero tenemos que decidir si la mediación es viable. Rechazamos las solicitudes cuando consideramos que no tienen opciones de prosperar", señala Al Mohanadi.

De los canjes discretos a la escalada
En diciembre de 2023, Qatar logró un éxito diplomático al sellar el intercambio de diez estadounidenses por un preso venezolano. El Ministerio de Exteriores qatarí lo describió como "parte de un esfuerzo más amplio para abordar los asuntos pendientes entre ambos países". El ministro de Estado Mohamed Al Julaifi destacó entonces que el acuerdo “reafirma a Qatar como socio fiable y actor eficaz en la promoción de la estabilidad global”.
El país también acogió reuniones entre Juan González —responsable de América Latina en el Consejo de Seguridad Nacional durante la administración Biden— y el enviado venezolano Jorge Rodríguez. "Qatar mantuvo actas, nos ayudó a intercambiar documentos e incluso, cuando estábamos atascados, enviaba a alguien a Venezuela para presionar", aseguró González al New York Times. "Fueron increíblemente útiles".
Trump abraza la vía militar
Pero la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca ha cambiado el clima. Según The New York Times, la administración prioriza las opciones militares frente a la diplomacia. El Pentágono ha reforzado su despliegue con F-35, drones MQ-9 Reaper y un aumento notable de tropas en Puerto Rico. Desde septiembre Washington ha firmado al menos 23 ataques letales contra embarcaciones civiles, con al menos 87 muertos, bajo el argumento —sin pruebas publicadas— de combatir el narcotráfico.
El sector más duro del Gobierno, encabezado por el secretario de Estado Marco Rubio y el director de la CIA, John Ratcliffe, considera a Maduro ilegítimo y promueve su salida inmediata. Medios estadounidenses aseguran, además, que Rubio ha planteado abiertamente que una salida negociada podría incluir el exilio del líder venezolano a Doha. Trump habría trasladado personalmente a Maduro un ultimátum: dimisión inmediata o "graves consecuencias".
Pese al aumento de tensión, Maduro ha mantenido cooperación puntual —como aceptar vuelos de deportación— y ha mostrado interés en retomar canales de comunicación, según funcionarios venezolanos.
Qatar, que puede convertirse en el canal para abortar la escalada, insiste en que no actúa sin consenso claro de las partes. De momento, no hay reuniones previstas entre emisarios de Washington y Caracas en Doha. "Si ambas partes quieren reunirse, Qatar puede facilitarlo. Pero tienen que pedirlo, y nosotros decidir si es una mediación viable. En Venezuela, creo que todo depende de que ambas partes acepten que la mediación es la solución", sugiere Al Mohanadi.
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