El ex presidente francés Nicolas Sarkozy ha sacado provecho de su breve paso por prisión. Acaba de publicar un libro, Le Journal d'un prisonnier (El diario de un prisionero), sobre sus 20 días en La Santé, de donde salió hace justo un mes. En la obra relata las condiciones de su detención y también reflexiones políticas sobre el presidente Macron, en tiempos su amigo, y sobre la ultraderecha. Sarkozy se muestra comprensivo con los votantes de Reagrupación Nacional y llama a su partido, los Republicanos, a que trabaje "en un espíritu de unidad lo más amplio posible". Es decir, aboga por el fin del frente republicano frente a la ultraderecha. Nada de vetos.
En septiembre fue condenado a cinco años de prisión por financiación ilegal de su campaña de 2012 y entró en La Santé el 21 de octubre. Apeló la sentencia y obtuvo la libertad bajo supervisión judicial después de 20 días tras las rejas.
Según extractos difundidos por la web de BFMTV, Sarkozy detalla en el libro lo que sintió cuando ingresó en La Santé, la prisión por donde pasaron Companys o Macià. "Tras largos minutos, finalmente me autorizan a atravesar la imponente puerta de acero de la prisión. La había visto en películas y reportajes, pero nunca en persona. Mientras veía cómo la pesada puerta se deslizaba sobre sus raíles con solemne lentitud, pensaba en la ironía de la situación y en esta vida tan extraña que es la mía". Entonces alude a cómo ahora el recluso número 320535 y apenas unos días antes estuvo en El Elíseo con Macron como ex presidente de Francia.
Distancia con Macron
Sarkozy revela que Macron le ofreció un trato de favor por estar preocupado por sus condiciones de seguridad en La Santé. Quería que cambiara a otra cárcel, donde podría disponer de un apartamento y allí recibir visitas familiares, pero Sarkozy se negó. "Descubrí con asombro que el presidente acababa de darse cuenta de que me iban a encarcelar en cuatro días. No se había previsto nada, al menos en su mente. Me pareció sinceramente preocupado, incluso conmocionado por esta perspectiva. Me sentí a la vez conmovido por su emoción y desconcertado por esta sorpresa sincera", cuenta.
Admite que la reacción de Macron le pareció "demasiado tardía y bastante confusa". También reconoce que perdió la confianza en Macron, al que creía cercano, cuando le retiró la Legión de Honor.
El libro ofrece una mirada poco común al interior de la prisión La Santé de París, donde Sarkozy estuvo retenido en confinamiento solitario y estrictamente alejado de otros reclusos por razones de seguridad. Allí le visitó su esposa, la modelo y actriz Carla Bruni.
Sarkozy escribe que su celda parecía un "hotel barato, excepto por la puerta blindada y las rejas". Describe el "ruido ensordecedor" de la prisión, en gran parte por la noche. Y una violencia que no había imaginado antes. Durante sus 20 días en la cárcel se negó a aceptar la comida de prisión y optó por productos lácteos y barritas de cereales.
Comprensivo con la ultraderecha
Nicolas Sarkozy no perdona a Emmanuel Macron, pero es mucho más condescendiente con la ultraderecha que representan Marine Le Pen y Jordan Bardella, favorita en los sondeos. Así dice que "insultar a los líderes del Rassemblement National es insultar a sus votantes, y por lo tanto a los nuestros, al menos potencialmente". Desvela que habló desde prisión una vez con Marine Le Pen, líder de la ultraderecha francesa.
"No compartimos las mismas ideas en cuanto a política económica, no compartimos la misma historia... y noto que aún puede haber algunas figuras problemáticas entre ellos. Pero representan a muchos franceses, respetan los resultados de las elecciones y participan en el funcionamiento de nuestra democracia", señala el ex presidente.
"Mi antigua formación política no se encuentra hoy en una posición de fuerza. Ya no puede, al menos en este momento, aspirar por sí sola a encarnar el futuro. Incluso le costará clasificarse para la segunda vuelta o, al menos, esta no le está garantizada. El camino hacia la reconstrucción puede ser largo, pero estoy seguro de que solo podrá pasar por un espíritu de unión lo más amplio posible, sin exclusiones ni anatemas", escribe en su libro Nicolas Sarkozy. Ya es un éxito de ventas así que al menos esos 20 penosos días le van a reportar algún beneficio.
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