La Administración Trump tiene una nueva obsesión: convencer de que el expresidente Barack Obama debe ser procesado por intentar para perjudicar a Donald Trump en las elecciones de 2016. El magnate ha publicado en Truth Social un vídeo que ha sido creado con inteligencia artificial en el que Obama es arrestado durante una reunión con Trump en el Despacho Oval, y la directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, ha dicho en televisión que el último informe de su Departamento muestra cómo el expresidente conspiró en 2016 contra Trump, y que va a enviar esos documentos al FBI.
Si cualquier otro presidente estadounidense hubiese amenazado con meter en la cárcel a un expresidente, el mundo podría pensar que realmente está pensando en hacerlo. Que tiene pruebas que lo incriminan, que en los próximos días dará a conocer más sobre el caso, que algún tipo de proceso judicial es inminente. Con Trump no: cabe la posibilidad de que nadie vuelva a hablar del tema, pero también puede ser que los miembros de su gabinete continúen creando expectación y que no llegue a ningún sitio… o que sí se produzca ese procesamiento, algo en lo que nadie parece creer a día de hoy.
Trump ya hizo campaña en 2016 sobre la idea de que había que meter en la cárcel a la entonces candidata presidencial y su rival Hillary Clinton, pero finalmente terminó abandonando ese supuesto objetivo. Sin embargo, en esta ocasión es presidente y su Administración parece estar dando pasos en esa dirección.
La impresión de la mayoría de medios estadounidenses es que el presidente trata de distraer la atención sobre el caso Epstein, que continúa haciéndole mella después de que rechazase publicar la famosa lista de clientes del financiero que falleció en la cárcel mientras estaba acusado de abuso de menores, y que él mismo prometió que sacaría a la luz. Sin embargo, tanto el presidente como su equipo ahora tratan de quitar importancia al asunto de la lista -que no está claro que exista- e insisten en que se trata de un invento de los demócratas. Mientras, en las redes sociales circulan los vídeos de Trump asegurando durante la campaña electoral que publicaría su contenido si conseguía volver a resultar elegido.
En el vídeo compartido por Trump, pero publicado originalmente por otro usuario de Truth Social, se ve a varios líderes demócratas, incluido Obama, diciendo que “nadie está por encima de la ley”. De fondo primero se escucha la canción Frolic de Luciano Michelini y después YMCA de Village People, que se convirtió en el himno de campaña de Trump. Mientras suena la canción, agentes del FBI irrumpen en una reunión en el Despacho Oval que protagonizan Obama y Trump y arrodillan y ponen unas esposas al primero. Conforme se lo llevan, Trump sonríe. Al final se ve a Obama en una celda vestido con el característico pijama naranja que llevan los presos estadounidenses en Guantánamo o cuando están siendo trasladados o declaran en tribunales.
Después de esa publicación, Trump ha publicado un gran número de posts en Truth Social, desde una recopilación de vídeos graciosos y heroicos de internet -en los que se ve desde alguien al que se le cae un paquete de papel higiénico y lo recupera con el pie, como si fuese un balón, a una increíble jugada de billar o una mujer que agarra con las manos a una serpiente que va a atacarle-, una explicación sobre el funcionamiento del bitcoin y memes en los que se alaba que sobreviviera al atentado del año pasado en Pensilvania o se ataca a congresistas demócratas, entre muchos otros.
También ha compartido recortes de prensa que destacan su gestión de la frontera, de la sanidad y la recaudación que supuestamente los aranceles están provocando, y vídeos con declaraciones que él mismo ha hecho en el pasado.
Solo en una de las publicaciones vuelve a hacer referencia al posible procesamiento de Obama: es un corte de unas declaraciones que dio a la cadena Fox Tulsi Gabbard, la directora de Inteligencia Nacional, y en las que advierte de que va a dar a conocer “un asunto con una importancia tan significativa que afectará a cada estadounidense”. “Tiene que ver con la integridad de nuestra república democrática. En los meses anteriores a las elecciones de 2016, la comunidad de inteligencia juzgó que Rusia no tiene las herramientas, la capacidad ni la intención de intentar cambiar el resultado de las elecciones presidenciales estadounidenses”.
“Donald Trump consiguió su victoria histórica contra Hillary Clinton en noviembre de 2016. Incluso en los días después de las elecciones, Inteligencia continúa evaluando las mismas cosas, obteniendo los mismos resultados que antes de las elecciones: de repente a principios de diciembre, se redactó un informe para el presidente por parte de diferentes elementos de la comunidad de inteligencia que reflejó lo mismo: Rusia no intentó hackear las elecciones”, dice Gabbard en el vídeo compartido por Trump.
“Ese documento fue retirado horas antes de ser publicado, jamás fue publicado hasta que lo publicamos nosotros ayer. Un día después, Obama pide una reunión con su consejo de Seguridad Nacional, sus mayores altos cargos, para lo que llaman un asunto sensible, y el resultado de ese encuentro fue publicado ayer, más de un centenar de documentos sobre cómo el presidente Obama dirigió inteligencia fabricada que detallase no si, sino cómo Rusia influyó [en las elecciones]”.
"El presidente Obama dirigió inteligencia fabricada que detallase cómo Rusia influyó en las elecciones"
Más adelante, la máxima jefa de la inteligencia estadounidense llama “una conspiración traicionera” a lo que considera que hicieron altos cargos de Obama en 2016, y dice que va a dirigir todo el material al FBI. El documento que Inteligencia publicó la semana pasada no muestra que Rusia interfiriese en las elecciones, y es lo que Gabbard utiliza para decir que fue un invento demócrata.
De su lado, los demócratas citan informes de inteligencia y del Senado que demuestran que hackers rusos intentaron interferir en las elecciones para cambiar el resultado y consiguieron datos de votantes registrados en al menos dos estados, pero que no hay pruebas de que consiguieran cambiar votos. La Administración Obama en ningún momento dijo que los rusos manipulasen el voto, ha remarcado la prensa como el New York Times.
Cuando se terminó de redactar este artículo, el expresidente Obama no se había pronunciado al respecto.
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