Se ha extendido la idea de que el sumario del caso Pujol está contaminado porque existe un pendrive, de origen dudoso, con información relevante que afectaría a Jordi Pujol Ferrusola, entre otros.

Como hoy cuenta El Independiente, dicho pendrive nunca llegó a incorporarse al sumario. Cuando el juez De la Mata llamó al agente de la UDEF Bonifacio Díaz -ahora agregado a la Embajada de España en México-, éste declaró que lo había destruido. Por tanto, en la investigación sólo existe un informe realizado por un jefe de unidad de la UDEF, con datos muy generales que no aportan nada relevante al sumario, y cuyo origen sería el citado lápiz de memoria.

La Fiscalía Anticorrupción se está planteando solicitar a la Fiscalía General del Estado que salga en defensa del trabajo realizado hasta ahora y en el que han intervenido agentes de la UDEF que no tienen ninguna relación con tramas policiales o con empresas privadas que presuntamente pueden haber obtenido información por medios ilegales.

La aparición esta semana de un pendrive encontrado por sorpresa en un cajón de un jefe de unidad de la UDEF hace sospechar que alguien ha querido hacer reaparecer el dispositivo de memoria que, en su día, supuestamente destruyó Díaz.

El titular del juzgado número 5 de la Audiencia Nacional no sólo está instruyendo el caso Pujol, sino que también investiga el origen de la información que contenía el informe aportado a la causa en el mes de octubre. Para ello, ha llamado a declarar al anterior Director Adjunto Operativo (DAO) de la Policía, Álvaro Pino, y al ex comisario jefe de Asuntos Internos, Marcelino Martín-Blas.

Según fuentes solventes, el pendrive aparecido esta semana no sería más que una copia del originalmente manejado por Díaz.

Tanto Pino como Martín-Blas se involucraron personalmente en la investigación del caso Pujol. Recurrieron a métodos inconfesables. Sin embargo, todo lo que hay en el sumario es fruto de un trabajo policial impecable

Lo que parece evidente, a estas alturas, es que tanto Pino como Martín Blas se involucraron directamente en la investigación de la trama Pujol. Es muy probable que recurrieran a métodos inconfesables para obtener información. Personas que trabajaron para la agencia de detectives Método 3 pudieron facilitar a la UDEF datos obtenidos de forma ilegal.

Sin embargo, el núcleo central de la investigación, que demuestra que tanto Jordi Pujol Soley como algunos de sus hijos, fundamentalmente Jordi y Oleguer, ingresaron durante años dinero procedente del pago de comisiones a empresarios que trabajaron para instituciones públicas de Cataluña, está sustentado en documentos incuestionables. También está acreditado que esos ingresos permanecieron ocultos a Hacienda y fueron ingresados en bancos radicados en paraísos fiscales. Las comisiones rogatorias remitidas desde Andorra acreditan dicha información.

La opinión pública debe saber que, al margen de las actividades de un grupo de policías, tanto los datos más sólidos aportados por la UDEF como el trabajo de la Fiscalía Anticorrupción han sido escrupulosamente respetuosos con la ley.

Lo peor que podría pasar en este asunto es que el sumario que pone de manifiesto el enriquecimiento ilícito de la familia Pujol quede contaminado por la mala praxis de un grupo de policías.