Nos encontramos desde hace años en una situación incómoda para invertir.  Los tipos de interés tan bajos nos ofrecen rentabilidades próximas a cero y si queremos rentabilidades pasadas debemos buscar mercados con riesgo.

Por tanto la primera conclusión que nos muestra la situación actual es que si queremos tener rentabilidades debemos arriesgar. Y la segunda conclusión es que tenemos que conocer nuestro perfil de inversor: arriesgado, equilibrado o conservador. Porque dependiendo del perfil que tengamos deberemos olvidarnos de unos mercados y posicionarnos en otros.

En relación a los perfiles conservador –equilibrados que buscan una renta recurrente en el tiempo, como los “depósitos de antaño”- debemos posicionarnos en los siguientes productos: depósitos, fondos de distribución, inversión crowfunding con rentas periódicas, pagarés y bonos.

Sin entrar en valorar las cuatro primeras opciones, veamos en este caso el funcionamiento de los bonos. Los bonos son deuda de empresas o instituciones públicas que nos ofrecen un cupón (pagadero trimestral o semestral o anual) y a vencimiento devuelven el nominal invertido. Dicho esto, las consideraciones que tenemos que tener en cuenta son las siguientes: relación cupón, vencimiento y riesgo de la empresa en donde invertimos.

¿Invertiría en un bono que genera un interés inferior al 2% a un plazo de 5 años?

Siguiendo el perfil equilibrado que tenemos, deberemos buscar una empresa que nos dé confianza (rating) y que nos genere una rentabilidad aceptable en un plazo acorde con nuestro horizonte de inversión. Y aquí está el problema. Los tipos de interés son demasiados bajos para conseguir rentabilidades atractivas. Y para encontrarlas debemos buscar bonos con vencimientos largos (factor inflación).

Y la pregunta que nos debemos hacer es… ¿invertiría en un bono que me genera una rentabilidad por debajo del 2% con un vencimiento a 5 años?  Algunos inversores lo harían, y no se equivocarían si los tipos se mantienen en ese tiempo a los niveles actuales, es decir próximos a cero. En cambio, otros inversores pensarán que es una locura dejar durante 6 años el dinero en un bono que me paga un cupón tan bajo. Pero este planteamiento no es el correcto… ¿por qué pensamos que tenemos que estar hasta vencimiento? ¿Por qué no nos deshacemos del bono antes?

Debemos tener siempre en cuenta que los bonos se cotizan en el mercado como las acciones, por tanto no tenemos la obligación de estar “sentados” en ellos hasta el vencimiento. Y es más, también se mueven como las acciones, subiendo y bajando de precio. Si pensamos que la compañía está pasando dificultades, el precio del bono caerá y si la compañía mejora sus ingresos y ventas, el precio del bono subirá. Por tanto, la máxima que tanto hemos oído sobre la renta fija es correcta: la renta fija es fija solamente a vencimiento, porque por el camino, durante la vida del bono, el precio subirá y bajará dependiendo de la situación de la empresa y de los tipos de interés.

Pongamos un ejemplo real: en julio del 2016, el bono de ACS con cupón 2,875% y vencimiento 4 años tenía un precio de 100. Es decir que el inversor, recibiría un cupón de 2,875% anual durante 4 años. ¿Es poco o mucho? Lo dejo a su elección.

Mantener los bonos hasta su vencimiento muchas veces no tiene sentido

Sin embargo, como muestra el gráfico, el bono subió de precio de 100 a 105,145. ¿A qué es debido? A la buena marcha de la empresa y a los tipos actuales. Por tanto, el inversor de este bono que lo compró en julio de 2016 por 100 lo podrá vender a 105,145 y ganar un 5,145% en un año. Y además recibir el cupón anual de 2,875%.

El inversor no ha tenido que mantenerlo hasta vencimiento, sino que en 1 año lo habría podido vender consiguiendo una rentabilidad igual a 3 cupones (3 años).

En definitiva, mantener los bonos a vencimiento muchas veces no tiene sentido. Los bonos tienen sentido cuando se hace una gestión dinámica, cuando sabes cuándo un bono está sobrevalorado o infravalorado, cuando conoces toda la información de la empresa, su estructura de capital, su liquidez, el comportamiento de los tipos de interés y el riesgo.

Si conocemos todas estas variables, buscaremos un bono que se adecúe a la situación actual. Si suben los tipos buscaremos un bono que nos pague cupones flotantes, si sube la inflación buscaremos aquellos que nos paguen en relación a la inflación, o cupones fijos, sobre hipoteca o préstamos o con vencimiento largos o cortos.

Por todo ello, es importante apoyarse en profesionales que conozcan todos los bonos y su comportamiento, que les informen de cuándo hay que comprarlo y venderlo y que en definitiva les realicen una gestión dinámica de patrimonio, generando mayor rentabilidad que el cupón anual.


Gonzalo Ramírez Celaya es director de renta fija y estructurados de Tressis

Nos encontramos desde hace años en una situación incómoda para invertir.  Los tipos de interés tan bajos nos ofrecen rentabilidades próximas a cero y si queremos rentabilidades pasadas debemos buscar mercados con riesgo.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí