El auge de los populismos que ha generado acontecimientos políticos inesperados (Brexit, victoria de Trump, ascenso de Le Pen o de Podemos en España, decadencia de partidos políticos “tradicionales”…) se puede explicar por diversos factores: crisis migratoria, efectos de la crisis financiera sobre las clases más desfavorecidas…Pero un factor destaca sobre todos los anteriores: la desigualdad.

Las políticas expansivas de los cuatro principales bancos centrales (Fed, BoE, BoJ, BCE) que han inyectado 18,4 billones de dólares en el sistema desde 2008, han generado una inflación sin precedentes en el precio de los activos, pero no han permitido que la riqueza generada se distribuyera de forma equitativa.

En Estados Unidos, durante la expansión de los años 50, sólo un 20% de la riqueza fue a parar a manos del 10% de los hogares de mayor capacidad económica. En la actual expansión, sin embargo, el 80% de la riqueza generada ha ido a ese privilegiado grupo. Hoy, un 76% de la riqueza de las familias americanas se concentra en el 10% de las familias con más posibilidades económicas y un solo 1% se reparte entre el 50% más desfavorecido, de acuerdo con Conrad Hackett, del Pew Research Center.

Las políticas de los bancos centrales no han permitido que la riqueza se distribuya de forma equitativa

Por otro lado, un estudio dirigido en 2016 por el economista Jonathan Rothwell de Gallup, apuntaba a que el gasto en tres partidas de los hogares americanos (salud, vivienda y educación) se había disparado desde el 25% del total de gasto de las familias en 1980 hasta el 36% en 2015, lo que demuestra cómo la población está destinando sus recursos a la cobertura de las necesidades básicas.

La desigualdad es especialmente aguda entre los millenials (aquellos nacidos a partir de los años 80). El porcentaje de jóvenes americanos de entre 18 a 34 años que continúan viviendo con sus padres se ha incrementado durante la última década desde el 27% hasta el 32%. Les ha tocado aterrizar en el mercado laboral en una de peores crisis económicas de la historia.

Además, los estudiantes han visto cómo sus créditos para estudios han más que duplicado la porción que suponían sobre el total de deuda de los hogares. Así, mientras que en 2008 los créditos de estudiantes suponían un 5% del total de deuda de las familias americanas, en la actualidad, representan un 11%. No es extraño que hoy se considere que un tercio de la deuda para estudios podría calificarse subprime por las pocas garantías de que finalmente sea repagada.

Uno de los factores de riesgo del actual ciclo en EEUU es que la morosidad está aumentando

De hecho, uno de los factores de riesgo relevantes del actual ciclo expansivo en Estados Unidos es que las tasas de morosidad están aumentando, tanto en créditos a estudiantes como en los destinados a la financiación de automóviles o la deuda inmobiliaria ligada a centros comerciales. Con el paro en mínimos, tipos ultrabajos y riqueza de los hogares en máximos, resulta cuando menos preocupante que se esté produciendo un aumento de la morosidad en estos sectores del crédito.

Probablemente, algo tendrá que ver que, frente a los 12,60 billones de dólares que los hogares americanos debían en 2007, la actual deuda privada de familias ascienda 12,73 billones. Uno se pregunta: ¿qué ocurrirá cuando los tipos sean más altos? Y no hay que alejarse mucho en el tiempo; recientemente la Fed ha vuelto a elevar la tasa de descuento de sus Fondos Federales y pronostica nuevos aumentos.

En cualquier caso, la desigualdad a la que antes hacíamos referencia, no es sólo un problema económico que pueda estar afectando a que la recuperación esté siendo relativamente anémica, sino que es, además de un problema de justicia social, un factor de inestabilidad política de primer orden que puede seguir provocando “accidentes” como los acontecidos.

De que esta situación se corrija depende no sólo una mayor prosperidad sino que el actual esquema de libertades y valores que en occidente defendemos, sobreviva a los cantos de sirena de los oportunistas populistas.


Juan Jesús Gómez Cubillo es socio y director de Consilio Asesores Patrimoniales

El auge de los populismos que ha generado acontecimientos políticos inesperados (Brexit, victoria de Trump, ascenso de Le Pen o de Podemos en España, decadencia de partidos políticos “tradicionales”…) se puede explicar por diversos factores: crisis migratoria, efectos de la crisis financiera sobre las clases más desfavorecidas…Pero un factor destaca sobre todos los anteriores: la desigualdad.

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