Por primera vez en una década. El pasado mayo, Ferrovial anunciaba que había cerrado el primer trimestre de 2018 con pérdidas de 161 millones de euros. Esos números rojos, los primeros que registraba la compañía desde 2008, respondían a un hecho puntual, una provisión por un litigio con el ayuntamiento inglés de Birmingham, pero se convertían en el reflejo más elocuente de las dificultades atravesadas por la compañía en los últimos tiempos.

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