España reconoce hoy a Juan Guaidó como presidente legítimo de Venezuela. Pedro Sánchez, arrastrando los pies, cumple así con su promesa de hacerlo si, en el plazo de ocho días, Nicolás Maduro no convocaba elecciones. Nadie esperaba que el dictador se aviniera a comportarse como un demócrata, cosa que nunca ha sido. Por eso, no se entendió muy bien ese ultimátum. Fue, tal vez, para que no se diga que no se intentó. O puede que al presidente español le frenaran Pablo Iglesias y Rodríguez Zapatero, que en este asunto van de la mano.

Lo importante es que la decisión se ha llevado a cabo, aunque Sánchez haya perdido la oportunidad de liderar la posición europea sobre Venezuela y haya preferido confundirse con la mayoría de los países europeos que han dicho ¡basta! a una situación insostenible para el pueblo venezolano.

Podemos, principal socio del gobierno de Sánchez, no apoya la decisión. Sus parlamentarios (junto con los de ERC, IU, BNG y Equo) votaron en contra del reconocimiento de Guaidó en la sesión que tuvo lugar el pasado jueves en la Eurocámara y que arrojó un resultado incuestionable: 439 votos a favor de reconocer a Guaidó por 104 en contra (hubo 88 abstenciones, entre ellas las de los diputados del PDeCAT, que en esto tampoco están de acuerdo con ERC).

Podemos e IU califican a Guaidó de "golpista" y critican la intervención de Estados Unidos. Pero Venezuela lleva años intervenida por Cuba

La rancia izquierda española se mueve con los viejos esquemas: si Estados Unidos está a favor, entonces hay que estar en contra. Miguel Urbán (Anticapitalistas) se ha preguntado: "¿Cuándo se ha pedido elecciones libres en Arabia Saudí?", mientras que la eurodiputada de IU, Marina Albiol ha calificado directamente a Guaidó de "golpista". La portavoz adjunta de Podemos en el Congreso de los Diputados, Ione Belarra ha acusado a Donald Trump de planear una intervención militar en Venezuela para "controlar el petróleo". ¿Pero cómo no se nos había ocurrido antes? La clave está en el petróleo y Trump juega con Guaidó y con la inmensa mayoría de los países latinoamericanos, de la ONU, de Europa, etc. para hacerse con las reservas petroleras de Venezuela.

Bajo esa simplista tesis la cuestión es muy simple: Guaidó no es más que una marioneta para encabezar un golpe de estado en Venezuela orquestado por Trump con el fin de que EEUU se quede con el petróleo.

Aunque parezca mentira, eso es lo que piensa Pablo Iglesias, principal socio del gobierno de Sánchez, y cuyo partido, por cierto, recibió financiación del régimen bolivariano.

Los que plantean que existe una injerencia extranjera contra el pueblo de Venezuela, empezando por el propio Maduro, como insistió este domingo en la entrevista de Jordi Évole en La Sexta, tienen razón en una cosa. Venezuela lleva años intervenida... por Cuba. Son los asesores castristas los que han llevado a cabo las purgas en las Fuerzas Armadas venezolanas para limpiarlas de cualquier vestigio democrático. Y sus servicios secretos son los que controlan la inteligencia del país.

Maduro no está sólo: le apoyan Rusia, China, Siria, Irán o Nicaragua. Partidos como Podemos y líderes mundiales como Rodríguez Zapatero

Como bien recordaba este domingo en las páginas de El Independiente Carlos Alberto Montaner mientras el embajador cubano en Venezuela, Rogelio Polanco, llama a resistir al pueblo "como ha hecho Cuba", las tropas castristas comienzan a retirarse de manera discreta.

El desastre de la gestión bolivariana (que comenzó ya en tiempos de Hugo Chávez, del que Maduro no es más que un torpe imitador) ha llevado a que la producción de crudo haya descendido sólo en los últimos cinco años de 4,5 millones de barriles diarios a 500.000 barriles diarios. La huida de talento no ha sido culpa de Trump, sino de un sistema esencialmente corrupto, que ha dilapidado la riqueza del país y que ha llevado a la empresa estatal PDVSA a ser un ejemplo de ineficacia.

¿Cómo explica Maduro que un país con las mayores reservas de crudo del mundo carezca de alimentos y medicinas? ¿Qué es lo que ha llevado a Venezuela a ser campeón mundial de la inflación: más de 10.000% mensual?

Si hablamos del intento de hacerse con el petróleo venezolano hay que mirar precisamente a dos de los países que apoyan decididamente a Maduro: Rusia y China. Ambas dictaduras han financiado al régimen en los últimos tiempos con el fin de hacerse con sus activos petroleros. China, por ejemplo, ha prestado a Maduro 50.000 millones de dólares a cambio de petróleo. Pero eso parece que no llama la atención de nuestros partidos de izquierda. Debe ser que el apoyo a Maduro se explica sólo por afinidad ideológica o por animadversión a Trump.

Aun con todo, el dictador Maduro ha tenido que vender 3.000 toneladas de reservas de oro hace unos días para mantenerse en el poder.

Tampoco parece preocuparle a Pablo Iglesias que la cúpula de las Fuerzas Armadas, que es lo único que sostiene a Maduro, se haya enriquecido gracias al narcotráfico, como recordaba ayer Mario Vargas Llosa en El País.

Resulta sonrojante cómo Podemos o IU banalizan la lucha del pueblo venezolano, que votó mayoritariamente contra Maduro en las elecciones a la Asamblea Nacional, presidida por Guaidó. Para ellos, el pueblo sólo lo forman aquellos que defienden al dictador.

Lo importante, para estos partidos es la mística de la resistencia frente al gran mal: Estados Unidos. Maduro habló en la entrevista de Évole como si fuera un héroe de la resistencia frente al imperialismo: "Como David frente a Goliat". Es lamentable que el dictador venezolano cite entre sus referentes a un ex presidente español: "Como dice Rodríguez Zapatero, somos como los vietnamitas, luchamos hasta con las uñas".

No, Maduro no está sólo. Le apoyan China, Rusia, Siria, Turquía, Irán, Bolivia y Nicaragua; partidos como Podemos o IU y líderes mundiales como Rodríguez Zapatero.