Anda, la cartera! fue un anuncio emitido por televisión española durante la década de 1970 que abrió paso a una fuerte demanda del consumo de los famosos bollos azucarados con un agujero en el centro, entre la población joven.

La publicidad mostraba a un niño que en primera instancia se daba cuenta que había olvidado el sabroso desayuno y en segunda derivada, de tal embelesamiento ante el jugoso pastelillo, acababa por dirigirse a la escuela sin la vital cartera. En resumen, según este anuncio, el contenido de la cartera no puede hacernos olvidar la importancia fundamental de la cartera misma.

El viejo debate del continente y el contenido en versión pastelera, acabando por llegar a la conclusión inevitable a la que llegó la filosofía moderna idealista occidental: la importancia capital tanto de lo uno como de lo otro.

Sentada firmemente esta premisa, sorprende que en el mundo de la inversión, el grueso de ahorradores, bien sea por el empuje de una industria que patrocina claramente sus preferencias o por la escasa repercusión de determinados vehículos, acaben siempre transitando por las carreteras, autopistas, nacionales o comarcales a lomos del mismo e insustituible modelo exacto de automóvil/continente. Siempre el mismo continente cambiando únicamente su contenido. Pareciera pues que el continente no tiene gran importancia. Y, nada más lejos de la realidad.

El modelo fondo de inversión se ha convertido en el vehículo por excelencia en las carteras de inversión, y al parecer en el único posible

El modelo fondo de inversión, al que no seré yo el que le niegue que le adornen toda clase de virtudes, se ha convertido en el vehículo por excelencia en el universo de las carteras de inversión. Y al parecer, en el único continente posible para gestionar inversiones. Cualquier formato outsider es observado por la banca y otros players financieros entre la curiosidad entomológica, el indisimulado cuasi desprecio, la compasiva insignificancia o como muestra de una excentricidad advenediza a la que ignorar sin miramientos.

Desde aquí quisiera romper una lanza contra esa especie de derrota de la lucidez que a veces nos asalta, a favor de otras posibilidades, tan respetables y eficientes como la del fondo de inversión, aunque, desde tan alto pedestal se las observe como el hermano mayor mira al imberbe hermano menor al que todo le queda por aprender.

En concreto me refiero al Unit Linked. Un vehículo que en segundo plano y relegado a la munición financiera del mundo asegurador siempre ha jugado en segunda división como un jugador mediocre al que el entrenador recurre cuando se le ha lesionado media plantilla.

Es evidente que el sector asegurador no goza ni del volumen ni del reconocimiento, en el mundo financiero, del que sí presume y se le presume al de la banca y las empresas de servicios de inversión, pero ello no le resta un ápice de valor a un vehículo, que tiene enormes ventajas competitivas y fiscales y que debería ponerse en el punto de mira de interés tanto para el cliente del mundo institucional como del particular.

El Unit Linked tiene enormes ventajas competitivas y fiscales y ofrece la ventaja de ser un producto estructurado en torno a un seguro de vida

Siendo un producto estructurado en torno a un seguro de vida ofrece las ventajas de ambos mundos, pues al final se invierte en el vehículo habitual (una cartera de fondos de inversión) pero con unas tremendas ventajas fiscales de las que no gozan éstos últimos. Además, las citadas carteras son cada vez más amplias y su selección y gestión, no en pocas ocasiones, recae en los mismos equipos gestores que gestionan la pata más financiera de las aseguradoras (sus divisiones de investment puras y duras).

Como ocurre con los fondos de inversión, el traspaso de un fondo a otro no tributa y sólo se pagan impuestos por el Unit Linked cuando se recupera el dinero. En ese momento tributará dentro de las rentas del ahorro como rendimiento de capital mobiliario.

La ventaja del Unit Linked frente a otros productos de ahorro a través de seguros es su mayor versatilidad y flexibilidad, ofreciendo la posibilidad de que el tomador escoja el plazo de la inversión, el valor de la prima, las coberturas y la propia inversión de la prima. Como otros seguros de inversión, se puede rescatar en forma renta vitalicia, lo que permite disfrutar de ventajas fiscales adicionales. Este rescate puede llevarse a cabo en cualquier momento, ya que los Unit Linked son productos líquidos. En determinados supuestos y según la edad o duración de la renta, existe una exención fiscal enorme, que puede llegar a ser del 92%.

Pero sin lugar a dudas lo que marca la diferencia es su tratamiento en caso de fallecimiento del inversor y por tanto son altamente eficientes al planificar una sucesión. El motivo es que no forman parte de la herencia y no se hacen públicos. En España el Registro de Contratos de Seguros sólo se puede consultar cuando muere el asegurado y esa información no contiene ni importes ni beneficiarios, sólo los datos de la compañía con la que se contrató el seguro. En el caso de compañías, no forma parte de su balance, por lo que quedarían fuera del capital a reclamar en caso de quiebra.

En su parte menos amable es verdad que no podrá contener una cartera de fondos que se ajusten al 100% de las preferencia exactas de un cliente, pero tampoco ocurre así en banca, amén que diseñar carteras con fondos estrella no es garantía ninguna de rentabilidades seguras, ciertas y positivas.

Desde el punto de vista de costes, las aseguradoras se han puesto las pilas y han ajustado precios al tiempo que han profesionalizado sus equipos

Desde el punto de vista de costes, las aseguradoras, empeñadas en hablar de tú a tú con los gigantes financieros, se han puesto bastante las pilas y han ajustado precios en la misma medida en la que han profesionalizado equipos y cuasi se han mutado en pequeñas bancas privadas con servicios de alta calidad.

Pocas aseguradoras de las que cuentan no han saltado al terreno de juego de la gestión patrimonial y, aun siendo claramente David contra Goliath, han arañado interesantes cuotas de negocio y muy probablemente no cesen en ello. Gran parte de su éxito radica en utilizar vehículos de todo tipo sin obcecarse en uno solo y aprovechar el desempeño fiscal de su producto estrella: el Unit Linked.

El producto perfecto no existe pero el imperfecto absoluto tampoco, no tiene por qué ser blanco o negro, existen los grises, pero el peso de la historia financiera no ha de obligar a un inversor a viajar por los mercados con un único vehículo.

La diversificación es vital para que una inversión gane en eficiencia y posible rentabilidad, por lo que en utilizar vehículos diferentes aun teniendo contenido semejante es del todo razonable.

Importando los donuts, importa y mucho, donde se lleven. No se cierren en banda y atiendan la llamada de los Unit Linked para canalizar parte de sus ahorros. En el mundo de las inversiones en las que casi todos nos sentimos huérfanos de asombro, a veces hay que redescubrir posibilidades y por supuesto, existen también en el mundo asegurador.

No se dejen seducir únicamente por los apetitosos y glaseados fondos de inversión; goloso contenido de su cartera. Existen otros pasteles tan apetitosos con relleno semejante. No hagan pues, como el niño del anuncio, y cuando sea demasiado tarde, se acuerden que la cartera y el modelo de la misma, para progresar adecuadamente en el colegio, importan. Y, mucho.


Carlos de Fuenmayor es especialista en finanzas