El pasado 17 de octubre, la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, dio un discurso en la Japan Society de Nueva York centrado en la especial atención que deberíamos dar a los derechos humanos en esta era digital.

Tras enumerar las graves violaciones de derechos que ya se están dando (gracias y a pesar de la tecnología) insistió en que debemos asegurarnos de que esta revolución digital esté al servicio de las personas. Así, pidió una respuesta humana universal en defensa de derechos humanos. 

Supongo que esto último va en línea con la campaña que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos lanzó hace ya dos años, “Defiende los derechos humanos” que animaba a la sociedad conectada a asumir la siguiente promesa: “ - Respetaré tus derechos, quienquiera que seas. Defenderé tus derechos, incluso si no estoy de acuerdo contigo. - Cuando a cualquier persona se le niegan los derechos humanos, se socavan los derechos de todos, de modo que los defenderé. - Alzaré la voz. Actuaré. Usaré mis derechos para defender los tuyos.” Además, exhortaba a todos (autoridades nacionales y locales, sociedad civil y organizaciones internacionales, sector privado y medios de comunicación) a actuar promoviendo, participando y reflexionando sobre los derechos humanos, dando para ello una serie de ideas y recomendaciones.

A pesar de que la campaña ya acabó, se sigue utilizando el hashtag #Standup4humanrights para difundir el mensaje de los derechos humanos y explicar por qué debemos defender estos principios universales. La importancia del asunto ha hecho que esta coletilla no tenga caducidad.

Uno de los derechos humanos a proteger es el que recoge el artículo 12 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el derecho a la privacidad: “Nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques.” Para velar por este derecho, el Consejo de Derechos Humanos de la ONU nombró en julio de 2015 al Prof. Joseph Cannataci como primer Relator Especial sobre derecho a la privacidad. Desde entonces ha publicado diferentes informes, el último el pasado 29 de octubre ante la Asamblea General de la ONU, en el que aporta una guía sobre cómo deben usarse y protegerse los datos de salud, advirtiendo sobre las enormes amenazas a la privacidad si la industria no está regulada. Las recomendaciones establecen buenas prácticas para la gestión de datos y abordan cuestiones particulares como los registros médicos electrónicos, las aplicaciones móviles, el marketing y el acceso de los empleadores y las aseguradoras a los datos relacionados con la salud. También tiene en cuenta a los grupos con necesidades particulares de protección de datos, como pueblos indígenas, personas con discapacidad, refugiados y prisioneros.

Es importante recordar que, así como en la UE disponemos del Reglamento General de Protección de datos (RGPD) que supone el mayor marco de protección a nivel mundial para este tipo de derechos, todavía queda mucho por hacer en buena parte del resto de los países. Algo que realmente nos debe preocupar teniendo en cuenta que vivimos en un mundo totalmente globalizado y conectado. 

El Relator Especial sobre derecho a la privacidad ha preparado además un borrador de informe sobre género que se está sometiendo estos días, 30 y 31 de octubre, a consulta en Nueva York. Una de las recomendaciones que aparece en este proyecto es que la protección de la información personal en línea debería ser una prioridad con la adopción de disposiciones equivalentes o superiores al RGPD, para los países a los que no les aplica el Reglamento. 

Europa debería estar de enhorabuena y el resto de ciudadanos del mundo saliendo a las calles para celebrarlo.

Esperemos que ésta, así como el resto de recomendaciones que propone, sean recibidas con el cuidado que merecen, ya que, y acabo con las conclusiones con las que terminó Michelle Bachelet su discurso que copio literalmente “existe ya la necesidad urgente de gobiernos, redes sociales y otras empresas que protejan los pilares fundamentales de la sociedad democrática, el Estado de derecho y toda la gama de derechos en línea: una necesidad de supervisión, transparencia y responsabilidad. A medida que las fronteras digitales se amplían, uno de los mayores retos de la comunidad de derechos humanos será el de ayudar a las empresas y sociedades a implantar un marco internacional de derechos humanos en los ámbitos que todavía no hemos alcanzado. Esta labor comprende la necesidad de orientar claramente sobre las responsabilidades de las empresas y las obligaciones de los Estados. Por su lado mejor, la revolución digital nos empoderará, conectará, informará y salvará nuestras vidas. Por su peor faceta, nos hará perder autonomía, nos desconectará, nos desinformará y nos costará vidas.”

Maite Sanz de Galdeano (@maitesdg) es abogada y DPD, especializada en Protección de datos y Derecho Digital.