Dejémoslo claro desde el principio: El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, TJUE, dice que, en virtud de su condición de diputado electo al Parlamento Europeo, el Tribunal Supremo debería haber autorizado al señor Junqueras a acudir ante la Junta Electoral Central a cumplir el requisito de acatar la Constitución española y a continuación permitirle acudir a la sede del Parlamento europeo para tomar posesión de su acta como eurodiputado. Y, acto seguido, pedir el suplicatorio al Parlamento europeo para poder seguir manteniendo en prisión provisional mientras se celebraba el juicio por el que ha sido condenado en sentencia firme e inhabilitado. El TJUE considera que los europarlamentarios lo son desde el momento en que toman posesión de su escaño pero que gozan de inmunidad desde el momento en que son elegidos y se trasladan a Estrasburgo para hacer efectiva su condición de representantes del pueblo.

Esto, y no otra cosa es lo que dice el TJUE a preguntas del Tribunal Supremo español. Todo lo demás, toda interpretación según la cual la Justicia europea le ha dado un revolcón al Alto Tribunal español, es una pura invención y una manipulación interesada para volver a pedir la libertad de los condenados.

Efectivamente, el Supremo podía haber autorizado a Junqueras a ir a Estrasburgo, sede del Parlamento europeo, a tomar posesión. Pero sucede que ya hubiera llovido sobre mojado y lo que hicieron los magistrados de la Sala Segunda, fue curarse en salud e impedir por la vía de su prohibición, que el señor Junqueras se hiciera "un Puigdemont", es decir que huyera de la Justicia española como había hecho meses antes el ex presidente de la Generalitat.

Porque sucede que, una vez atravesada la frontera española, el Tribunal Supremo hubiera perdido el control sobre la medida de prisión provisional que le afectaba "en un contexto caracterizado por la existencia de límites a la cooperación judicial en materia penal establecida en la Unión Europea", argumentan los magistrados españoles, que optaron decididamente por preservar "los fines del proceso penal promovido en su contra".

A Pedro Sánchez se le han complicado mucho las cosas y a partir de hoy tiene infinitamente más difícil cerra un pacto para lograr salir investido como presidente de Gobierno

Aquí lo prioritario era asegurar que Junqueras seguía a disposición de los Tribunales españoles y en ese sentido se puede decir que "París bien vale una Misa" , que lo importante era asegurar que Junqueras era juzgado en España con todas las garantías porque lo del suplicatorio no tenía la menor garantía de haberse logrado en tiempo y forma.

Ahora queda decidir si, una vez condenado e inhabilitado Junqueras, el Supremo se inclina por permitirle acudir a Estrasburgo a recoger su acta de diputado y permitir que goce durante un tiempo corto de la inmunidad que se deriva de su cargo hasta que el Parlamento europeo conceda al Tribunal español el suplicatorio sobre un señor que está ya inhabilitado y condenado a 13 años de prisión por delitos gravísimos.

La Fiscalía ya se ha pronunciado: pide que el Tribunal juzgador se limite a enviar al Parlamento europeo la sentencia condenatoria y pida, en base a ella, la inmediata inhabilitación como europarlamentario del señor Junqueras.

Veremos ahora qué dice la Abogacía del Estado porque, al contrario que la Fiscalía, su voz es la voz del Gobierno y en estos momentos al Gobierno lo que le gustaría es que Junqueras fuera puesto en libertad, y aquí no ha pasado nada, para poder así cerrar sus negociaciones con ERC, que no van ya por buen camino.

Lo que hicieron los magistrados de la Sala Segunda fue curarse en salud e impedir por la vía de su prohibición que el señor Junqueras se hiciera "un Puigdemont"

Esquerra Republicana, de entrada, ha suspendido esas negociaciones hasta que el Gobierno socialista no se pronuncie sobre la sentencia del TJUE. Pero lo que quieren realmente, lo que desean reclamar, es la libertad de Junqueras y, de él abajo, de todos los demás condenados. ERC no puede, en estas condiciones, con un Puigdemont, éste sí, en libertad y dispuesto a gozar de la inmunidad que le va a dar su acta de eurodiputado, ofrecer gratuitamente al ex presidente de la Generalitat un acuerdo con el PSOE en el que no estuviera incluidas las exigencias de rigor en el independentismo catalán: la autodeterminación, el referéndum, la libertad de los presos y el regreso en loor de multitud de los fugados.

Si lo hicieran, si firmaran ahora mismo un acuerdo con el PSOE, habrían puesto a los pies de Puigdemont la victoria electoral en unos comicios catalanes anticipados, cosa que es más probable ahora mismo de lo que lo ha sido nunca hasta ahora -con Torra inhabilitado pero con la posibilidad de prolongar su mandato hasta que el Supremo no se pronuncie sobre su recurso- que sólo tendría que pasear el argumento de que ERC habría traicionado la esencia de las reivindicaciones independentistas a cambio de casi nada.

A Pedro Sánchez se le han complicado mucho las cosas y a partir de hoy tiene infinitamente más difícil cerrar un pacto para lograr salir investido como presidente de Gobierno. Malas compañías ha elegido también por el otro lado de sus pactos. No hay más que ver las consideraciones que han hecho a lo largo de la mañana algunos miembros de Unidas Podemos, sus socios in pectore de gobierno.

Esta investidura está al borde del precipicio y a punto de despeñarse.

Dejémoslo claro desde el principio: El Tribunal de Justicia de la Unión Europea, TJUE, dice que, en virtud de su condición de diputado electo al Parlamento Europeo, el Tribunal Supremo debería haber autorizado al señor Junqueras a acudir ante la Junta Electoral Central a cumplir el requisito de acatar la Constitución española y a continuación permitirle acudir a la sede del Parlamento europeo para tomar posesión de su acta como eurodiputado. Y, acto seguido, pedir el suplicatorio al Parlamento europeo para poder seguir manteniendo en prisión provisional mientras se celebraba el juicio por el que ha sido condenado en sentencia firme e inhabilitado. El TJUE considera que los europarlamentarios lo son desde el momento en que toman posesión de su escaño pero que gozan de inmunidad desde el momento en que son elegidos y se trasladan a Estrasburgo para hacer efectiva su condición de representantes del pueblo.

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