A Alfonso Alonso le salvó la campana. El adelanto electoral decretado por el lehendakari Urkullu pilló a la dirección popular por sorpresa. En la reunión de la cúpula que se celebró inmediatamente después de conocerse que los comicios serían el 5 de abril, dirigentes de peso como el secretario general, Teodoro García Egea, o el vicesecretario general de Política Territorial, Antonio González Terol, pidieron la cabeza del líder del partido en el País Vasco. Decían estar hartos de sus desplantes. Tampoco le perdonan su pasado sorayista.

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