Parece que la famosa alegoría de “El mito de la caverna” de Platón sigue muy en vigor en nuestros días, desde luego vemos cómo la política de comunicación de la clase política sigue intentando tapar la angustia y el vértigo ante la realidad tras espesas tintas de calamar y cortinas de humo, esto no solo es irresponsable sino que además va en contra del sentido de un nuevo paradigma social surgido con la pandemia. La ciudadanía, la persona, ha aterrizado en el mundo de la realidad vital, demostrando el sentido de comunidad y solidaridad ante un sentimiento de fragilidad existencial escondido tras espesas capas de soberbia y escapismo cultural.

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