La legislatura presidida por Quim Torra ha sido un desastre desde todos los puntos de vista. Desde el 21 de diciembre de 2017 en Cataluña ni se ha legislado ni se ha avanzado un milímetro en las pretensiones independentistas que defiende el todavía presidente de la Generalitat y que simboliza desde Waterloo el fugado de la Justicia Carles Puigdemont.

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