Hace ya un año de aquel tuit de Echenique hablando de una “gripe menos agresiva que la de otros años” y alabando la profesionalidad de un Lorenzo Milá que hacía de enteradillo de barbería o de tasca: “Pero chico, parece que se extiende más el alarmismo que los datos...”, decía, moviendo el micrófono como un as de bastos. La política y el periodismo son dos profesiones de la prisa, aunque el periodismo debería tener ambición de verdad. Sin embargo, a veces sólo hay ganas de hacer de padrecito, de dar paz y perdón urgentes, y uno se ve en la televisión o en la columna como con aureola de santo de obrador. Yo creo que éstos son peores que los alarmistas, los del apocalipsis diario, que al menos necesitan imaginación sanjuanista para sus bestias y ajenjos.
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