Esto de pensar en repartirse la herencia antes de que el finado dé la última boqueada es muy pero que muy arriesgado porque quien lo haga se puede acabar encontrando con la boca abierta y con el zurrón vacío. Y da la impresión de que eso es exactamente lo que está sucediendo ahora mismo en las filas del Partido Popular.

Contenido Exclusivo para suscriptores

Para poder acceder a este y otros contenidos debes de ser suscriptor.

¿Ya estás suscrito? Identifícate aquí