El Gobierno decidió promocionar la inversión extranjera y aprobó una norma de fomento de estas inversiones (Ley 14/2013, de 27 de septiembre, de apoyo a los emprendedores y su internacionalización). Esta norma estableció, entre otras medidas, la residencia para inversores para ciudadanos extracomunitarios, al que se podía acceder realizando una inversión, entre otros supuestos, en inmuebles (realizada directamente o a través de una sociedad) por importe de al menos 500.000€ libres de toda carga o gravamen.

Este permiso de residencia permite a su titular entrar y salir del territorio nacional cuando lo estime conveniente (sin sujetarse al límite de 90 días por semestre propio del visado de turista) e incluso trabajar por cuenta propia o mediante contrato laboral en nuestro país. Otra ventaja de este permiso de residencia es la agilidad en su concesión (10 días si se solicita el visado de inversor en el Consulado de España del país de residencia del solicitante, o 20 días si se solicita la autorización de residencia desde España). La medida es adecuada y similar a la existente en otros países y ha sido un buen incentivo para la inversión extranjera en bienes inmuebles.

No obstante, siempre hubo un freno, que se ha intensificado mucho en los últimos meses, derivado de la necesidad de que las personas no comunitarias precisan un NIE (Número de Identidad de Extranjero), que es un requisito básico para poder comparecer ante notario y firmar la escritura de compra de un inmueble o de constitución de una sociedad para que sea ésta la que realice la inversión.

En la actualidad obtener un NIE es una tarea casi imposible. En Madrid capital solamente hay una comisaría que otorgue este documento

En la actualidad obtener un NIE es una tarea casi imposible. En Madrid capital solamente hay una comisaría que otorgue este documento, en la Avenida de los Poblados (también se puede obtener en Alcalá de Henares, Torrejón de Ardoz o Fuenlabrada). Aunque la cita se puede obtener por vía telemática, el interesado o su representante pueden estar semanas o meses solicitando una cita sin ningún resultado positivo.

En los mentideros se cuenta que en la página web a través de la que se puede solicitar la cita, se abre una ventana a las 12 de la noche (plena nocturnidad) pero a las 12 y cinco minutos ya no admiten ninguna solicitud adicional. Este relato parece propio de un país tercermundista, pero sucede en España desde hace bastante tiempo, y actualmente se ha agravado enormemente, de manera que muchos inversores desisten ante esta absurda barrera.

Pensamos que ante el notable incremento de funcionarios quizá se podrían dedicar algunos a solucionar este problema, que dificulta enormemente la aportación de capitales extranjeros de los que está tan necesitada nuestra economía. A lo mejor algún alto funcionario piensa que como vamos a recibir tanto dinero de la UE no necesitamos las inversiones procedentes de otros países.