La España multinivel también cabe en Marivent, palacio como de hacienda cafetera trasplantado a un sitio de vientos y veleros. La España multinivel a lo mejor no es sólo un Felipe VI con más sentido de lo público que los republicanos de abrebotellas republicano, sino, por ejemplo, que Ione Belarra se despache contra la monarquía con el mismo abrebotellas y Sánchez, recibido en Marivent entre pájaros y oleajes, no se atreva a decir nada. A la España multinivel le corresponde este Gobierno multinivel que lo mismo defiende las instituciones (todas a la vez, sin niveles) que pide la república o dice que hay presos políticos penando en su cárcel de oro como loros de señorona. La España multinivel también es buscar todavía al emérito como pieza de caza simbólica, como el que persigue un tigre de Bengala, mientras los socios de Sánchez se hacen las malversaciones de ida y vuelta, con nudos de charrera.

Ya hace un año de la huida de Juan Carlos I, mítica y orientaloide, una especie de Hégira con media cadera y medio teste de rey molido y pichabrava. No es que hubiera causa formal contra él, pero los reyes, todo símbolo, también huyen simbólica y pictóricamente, con sus borrascas de caballos bajo las borrascas de la historia, como un cuadro de los Borbones huyendo. No había causa formal pero estaba ese fondo goyesco, de pueblo, gigante y nubarrón, que persigue a veces a los Borbones hasta Estoril o hasta un atolón con cocoteros como una grifería de oro. Eso sí, lo que tienen los reyes simbólicos, o sea constitucionales, es que nada lo deciden ellos. Don Juan Carlos no decidió irse él mismo, como si fuera el Dioni, sino que fue otra decisión multinivel de esta España que era multinivel antes de que se inventara el concepto.

La España multinivel también es buscar todavía al emérito como pieza de caza simbólica, como el que persigue un tigre de bengala"

Aquí todo hay que ponerlo en su escalón, en su nivel, y no es lo mismo un Borbón con turbante y reloj de jeque, ese jeque falso de Marbella que parece a veces el rey emérito, que la Generalitat o el PSOE de los ERE. El agravante de usar dinero público es, incluso, eximente en estos casos, porque el gasto se tiene por patriótico. Y si se usa recursivamente, avalando el trinque con el trinque mientras quede para trincar, como hace la Generalitat, incluso se toma por patriotismo virtuosista. Las comisiones del emérito, que le enviaban en ladrillos de oro o en cúpulas de oro o en esfinges de oro traídos en helicópteros también de oro, así entre Ciudadano Kane y Jesús Gil, son en cambio un escándalo y demuestran lo corrupto del sistema. Aquí siempre ha habido al menos dos niveles: nosotros y los demás. Miren si es viejo lo de la España multinivel.

La pieza a cobrarse no es la corrupción, ni el dinero hortera, alicatado como sus relojes alicatados, ni los impuestos creativos, ni las cajas B, que si de verdad se persiguiera eso hasta llegar a los desiertos o a los iglús, como cuando el Súper perseguía a Mortadelo y Filemón, aquí no se iba a librar ni el botones Sacarino. La pieza a cobrarse es la monarquía constitucional, que no es que a uno le parezca lo mejor del mundo, con o sin harén, con o sin velero de colonia de aires náuticos, pero es mejor que el republicanismo que se gastan aquí. El republicanismo de aquí tiene aires de sultanato, todo es el mismo cofre y el mismo serrallo, todo lo público es como tu lamparita mágica, así que te haces embajadas como pagodas o te financias avales o ERE que se pierden en bolsillos sucesivos. Y aún te dicen que eso es la democracia de verdad, mientras que Felipe VI dando sus discursos de Lisa Simpson, moviéndose como una bailarina de caja de música, siempre con la misma coreografía incluso ante los que le desean la guillotina, es algo entre el medievo, el monóculo y el huevo de zar.

A don Juan Carlos no lo persiguen por donjuán de fueraborda ni por hortera de mil mecheros y tangas de oro, sino porque ahora es la pieza más débil de la monarquía"

A don Juan Carlos no lo persiguen por donjuán de fueraborda ni por hortera de mil mecheros y tangas de oro, sino porque ahora es la pieza más débil de la monarquía. Es más fácil atacar al emérito que va de jeque camellero que a Felipe VI, que sólo sostiene el candelabro de la Constitución o el programa de mano de un ballet de Chaikovski. Un republicano de verdad diría que el que un rey sea ejemplar o manirroto, rijoso o cartujo, no es argumento ni a favor ni en contra de la monarquía ni de la república. Sería como aceptar la utilidad de un rey en cuanto a modelo, o sea la esencia de la monarquía. La verdad es que lo único que uno mira ya, vistos el panorama y el nivel de estos debates borrascosos y napoleónicos, es cómo el Estado usa y respeta lo público. En este sentido, un rey pegando sus propios sellos puede ser más republicano que el republicano del abrebotellas, y de hecho lo es.

Yo creo que el rey emérito debería volver, con su camello y su Azofaifa incluso, y apechugar con el abucheo y la investigación. Nadie debería ser inviolable (aunque me pregunto qué haría cierta izquierda si la ley los consagrara inviolables), pero como digo lo que les importa no es que el emérito se vaya con coristas de su abuelo o con jeques de Mariano Ozores, sino que la monarquía es casi lo único que queda dando discursos sobre algo diferente o superior a la ideología, el marco metaideológico de la convivencia. La España multinivel es todo lo contrario, es la ideología que usurpa lo público como suyo y expulsa a los demás como del oasis o de la balsa.

Quizá Marivent es como una casita de Barbie Malibú y don Juan Carlos parece un jeque binguero, sí. Pero la pieza a cobrarse, o sea la monarquía, sería igual, es igual de hecho, con un rey modélico y hasta modesto. Y es así porque cuando esta monarquía sostiene el candelabro o el programa de ópera aún parece más preocupada por lo público, por lo común, que los republicanos de zorrera republicana.

La España multinivel también cabe en Marivent, palacio como de hacienda cafetera trasplantado a un sitio de vientos y veleros. La España multinivel a lo mejor no es sólo un Felipe VI con más sentido de lo público que los republicanos de abrebotellas republicano, sino, por ejemplo, que Ione Belarra se despache contra la monarquía con el mismo abrebotellas y Sánchez, recibido en Marivent entre pájaros y oleajes, no se atreva a decir nada. A la España multinivel le corresponde este Gobierno multinivel que lo mismo defiende las instituciones (todas a la vez, sin niveles) que pide la república o dice que hay presos políticos penando en su cárcel de oro como loros de señorona. La España multinivel también es buscar todavía al emérito como pieza de caza simbólica, como el que persigue un tigre de Bengala, mientras los socios de Sánchez se hacen las malversaciones de ida y vuelta, con nudos de charrera.

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